La revoluci¨®n de las descargas r¨¢pidas
Los nuevos programas de intercambio de archivos y los sistemas de alojamiento en p¨¢ginas 'web' ponen en jaque a la industria de contenidos
Pese a sentencias como la que dict¨® la semana pasada un jurado de Estados Unidos condenando a una internauta a 126.000 euros por compartir canciones en la red, el intercambio de archivos por Internet, el P2P, goza de buena salud. Su ¨¦xito es tan imparable que ya ha surgido una nueva generaci¨®n de programas y sistemas de descargas que est¨¢ poniendo, una vez m¨¢s, en jaque a las discogr¨¢ficas, los estudios cinematogr¨¢ficos y, en general, a la industria de contenidos.
Con programas como el Ares se puede bajar un disco en menos de cinco minutos
Se trata, por un lado, de nuevos programas de P2P (del ingl¨¦s peer to peer o entre iguales), mucho m¨¢s sencillos, r¨¢pidos y seguros que los tradicionales como Emule o Bittorrent o Kazaa. Programas como Ares o Azureus est¨¢n haciendo furor entre los usuarios menos familiarizados con la inform¨¢tica. Con otros se puede ver la pel¨ªcula sin necesidad de descargas (Sinlamula.com o Peliculasonline.net). Pero lo ¨²ltimo en descargas son los llamados sitios de alojamiento, desde donde los usuarios pueden bajarse directamente todo tipo de archivos, desde pel¨ªculas, canciones o videojuegos.
No se trata ya de P2P, porque no existe ning¨²n intercambio de archivos entre usuarios sino puras descargas, desde el enlace al ordenador. Hay cientos de p¨¢ginas web dedicadas al alojamiento de archivos, aunque entre las m¨¢s famosas y profesionalizadas est¨¢n Rapidshare, Sendspace, Megaupload o Filefactory.
Una de las mayores diferencias con los tradicionales programas de P2P es que estas p¨¢ginas se financian por publicidad o, directamente, por el cobro de una cuota porque casi todos ellos ofrecen dos tipos de utilizaci¨®n: el gratuito y el de pago o premium. En el primero se limita tanto la capacidad de descarga como la velocidad, y no se garantiza la calidad del contenido, por lo que casi todos los usuarios optan por el pago, El abono anual a Rapidshare, firma radicada en Suiza, cuesta, por ejemplo, 54,99 euros.
Las sociedades de gesti¨®n de derechos, como la espa?ola SGAE, no han tardado en poner el grito en el cielo porque consideran que estos sitios, a diferencia del P2P (al que tambi¨¦n combaten), tienen un flagrante ¨¢nimo de lucro. Seg¨²n estas sociedades, no s¨®lo se violan los derechos de propiedad intelectual sino que, en algunos casos, se comete una estafa.
"El Emule me daba pereza. Para empezar hay que ser un experto para configurarlo, abrir los puertos, desbloquear el cortafuegos, buscar buenos servidores y luego, cruzar los dedos para que funcione. Con el Ares no tengo esos problemas y va mucho m¨¢s r¨¢pido", dice Jorge, de 26 a?os, t¨¦cnico en electromedicina.
Una prueba realizada desde el mismo equipo con conexi¨®n ADSL de 3 Mbps parece darle la raz¨®n: la descarga de la pel¨ªcula Azuloscurocasinegro de Daniel S¨¢nchez Ar¨¦valo en Ares tard¨® una hora y cuarto; en Emule, 13 horas y veinte minutos; el ¨¢lbum Premonici¨®n de David Bisbal, cuatro minutos y medios, en el primer sistema y 37 minutos en el segundo.
Ares naci¨® en 2002, pero comenz¨® su despegue en 2005, cuando se convirti¨® en un programa de software libre para evitar problemas legales. Nadie sabe a ciencia cierta sus cifras de usuarios pero se estima que supera los cinco millones en el mundo. En Espa?a, donde su uso ha comenzado a ser popular apenas hace un a?o, ha superado ya los 200.000 usuarios, a¨²n a cierta distancia de pap¨¢ Emule, que tiene en torno a un mill¨®n. Una de las ventajas de este y otros programas es que el comienzo de las descargas es mucho m¨¢s r¨¢pido y que la interfaz gr¨¢fica es muy sencilla, similar a la de programas como Windows Media o RealPlayer. Su punto d¨¦bil: s¨®lo cuentan con contenidos relativamente recientes.
Las descargas a trav¨¦s de p¨¢ginas de alojamiento son algo m¨¢s complicadas para el usuario. Para empezar por su gran proliferaci¨®n, ya que utilizan blogs y foros para alojar los archivos. Por eso, en muchos casos son lentos, y en otros no funcionan porque son utilizados para colgar publicidad sin contenido real. Adem¨¢s, los archivos m¨¢s pesados -v¨ªdeos o programas- est¨¢n alojados en varias partes, por lo que se necesita descargarse un programa inform¨¢tico para pegarlos.
De ah¨ª que los usuarios recurran a abonarse a los m¨¢s populares mediante el pago de una cuota. Una vez instalados, pueden ser, con diferencia los m¨¢s r¨¢pidos. Una pel¨ªcula disponible comercialmente en DVD tarda apenas 20 minutos en bajarse. "Es tan sencillo como poner en el Google el nombre de la pel¨ªcula que quieres seguido de rapidshare. Y te salen las p¨¢ginas con los enlaces. Una vez que te familiarizas, es lo m¨¢s r¨¢pido. Y no tienes que tener el ordenador encendido todo el d¨ªa", dice Lorenzo, de 35 a?os, periodista, en una web.
Pese a la pol¨¦mica y las demandas, las descargas viven su segunda edad de oro. Los datos (Red.es) lo corroboran; en el ¨²ltimo a?o, el P2P ha crecido m¨¢s de seis puntos y lo practica el 31,8% de los internautas.
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