La Paz, eje del centralismo
La capital administrativa, basti¨®n de la burocracia, se atrinchera junto al Gobierno contra el traslado de poderes
Sus calles y avenidas son las preferidas de cuanto grupo de manifestantes se forme al calor de cualquier reclamaci¨®n. Los heroicos vecinos de La Paz est¨¢n entre los mayores e involuntarios inhaladores de gases lacrim¨®genos del pa¨ªs en tiempos de dictadura o democracia, y han aprendido, a fuerza de resignaci¨®n, a superar sin mucho trauma la diaria congesti¨®n de autom¨®viles.
La sede del Gobierno de Bolivia se levanta en una hoyada, a 3.650 metros de altitud, y ha peleado espacios a todas las laderas de las monta?as que la rodean para improvisar viviendas deleznables. Una sola gran v¨ªa une El Alto, ciudad dormitorio que acoge el aeropuerto internacional, y que est¨¢ situada en la altiplanicie sobre La Paz, con el resto de la urbe. Cualquier obstrucci¨®n en un tramo a¨ªsla las zonas residenciales, y la circulaci¨®n se colapsa cuando hay m¨¢s de un grupo de manifestantes, que generalmente llegan desde el interior del pa¨ªs y protagonizan marchas, sentadas, ocupaciones de oficinas o crucifixiones para llamar la atenci¨®n de las autoridades.
Se calcula que La Paz perder¨ªa 500 millones de euros al mes con la mudanza
Pese a todo, miles de ciudadanos de El Alto y La Paz (que suman 1,6 millones de habitantes) dijeron a sus compatriotas que "la sede no se mueve", en un impresionante cabildo que fue recibido en el resto del pa¨ªs como una muestra de fuerza y de arrogancia.
Los argumentos hist¨®ricos a favor de la causa sostienen que, en 1826, durante la tercera presidencia en la Rep¨²blica, despu¨¦s del Libertador Bol¨ªvar y de Jos¨¦ Antonio de Sucre, el Gobierno se traslad¨® a La Paz por razones geopol¨ªticas y estrat¨¦gicas.
El presidente del Concejo Municipal de La Paz, Luis Revilla, califica de "impertinente e inoportuna" la discusi¨®n sobre la capital. "No es el momento", dice. "Hay demasiada confrontaci¨®n en el pa¨ªs para incluir un tema sensible y muy delicado para las regiones, que ha sido objeto de una guerra civil hace m¨¢s de 100 a?os y que puede volver a enfrentarnos con consecuencias imprevisibles".
Revilla niega toda posibilidad de debatir el asunto y rechaza el referendo previsto en caso de que los constituyentes no logren acuerdos. "Hay que preguntarse si en alguna parte del mundo se ha sometido a refer¨¦ndum un asunto que perjudica a alguien", declara enf¨¢tico. Y La Paz, seg¨²n sus c¨¢lculos, perder¨ªa 700 millones de d¨®lares (unos 500 millones de euros) al mes y el Estado tendr¨ªa que erogar miles de millones para trasladar los poderes a Sucre.
El flamante Comit¨¦ de Di¨¢logo y Concertaci¨®n, creado por los partidos pol¨ªticos representados en la Asamblea, no ha podido en los dos primeros d¨ªas de trabajo destrabar la agenda e incluir, dentro del cap¨ªtulo de la Organizaci¨®n del Estado, la definici¨®n de la sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo. "Son temas conflictivos, dif¨ªciles de resolver por las posiciones duras de los constituyentes", admiti¨® el tercer vicepresidente de la Asamblea, Ricardo Cuevas, en declaraciones a la prensa local.
Marcela Revollo, asamble¨ªsta del Movimiento Sin Miedo, aliado del oficialista MAS, afirm¨® que la Asamblea "est¨¢ acosada y es v¨ªctima de la conspiraci¨®n de los prefectos (gobernadores) de oposici¨®n y de los comit¨¦s c¨ªvicos", que persisten en rechazar las propuestas de cambio social "para mantener la pobreza y la discriminaci¨®n". "Es un momento peligroso para la propia existencia de la Asamblea", dijo.
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