Birmania se desvanece
Los generales que mantienen arrodillada a Birmania saben lo que se hacen. Han pasado dos semanas desde que alcanzara su apogeo la brutal represi¨®n contra las decenas de miles de personas que, encabezadas por los monjes budistas, exig¨ªan pac¨ªficamente libertad y ya el pa¨ªs del sureste asi¨¢tico comienza a desvanecerse en el inter¨¦s medi¨¢tico. La junta castrense ha retirado unos pocos soldados de las calles de Rang¨²n, pero sigue encarcelando opositores en lugares desconocidos y las redadas contin¨²an d¨ªa y noche. Con el n¨²mero de detenidos, oficialmente en torno a 2.700, sucede como con el de muertos, que los militares mantienen en la rid¨ªcula cifra de 12, aunque diplom¨¢ticos, gobiernos occidentales y organizaciones humanitarias creen que han sido centenares
Una vez m¨¢s, Naciones Unidas, falta de la energ¨ªa necesaria en las situaciones cr¨ªticas, muestra su fachada m¨¢s inoperante. Estados Unidos, Francia y Reino Unido encabezan una iniciativa para condenar e imponer sanciones en el Consejo de Seguridad al r¨¦gimen birmano, pero ni China ni Rusia est¨¢n dispuestas a permitirlo. Los pa¨ªses vecinos de Myanmar, encuadrados en la ASEAN, los que realmente podr¨ªan aislar a los espadones, miran hacia otro lado. El secretario general Ban Ki-moon utiliza palabras grandilocuentes, pero el viaje de su enviado a Birmania, sometido por los generales a una antesala humillante y durante el cual han continuado las detenciones masivas, parece haber servido para poco m¨¢s que la foto oficial. Las gestiones de Ibrahim Gambari no han allanado de momento el camino a un encuentro entre los militares y la arrestada l¨ªder opositora y premio Nobel Aung San Suu Kyi, pese a las expectativas suscitadas. Un di¨¢logo por el que inevitablemente pasa cualquier posibilidad de que la dignidad vuelva a Birmania.
La dictadura birmana que encabeza el general Than Shwe ignora la repulsa internacional y est¨¢ consiguiendo su doble objetivo de aterrorizar suficientemente a la poblaci¨®n y cerrar el pa¨ªs a la informaci¨®n fluida. Conocedores los militares -no en vano llevan 45 a?os en el poder- de que las convulsiones en lugares remotos duran lo que su presencia impactante en los medios de comunicaci¨®n, esperan simplemente a que escampe haciendo lo que saben hacer. Lamentablemente, todo sugiere que los birmanos, una vez m¨¢s, deber¨¢n arregl¨¢rselas solos en su renovado desaf¨ªo a sus verdugos.
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