La Junta Militar birmana detiene a centenares de personas para aplastar la 'revoluci¨®n azafr¨¢n'

El jefe de la Junta Militar que gobierna Myanmar (antigua Birmania), Than Shwe ha aceptado reunirse con la premio Nobel de la Paz y l¨ªder de la oposici¨®n Aung San Suu Kyi, por primera vez en los 15 a?os que lleva al frente del r¨¦gimen. El encuentro, anunciado ayer por la televisi¨®n estatal, est¨¢ condicionado a que la activista, l¨ªder de la Liga Nacional para la Democracia, que lleva casi dos d¨¦cadas en arresto domiciliario intermitente, abandone su "postura de confrontaci¨®n contra el r¨¦gimen".

Frente a este ¨²nico logro de la diplomacia de la ONU, los militares birmanos han aplastado casi definitivamente la llamada revoluci¨®n azafr¨¢n, comenzada hace unas semanas por los estudiantes, y encabezada luego por los monjes budistas, con la detenci¨®n de cientos de personas en los ¨²ltimos dos d¨ªas. La mayor¨ªa de los rebeldes que han protestado en las calles a favor de la democracia y contra las represalias de la dictadura han sido encarcelados. Los hombres de Than Shwe tambi¨¦n est¨¢n deteniendo a los acusados de colaborar con la disidencia o de pasar informaci¨®n a los medios occidentales, a los que el r¨¦gimen prohibi¨® la entrada en la antigua capital, Yangon (antes llamada Rang¨²n). Se calcula que unas 6.000 personas pueden haber sido apresadas. Los medios estatales reconocen 2.000 detenidos.

En Mae Sot, ciudad tailandesa fronteriza con Myanmar, algunos ex presos pol¨ªticos insist¨ªan ayer en que las protestas no terminar¨¢n hasta que haya democracia en el pa¨ªs. Algunos de ellos se?alaban que un n¨²mero indeterminado de birmanos podr¨ªa llegar a Tailandia huyendo de las represalias.

Pese a la situaci¨®n, el ambiente en Myanmar es "tranquilo, quiz¨¢ demasiado para lo que est¨¢ pasando", aseguraba un empresario occidental por tel¨¦fono. "Es raro. La gente no sale a la calle y todo parece demasiado en calma", coment¨®. Seg¨²n dijo, muchos diarios est¨¢n cerrando, las calles est¨¢n vac¨ªas y la gente tiene miedo a comentar lo ocurrido. Para los ciudadanos que se unieron a las protestas, lo que ha ocurrido es una revoluci¨®n aplastada por los militares con violencia y unos 300 muertos (oficialmente, s¨®lo se reconocen 16).