Contagio
La recta final de la legislatura se est¨¢ calentando a ojos vistas. Para invadir la agenda pol¨ªtica, el Gobierno est¨¢ poniendo sobre el tapete una cascada de medidas sociales adoptadas de improviso y con cierto desali?o que parecen tan imprudentes como precipitadas: cheque-natal, reciclaje ampliado del plan de alquiler de la anterior ministra de la Vivienda, universalizaci¨®n de las guarder¨ªas, y as¨ª sucesivamente hasta el pr¨®ximo marzo, pues a este paso ni se sabe lo que todav¨ªa nos espera. Un espasm¨®dico plan de choque que parece falto de suficiente evaluaci¨®n previa, por lo que inmediatamente ha sido tachado de maniobra electoralista. Tanto es as¨ª que podr¨ªa sospecharse una deliberada intenci¨®n, por parte del Gobierno, de lanzar sus globos sonda con premeditada chapucer¨ªa con el prop¨®sito de crear pol¨¦mica, a fin de ocupar el escenario medi¨¢tico durante d¨ªas y d¨ªas.
Pero esta fiebre preelectoral no afecta s¨®lo al Gobierno, pues a sus rivales tambi¨¦n les est¨¢ subiendo la temperatura hasta rozar el delirio. As¨ª ocurre en los escenarios catal¨¢n y vasco, donde esta semana hubo debate de pol¨ªtica general, dando ocasi¨®n a los l¨ªderes nacionalistas a extremar el soberanismo de sus reclamaciones con un horizonte a futuro identificado con el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, eufem¨ªsticamente llamado "consulta popular". Carod lo anuncia para el tricentenario de la ca¨ªda de Catalu?a, Mas lo reclama para cuando el Tribunal Constitucional pode o ampute el reformado Estatut y el lehendakari Ibarretxe lo esgrime como amenaza para forzar al Gobierno central a negociar un pacto pol¨ªtico de normalizaci¨®n a fecha fija.
?Por qu¨¦ se contagia ahora la fiebre preelectoral? Seg¨²n tiene por costumbre, el Partido Popular le echa todas las culpas a Zapatero, al que achaca una extrema debilidad de la que se aprovechan los nacionalistas para apretarle las tuercas todo lo que puedan antes de que pierda el poder. Por eso esta recta final de precampa?a proporcionar¨ªa la ¨²ltima oportunidad para ampliar el autogobierno en clave confederal antes del retorno del PP. Pero si esta hip¨®tesis del ahora o nunca tiene visos de realidad no es tanto por la debilidad de Zapatero como por la irreconciliable divisi¨®n que separa al PSOE y el PP, proporcionando la mejor ocasi¨®n al soberanismo para sacar tajada pol¨ªtica.
?Pero se trata s¨®lo de fiebre preelectoral? Es verdad que todos se est¨¢n poniendo muy nerviosos, pues las expectativas demosc¨®picas les anuncian una fuerte hemorragia de votos v¨ªa abstenci¨®n. De ah¨ª esa serie de luchas internas que se est¨¢n abriendo en las distintas formaciones: segunda guerra del f¨²tbol digital dentro del PSOE, pelea en el PP por la sucesi¨®n de Rajoy entre Aguirre y Ruiz-Gallard¨®n con Rato al fondo, mutua dimisi¨®n pactada entre Imaz y Egibar en el PNV, divorcio a la catalana entre Artur Mas y Duran Lleida, nuevo cuestionamiento de Llamazares al frente de la izquierda desunida... Todo esto es verdad, pero a¨²n hay algo m¨¢s, pues lo que se est¨¢ contagiando no es s¨®lo el nerviosismo preelectoral sino la estrategia de la polarizaci¨®n, que tanto ¨¦xito le ha dado al sector radical del PP para cohesionar a sus bases electorales y fidelizar su voto inmuniz¨¢ndolas contra la abstenci¨®n.
Una polarizaci¨®n que hasta ahora s¨®lo buscaba la derecha espa?ola, pero que a partir de ahora tambi¨¦n van a esgrimir contra el Gobierno central las derechas nacionalistas, PNV y CiU, a fin de movilizar a sus bases electorales para evitar tanto su potencial abstenci¨®n, ya constatada en las urnas (refer¨¦ndum catal¨¢n, ¨²ltimos comicios locales), como su posible volatilidad hacia el voto ¨²til, que podr¨ªa desplazarse hacia el PSOE por temor al PP. As¨ª lo expres¨® Artur Mas en el debate catal¨¢n de pol¨ªtica general, cuando declar¨® caducada la l¨ªnea divisoria entre derecha e izquierda y proclam¨® como ¨²nico eje de debate la confrontaci¨®n con el Estado central, a partir de la polarizaci¨®n entre catalanistas y sucursalistas. Y eso es tambi¨¦n lo que implica el ultim¨¢tum de Ibarretxe para forzar al Gobierno a pactar, a fin de polarizar al electorado vasco para fijar y fidelizar el voto de sus bases.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.