Ni pesimistas ni resignados
Javier Arenas se ha autodesignado por aclamaci¨®n popular candidato a la presidencia de la Junta. ?se es el milagro de la democracia interna en el PP. Se nombra un sucesor a dedo o el propio sucesor se sucede a s¨ª mismo y el partido hace un acto para aprobar la decisi¨®n por unanimidad. Hace una semana, en la Junta Directiva Regional del PP andaluz no se alz¨® ni una sola voz en contra de la nominaci¨®n de Arenas por parte de Arenas. Todos fueron aplausos para designar al mismo nuevo candidato del PP en 2008, que ya lo fue en 1994 y 1996. El l¨ªder popular sali¨® de este c¨®nclave reforzado frente a ¨¦l mismo, y catorce a?os despu¨¦s vuelve a encabezar la lista que ya encabez¨® en dos ocasiones con un ¨¦xito de participaci¨®n y p¨²blico que ya hubiera querido para s¨ª El Platanito en sus mejores tardes.
Arenas est¨¢ convencido de que a la tercera ser¨¢ la vencida. En este mundo, les ha venido a decir a los suyos, no hay nada imposible ni eterno, por eso la victoria del PP en Andaluc¨ªa es algo que puede suceder. "Es posible", han sido sus palabras textuales. Por ello, el l¨ªder del PP no quiere cerca de ¨¦l a los pesimistas, ni tampoco a los resignados, sino a personas inasequibles al desaliento que no den una batalla por perdida. Quiere a su lado, en definitiva, a dirigentes como ¨¦l, qui¨¦n a pesar de que nunca ha encabezado una candidatura ganadora a unas elecciones -ni a la Junta, ni al Congreso por la circunscripci¨®n de Sevilla- sigue sin perder la esperanza ni el apoyo de sus militantes. Es m¨¢s, si Sevilla se le resiste, se va a Almer¨ªa. Y a¨²n le quedan otras seis provincias por donde intentarlo.
Esas son adhesiones inquebrantables, y no las que tiene Diego Valderas, que va a terminar creando un cisma en IU para poder encabezar la lista por Sevilla. Valderas se present¨® en las ¨²ltimas elecciones andaluzas como candidato a la presidencia por Huelva y no sali¨® elegido ni diputado, que tiene su m¨¦rito pol¨ªtico. Cualquiera en sus circunstancias se hubiera ido a su casa, pero ¨¦l, con este magn¨ªfico aval, emergi¨® de la derrota reforzado y preparado para esta segunda oportunidad. Y adem¨¢s, dispuesto a llevarse por delante a uno de los escasos avales que le quedan a esta formaci¨®n pol¨ªtica en Andaluc¨ªa, la que ha sido portavoz parlamentaria en esta legislatura, Concha Caballero. Personas como Valderas son las que necesita Arenas a su alrededor. Ni pesimistas ni resignados, inasequibles al desaliento. Capaces de perder las elecciones present¨¢ndose por Huelva o por Sevilla, o por donde pueda o le dejen.
Peor le va al Partido Andalucista. En esta formaci¨®n pol¨ªtica el panorama es tan negro que hasta los cr¨ªticos con Juli¨¢n ?lvarez creen temerario articular una oposici¨®n externa antes de las elecciones. La interna no es posible, ya que los disidentes han sido expulsados. En los pr¨®ximos comicios el PA corre el riesgo de quedarse, por primera vez en la historia, fuera del Parlamento. A ?lvarez le da igual presentarse por cualquier provincia. Y a los militantes tambi¨¦n. Deben de pensar que cada cual est¨¢ en su derecho de elegir donde pegarse el batacazo. Ni Rojas Marcos, ni Pacheco, ni Ortega, ni ?lvarez, ni nadie puede terminar siendo el resumen del recuento en la noche electoral. Pero ah¨ª sigue el l¨ªder del PA, ni pesimista ni resignado. Otro pol¨ªtico de la estirpe que Arenas reclama para estar a su lado.
Presentarse a unas elecciones para perderlas requiere mucho optimismo. Es verdad que resulta m¨¢s llevadero cuando se acumula una larga experiencia en derrotas. Porque lo terriblemente frustrante para un pol¨ªtico es pasar del gobierno a la oposici¨®n, no mantenerse en ella. El ejemplo m¨¢s reciente ha sido Paulino Plata y su frustrada candidatura a la alcald¨ªa de Marbella. Ha durado cien d¨ªas. A Plata le falt¨® desde un principio el optimismo adecuado. Fue a Marbella pesimista y resignado. Y as¨ª no hay qui¨¦n celebre una derrota.
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