El Supremo paquistan¨ª congelar¨¢ el resultado de las presidenciales
Pervez Musharraf y Benazir Bhutto firman un pacto para la "reconciliaci¨®n nacional"
Las controvertidas elecciones presidenciales paquistan¨ªes se celebran hoy como estaba previsto, pero el general Pervez Musharraf -que cuenta con ganarlas- tendr¨¢ que esperar al menos 11 d¨ªas para saber si ha sido reelegido presidente del pa¨ªs. El Tribunal Supremo, que debate los recursos de inconstitucionalidad de la candidatura de Musharraf, autoriz¨® ayer la celebraci¨®n de los comicios, pero se?al¨® que el ganador no se anunciar¨¢ hasta que los jueces fallen sobre las demandas presentadas por la oposici¨®n.
Seg¨²n la oposici¨®n, mientras Musharraf siga llevando el uniforme no estar¨¢ capacitado para presentarse como candidato a las presidenciales. El general ya anunci¨® que si las gana dejar¨¢ el cargo de comandante en jefe del Ej¨¦rcito y su carrera militar, pero sus rivales en la contienda, Wayihudin Ahmed y Majdum Amin Fahim, sostienen que la ley no le permite ser candidato a un nuevo periodo de cinco a?os.
El general, mientras tanto, alcanzaba con la l¨ªder de la oposici¨®n en el exilio, Benazir Bhutto, un pacto para repartirse el poder. Empe?ado en ganar la reelecci¨®n, Musharraf firm¨® un acuerdo de "reconciliaci¨®n nacional" que pasa por retirar los cargos de corrupci¨®n que pesan sobre la l¨ªder del Partido Popular de Pakist¨¢n (PPP). El acuerdo permitir¨¢ tambi¨¦n a la ex primera ministra, que se autoexili¨® en 1999 para evitar ir a la c¨¢rcel, acceder a sus cuentas bancarias, congeladas desde entonces y en las que posee, seg¨²n medios period¨ªsticos paquistan¨ªes, alrededor de mil millones de euros.
A cambio, Bhutto se compromet¨ªa a respaldar la reelecci¨®n de Musharraf. Los 81 diputados de su partido en la Asamblea Nacional, adem¨¢s de los que tienen las cuatro asambleas provinciales, acudir¨¢n hoy a votar en las presidenciales, mientras que el resto de los diputados de la oposici¨®n han boicoteado los comicios, al considerar "ilegal" la candidatura del presidente.
La gobernante Liga Musulmana de Pakist¨¢n-Q (PML-Q), fundada por el general en 2002, cuenta con votos suficientes en el Parlamento y dos asambleas provinciales como para garantizar la reelecci¨®n, pero el hecho de que s¨®lo sus diputados acudieran a votar restar¨ªa credibilidad a la elecci¨®n.
La amnist¨ªa decretada anula los casos de corrupci¨®n que se remontan al periodo entre 1986 y 1999 y beneficia a Bhutto y otros pol¨ªticos con causas pendientes. No afecta, sin embargo, a Nawaz Sharif, el gran rival pol¨ªtico tanto de Musharraf como de Bhutto y el hombre a quien el golpe de Estado de 1999 expuls¨® del poder. El ex primer ministro y l¨ªder de la Liga Musulmana de Pakist¨¢n-Nawaz, deportado el mes pasado a Arabia Saud¨ª nada m¨¢s volver a Islamabad despu¨¦s de siete a?os de exilio, fue acusado y sentenciado en 2000 por fraude y apropiaci¨®n de fondos p¨²blicos.
La Administraci¨®n de Bush, que considera a Musharraf su m¨¢s estrecho aliado asi¨¢tico en la lucha contra el terrorismo, fue la impulsora de este pacto de "reconciliaci¨®n nacional", con el que pretende dar un aire democr¨¢tico a un general profundamente impopular. Llamado popularmente Busharraf, la oposici¨®n isl¨¢mica le acusa de "seguir los dictados de Washington en contra de su pueblo".
Reforma constitucional
El acuerdo para compartir el poder requiere una reforma constitucional, ya pactada, que permita un tercer mandato a los jefes de Gobierno. La actual legislatura concluye el pr¨®ximo 15 de noviembre, por lo que las elecciones generales ser¨¢n a m¨¢s tardar en enero.
"Musharraf ganar¨¢ las elecciones ma?ana y declararle oficialmente presidente para los pr¨®ximos cinco a?os no es m¨¢s que una pura formalidad", declar¨® ayer el fiscal general Malik Mohamed Qayum.
El Tribunal Supremo -mantuvo un duro enfrentamiento con Musharraf cuando ¨¦ste decidi¨® el pasado marzo destituir a su presidente, Iftijar Mohamed Chaudry, a quien los jueces restablecieron en el cargo cinco meses despu¨¦s- dio luz verde hace una semana a la candidatura del general para la reelecci¨®n. Pero el martes pasado se presentaron los nuevos recursos que llevaron a los jueces a ordenar la retenci¨®n del resultado de las presidenciales hasta que haya un veredicto.
El magistrado Yaved Iqbal, que preside la causa, indic¨® que el Tribunal Supremo seguir¨¢ estudiando el caso y volver¨¢ a reunirse el pr¨®ximo d¨ªa 17 para pronunciarse al respecto. Iqbal, sin embargo, no indic¨® cu¨¢nto puede tardar el Tribunal en emitir el fallo que podr¨ªa arrebatar al presidente la reelecci¨®n.
La vuelta de la ex primera ministra
Benazir Bhutto, la primera jefa de un Gobierno isl¨¢mico, que gobern¨® Pakist¨¢n entre 1988 y 1990 y entre 1993 y 1996, logr¨® ayer luz verde para volver a su pa¨ªs sin tener que enfrentarse a la justicia que la persegu¨ªa por supuesta corrupci¨®n. Bhutto, de 54 a?os, tiene previsto volar desde Londres a Karachi -la capital econ¨®mica de Pakist¨¢n y su feudo electoral- el pr¨®ximo d¨ªa 18.La l¨ªder del Partido Popular de Pakist¨¢n (PPP), la principal fuerza pol¨ªtica del llamado en urdu Pa¨ªs de los Puros, negoci¨® durante meses el pacto de "reconciliaci¨®n nacional" firmado ayer con el general Pervez Musharraf, por el que espera recuperar el poder.Las negociaciones, sin embargo, fueron recibidas como un jarro de agua fr¨ªa entre muchos de sus seguidores que, desde el golpe de Estado de 1999, han tenido que sufrir la bota de los militares y ahora se ven forzados a legitimar con su presencia, que no con su voto, en la Asamblea Nacional y en las provinciales la reelecci¨®n del general.Pese a ello, Bhutto, que sigue teniendo una gran influencia en las filas del PPP, convenci¨® a sus hombres de que es la mejor f¨®rmula para que el partido vuelva a dirigir el pa¨ªs y para lograr que el presidente abandone el uniforme.Esta encantadora de serpientes, empe?ada en liberarse de los cargos de corrupci¨®n, s¨®lo pide a sus huestes asistir a la votaci¨®n y que voten al vicepresidente del PPP, Majdum Amin Fahim, quien tambi¨¦n se presenta como candidato a las presidenciales.
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