?Think!
Pensar sobre el hecho de pensar es el gran problema filos¨®fico, cient¨ªfico, ¨¦tico, est¨¦tico, esdr¨²julo y parad¨®jico de la humanidad desde la noche de los tiempos. Para surfear por encima o por debajo de la espesa ola del tema, los humanos construimos tablas de salvaci¨®n en forma de lugares comunes y convenciones. Dicho a la brava: mi quiosquera piensa, el papel de este peri¨®dico, no. Y, en efecto, parece que esto es innegable despu¨¦s de echarle un vistazo al art¨ªculo publicado en EL PA?S del 1 de octubre sobre los avances de la neurociencia a la hora de averiguar el origen molecular de comportamientos, ideolog¨ªas, enamoramientos, creencias religiosas y otras zarandajas, siempre asumidas como libres e intransferibles. El director del Instituto Cajal de Neurociencias del CSIC, Alberto Ferr¨²s, da jaque mate y remata de chilena: "Todo, y todo es todo, est¨¢ en el cerebro". (?Toma, Jeroma, pastillas de goma!) Entonces, ?pensar es libre?
Exactamente el mismo d¨ªa (y luego diremos que las casualidades existen), una ilustre jueza de Vigo le dec¨ªa a este humilde escribiente precisamente eso: "Afortunadamente, pensar es libre". Un servidor ni neg¨® ni afirm¨® ni dud¨®, simplemente a?adi¨®: "Bueno, habr¨ªa mucho que hablar sobre eso". Hete aqu¨ª, que al poco rato aparece el art¨ªculo citado ante mis ojos. L¨¢stima no haberlo visto antes, pero mucho me temo que la respuesta ser¨ªa la misma. Pensar, lo que se dice pensar, es una mala costumbre que suelen tener los cerebros o, al menos, es una facultad que se les suele adjudicar. Desde el de Manolo el del Bombo hasta el de Stephen Hawking. Y puede que sigan pensando las rodajas guardadas en formol del cerebro de Einstein. Otra cosa es que los pensamientos pensados sean, efectivamente, libres. O como dicen los ingleses, free, que sirve tanto para libre como para gratis.
Entonces, ?por d¨®nde anda la libertad de nuestros cerebros? Eso s¨ª, no hay que confundir el pensamiento libre con el libertinaje pensante (y ni hablar del pensar libertino o el librepensamiento). Nadie, ni Dios, puede evitar los sue?os, las malas babas, las pesadillas o las traiciones de la carne. "So?ar es gratis", dec¨ªa Blondie hace mogoll¨®n de a?os ("Dreaming is free"). Gratis, los cojones: la vaca por lo que vale. El cableado neuronal gallego est¨¢ en los petroglifos de nuestros antepasados, en las quejas de los pinos (o de los cotillas) y en los desaparecidos pelos del bigote de Touri?o.
La sociedad de la comunicaci¨®n implica manipulaci¨®n, que es opci¨®n m¨¢s barata y efectiva que la imposici¨®n de anta?o. Es m¨¢s pr¨¢ctico intoxicar y desinformar que sacar los tanques a la calle. Si tan f¨¢cil fue cambiar el mayoritario voto en contra de la OTAN de los espa?oles, ?qu¨¦ no ser¨¢ cambiar el voto del p¨²blico entre los dos ¨²ltimos supervivientes de Gran Hermano?
Pensar, s¨ª, parece libre; pero o bien es mentira, o bien es como tener a Ronaldinho en el equipo: un lujo y un problema a la vez. Es la Libertad para mirar escaparates de Cucharada, el legendario grupo de los a?os setenta. El libre albedr¨ªo que agobi¨® a los padres de la Iglesia es ahora una quimera. Si fu¨¦ramos libres a la hora de pensar (siempre con comillas, ?eh?), el ni?o de la vecina estar¨ªa empezando a hablar chino para labrarse un futuro sin necesidad de afiliarse a un partido pol¨ªtico. Pensar, visto as¨ª, es sin¨®nimo de no dar un palo al agua (er... ?qu¨¦ quiere decir esta expresi¨®n?).
La citada e ilustre jueza viguesa otorga al ciudadano una libertad neuronal que la ciencia niega. Y la religi¨®n, porque cuando se peca, se peca de pensamiento, palabra, obra y/u omisi¨®n. Todo un r¨¦cord a la hora de poner ¨®bices, cortapisas y/o valladares a la libertad de nuestras sinapsis. Las leyes (de la f¨ªsica, de los hombres, de la selva) est¨¢n para ser cumplidas. La religi¨®n est¨¢... bueno, est¨¢. Y la libertad, a la hora de pensar, se debate entre el cuarto de estar y el mando a distancia. Aqu¨ª es donde daba en el clavo el llorado To?ito Blanco cuando, haciendo uso de su libertad de pensamiento, dijo: "Voy a donar mi cuerpo a la ciencia-ficci¨®n". Visto para sentencia.
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