Pan y rosas para todos
Ninguna propuesta socialista ha tenido un ¨¦xito tan fulminante. D¨ªas despu¨¦s de que el secretario general del PSM, Tom¨¢s G¨®mez, propusiera eliminar el impuesto de patrimonio, el PP se vio obligado a hacerla suya. ?Triunfo del liberalismo como dice Esperanza Aguirre? ?Miedo de la derecha a perder el voto de los m¨¢s acaudalados? M¨¢s bien, no.
El impuesto de patrimonio es una tasa directa que grava fundamentalmente el ahorro de los que viven de su salario, de las clases medias y trabajadoras. Que exime los bienes ligados a la actividad profesional y del que se evaden mayoritariamente los que viven de las rentas de su capital, porque lo gestionan a trav¨¦s de sociedades, empresas o fundaciones. En estas sociedades patrimoniales, que es donde m¨¢s se evade, se haya el capital que m¨¢s deber¨ªa gravarse.
Gravar el acceso a un derecho que afecta a la calidad de vida no es progresista
Pero adem¨¢s el principal activo de las familias espa?olas de clase media y trabajadora, es su casa. Nos matamos trabajando y pagando una hipoteca durante 30 o m¨¢s a?os para poder tener acceso a una vivienda. El 86% de las viviendas lo es en propiedad, aunque s¨®lo el 47% haya conseguido terminar de pagar su hipoteca. El impuesto de patrimonio grava esa propiedad en la medida en que es nuestra, porque hemos pagado la hipoteca. Es decir, grava el acceso a un derecho universal fundamental, reconocido en el art¨ªculo 47 de la Constituci¨®n Espa?ola. Tan poco liberal que obliga a los poderes p¨²blicos a asegurar ese derecho y luchar contra la especulaci¨®n. Gravar el acceso a un derecho fundamental que afecta a la calidad de vida no es progresista.
Es cierto que casi el 70% de la recaudaci¨®n se hace sobre los otros activos de las familias: cuentas bancarias (40%), planes de pensiones (17,6%), acciones (14,7%) y participaciones no cotizadas (11,4%). Porque a medida que pagamos nuestras hipotecas, las propias entidades bancarias van recolocando nuestros ahorros en estos productos financieros. El peso de las cuentas bancarias y de los planes de pensiones se?ala que no se trata de inversiones que busquen beneficios, sino asegurarnos en el futuro una calidad de vida y un nivel de consumo dignos, similar al que disfrutamos cuando podemos ahorrar. Si se pueden gravar es porque est¨¢n a nuestro nombre y no de empresas o fondos de inversi¨®n.
Si faltase alguna raz¨®n m¨¢s, a?adamos que en Madrid s¨®lo pagan el impuesto 169.000 personas. Basta ver los ¨ªndices de crecimiento para comprender que la evasi¨®n es de tal calibre por la definici¨®n misma del impuesto, que lo hace discriminatorio e insolidario contra las rentas salariales que m¨¢s sacrificio de ahorro hacen.
Nuestra estructura fiscal, a pesar de su vocaci¨®n redistributiva, sigue siendo en buena parte una transferencia de las rentas salariales de clase media hacia otros sectores trabajadores m¨¢s desfavorecidos para financiar su acceso a servicios p¨²blicos. Nuestra estructura de rentas ha crecido en desigualdad y a favor de las rentas de capital. Pero adem¨¢s la presi¨®n fiscal sobre esas rentas es inferior a la media de la Europa del euro, a pesar del d¨¦ficit social en relaci¨®n con ella, que a¨²n tenemos que superar.
El debate empieza por un impuesto y su car¨¢cter social. Pero apunta al conjunto del sistema fiscal y su vocaci¨®n redistributiva como motor de progreso econ¨®mico y social, que es la esencia misma de cualquier proyecto socialdem¨®crata.
En Madrid tiene que ver con el modelo de desarrollo. En los ¨²ltimos 10 a?os, se ha basado en ladrillos y tuneladoras, para unos. Para la mayor¨ªa, en empleos precarios, deterioro de servicios p¨²blicos e hipotecas. En un solo mandato, Aguirre ha aumentado la deuda regional en m¨¢s de un 10%, hasta superar los 10.000 millones de euros, mientras que la de la capital alcanza los 6.000. Ha llegado el momento de discutir en serio en qu¨¦ se han gastado, a qui¨¦n benefician esas gigantescas inversiones, si son sostenibles, y c¨®mo vamos a pagarlas.
Necesitamos urgentemente otro modelo de ciudad y de comunidad. Que se oriente a la satisfacci¨®n prioritaria de las necesidades de la mayor¨ªa. Estamos construyendo desde el PSM una nueva mayor¨ªa de izquierdas para la Comunidad, que nos permita a todos tener pan, pero tambi¨¦n rosas.
Delia Blanco es presidenta del PSM.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Esperanza Aguirre
- FSM
- Impuesto Patrimonio
- VIII Legislatura CAM
- Tom¨¢s G¨®mez Franco
- Opini¨®n
- Consejer¨ªas auton¨®micas
- Vicepresidencia auton¨®mica
- Presidencia auton¨®mica
- PSOE-M
- Gobierno Comunidad Madrid
- PSOE
- Parlamentos auton¨®micos
- Financiaci¨®n auton¨®mica
- Impuestos
- Hacienda p¨²blica
- Madrid
- Gobierno auton¨®mico
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Comunidad de Madrid
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Partidos pol¨ªticos
- Comunidades aut¨®nomas
- Parlamento
- Tributos