La literatura libera por dos horas a 150 presos de Teixeiro

La literatura se ha colado en la c¨¢rcel de Teixeiro, el centro provincial de A Coru?a. Hay lista de espera para adherirse al peque?o taller de escritura y lectura y mucha afluencia a las tardes culturales que organiza, casi mensualmente, con un escritor invitado para intercambiar palabras intramuros.

Unos 150 presos, m¨¢s del 10% de la poblaci¨®n reclusa de esta prisi¨®n, asistieron ayer a la tarde literaria protagonizada, esta vez, por el escritor y periodista Manuel Rivas. Durante dos horas, los internos escucharon en silencio, apenas interrumpido en ocasiones por el cuchicheo de una pareja que aprovech¨® la ocasi¨®n para reconciliarse tras una ri?a o las risas de un grupito de j¨®venes, la lectura que el escritor hizo de algunas escenas de su ¨²ltima novela, Os libros arden mal.

Los internos eligen el invitado y los debates se celebran sin ning¨²n tipo de censura

Este modesto proyecto, ya consolidado, ha conseguido hacer de la literatura una terapia

Tres m¨²sicos le acompa?aron en el escenario y los aplausos, en el fr¨ªo y enladrillado sal¨®n de actos de la prisi¨®n, fueron sonoros ante los tangos cantados por Marcos, con Gast¨®n a la guitarra, as¨ª como el sideral sonido del serrucho de Pulpi?o Viasc¨®n. "?Ol¨¦!, ?ese t¨ªo es la hostia!",

le gritaron unas presas, tras su interpretaci¨®n del Negra sombra.

"Un acto como ¨¦ste ser¨ªa impensable hace muy pocos a?os", afirma Alberto, el educador social. No oculta su orgullo y satisfacci¨®n por el ¨¦xito de este modesto proyecto, "ya consolidado", que ha conseguido hacer de la literatura una terapia dentro de los gruesos muros de la c¨¢rcel.

All¨ª dentro el tiempo casi se detiene y eso da para mucho, como leer y luego debatir un libro de 600 p¨¢ginas como el de Rivas, explica Alberto. El aula de lectura, bautizada Emilia Pardo Baz¨¢n, naci¨® hace apenas un a?o y, con s¨®lo 16 integrantes, ha disparado el inter¨¦s dentro de la c¨¢rcel por el mundo de los libros. Prueba de ello son las tardes de lectura que, como la de ayer, congrega cada vez m¨¢s asistentes.

El ¨²ltimo Premio Nadal Lorenzo Silva o la poetisa Eva Veiga precedieron a Rivas en el escenario de la c¨¢rcel para protagonizar actos organizados en colaboraci¨®n con el Pen Clube de Galicia y el Instituto San Clemente, de Santiago. Son los presos los que deciden a qui¨¦n se invita, previa lectura de su ¨²ltima novela o de la m¨¢s destacada.

Se trata de utilizar "la cultura para alcanzar cuotas de libertad", afirma el director del centro penitenciario, Antonio Jos¨¦ V¨¢zquez. Y es que a falta de libertad de movimientos, cobra fuerza la libertad de expresi¨®n, "sin censura, ni limitaci¨®n de ning¨²n tipo", ni siquiera idiom¨¢tica, apunta Alberto, quien anda ahora preocupado por encontrar un educador que se haga cargo de un segundo grupo de lectura que urge constituir ante la gran demanda que genera la actividad literaria dentro de la c¨¢rcel.

En el taller de lectura y escritura, que se re¨²ne dos horas cada semana, no hay censura. Y los debates, en un grupo de presos muy heterog¨¦neo, de todas las edades, nacionalidades y sexos, son intensos. En la actualidad, entre sus integrantes, hay un israel¨ª, varios musulmanes, suramericanos y dos condenados por pertenecer a ETA.

Con tanta diversidad cultural y de procedencia, la discusi¨®n fue de lo m¨¢s animada tras la ¨²ltima lectura, la novela de Amin Maalouf Las cruzadas, vistas por los ¨¢rabes. Pero el que m¨¢s gust¨® de todos, con diferencia, es el genial Germinal, de ?mile Zola. "Lo apreciaron tanto que me obligaron a contarles la historia del movimiento naturalista y de la revoluci¨®n social de los mineros franceses", explica Alberto.

Uno de los presos tiene casi terminado un libro sobre su vida y cuenta "con los ¨¢nimos y elogios" de Lorenzo Silva, a quien consult¨®. Otros, una vez la libertad recobrada, siguen en contacto con el Pen Clube de Galicia, indica su presidente, Luis Tosar, y participan activamente en sus actividades. Destaca el elevado nivel de muchos de los presos. Una de las mejores "alumnas" del taller de lectura, dice Tosar, fue la joven ecuatoriana condenada por el denominado "crimen de la catana" en A Coru?a.

El educador social, Alberto, a?ade: "Le dimos la vuelta a la tortilla. Para romper el estereotipo de que en la c¨¢rcel no hay nivel cultural, demostramos que no existe persona sin cultura, ni sin historia, aunque ellos ni siquiera supiesen que la tienen".

Aunque la m¨²sica se llev¨®, ayer, las mayores ovaciones, los aplausos fueron tambi¨¦n intensos entre los reclusos cuando Rivas termin¨® con la interrogaci¨®n de un personaje de su novela: "?Cu¨¢ntos a?os de c¨¢rcel te meten por ser surrealista? "Por eso, te cae la perpetua, seguro", contest¨®, entre risas y desde el p¨²blico, un preso.

La literatura est¨¢ en auge entre la poblaci¨®n de la prisi¨®n de Teixeiro. Pero tambi¨¦n otras actividades culturales en un lugar donde "matar el tiempo y aprender" se convierte casi en una obsesi¨®n, explica otro de los educadores sociales. Un mural del patio luce, desde hace unos d¨ªas, un enorme dibujo que representa a la Catedral de Santiago. Enfrente, otra pared lleva pintada la Torre de H¨¦rcules y el azul del oc¨¦ano Atl¨¢ntico.

El director del centro destaca otros ¨¦xitos como la orquesta Paradela y el grupo de teatro que interpreta, incluso ahora fuera de los muros de la c¨¢rcel, historias fundamentalmente contra el maltrato y la violencia dom¨¦stica.

Otro de los atractivos del aula de literatura es que se trata de actividades mixtas, abiertas a hombres y mujeres que conviven bajo rejas en pabellones separados. Ellas son minor¨ªa en la prisi¨®n de Teixeiro, apenas 93 de los m¨¢s de 1.400 internos. Pero no son menos activas y tienen adem¨¢s el respaldo de una asociaci¨®n, Nosotras intramuros, que cuenta en su haber con un blog, inaccesible desde la c¨¢rcel donde m¨®viles e Internet est¨¢n prohibidos, e incluso un programa de radio, La voz de las chicass10.