El zumbido de su cerebro trabajando
Es dif¨ªcil describir el impacto que produjo El cuaderno dorado de Doris Lessing en las escritoras o aspirantes a escritoras de la ¨¦poca. La obra sali¨® en 1962, pero en Espa?a la le¨ªmos en la transici¨®n y cay¨® en nuestras mentes como una bomba, rompiendo paredes, haci¨¦ndonos m¨¢s libres y, como suele suceder con los materiales altamente explosivos, causando tambi¨¦n considerables estragos. Era una novela que hablaba de problemas reales de mujeres reales; de Anna Wulf, escritora y madre en solitario de una ni?a, y de su lucha para salir adelante, para trabajar, para encontrar su lugar en un mundo que acababa de dinamitar (de nuevo un s¨ªmil pirot¨¦cnico: eran tiempos fulminantes) los roles sexuales tradicionales. Y trataba de estos temas, por entonces novedosos, con vigor intelectual y con una gran complejidad formal. Fue un libro rompedor, y de ah¨ª los estragos, porque una legi¨®n de escritoras se dedic¨® a imitar su estilo cacof¨®nico, h¨ªbrido y fragmentario, tan original como brillante. Incluso se estereotip¨®, durante cierto tiempo, una supuesta voz literaria de mujer que pasaba obligatoriamente por escribir as¨ª, con esa t¨¦cnica como de retales. Ni qu¨¦ decir tiene que los resultados fueron por lo general calamitosos.
Su escritura es tensa, s¨®lida, intelectual; m¨¢s que una narradora apasionante, es una pensadora apasionada
?sta es la parte negativa de su influencia. Pero la positiva fue enorme, y consisti¨® precisamente en lo contrario. Doris Lessing demostr¨® que se pod¨ªa escribir sobre temas que antes hab¨ªan sido considerados como de mujeres con altura intelectual y con calidad literaria. Y que a trav¨¦s de esos temas se pod¨ªa retratar el mundo con tanta hondura y amplitud como a trav¨¦s de cualquier otro.
Leo que la Academia Sueca le ha dado el galard¨®n como transmisora "de la experiencia ¨¦pica femenina", y me parece una explicaci¨®n err¨®nea e injusta. Creo que para Lessing la llamada "experiencia femenina" pod¨ªa ser tan ¨¦pica o tan m¨ªsera como la masculina, y exactamente equiparable a la hora de intentar entender la vida. El peso del prejuicio hace que todav¨ªa muchos crean que, cuando una mujer escribe una novela protagonizada por una mujer, est¨¢ hablando de mujeres, mientras que cuando un hombre escribe una novela protagonizada por un hombre, est¨¢ hablando del g¨¦nero humano. El cuaderno dorado nos ense?¨® que la "experiencia femenina" no era ni m¨¢s ni menos que una experiencia profundamente humana.
No he vuelto a leer la novela desde entonces, y es posible que la obra haya envejecido. Creo que hoy preferir¨ªa otras cosas suyas, como la serie de ciencia-ficci¨®n de Canopus en Argos, o sus dos hermosos libros autobiogr¨¢ficos. Su escritura es tensa, s¨®lida, intelectual; m¨¢s que una narradora apasionante, es una pensadora apasionada, y es el brillo y el calor de su cerebro lo que m¨¢s me fascina. Su obra, en cualquier caso, abri¨® innumerables puertas a las escritoras que vinieron despu¨¦s (y tambi¨¦n a muchos escritores).
La entrevist¨¦ en su casa de Londres hace nueve a?os: llegu¨¦ casi emocionada, consciente de mi deuda. Encontr¨¦ a una anciana pulcra, magn¨¦tica, hura?a y austera. Viv¨ªa en una vieja casita con jard¨ªn cuyo piso bajo, cubierto de peri¨®dicos y trastos arrumbados, estaba impracticable. La escritora habitaba en el piso de arriba, un espacio modesto y ordenado pero ra¨ªdo, con muebles, libros y alfombras que parec¨ªan haber ido envejeciendo con ella. Y all¨ª, como una refugiada de la creciente decadencia de las cosas, Lessing segu¨ªa luchando por ser, por saber, por aprender. Casi se pod¨ªa escuchar el zumbido de su cerebro trabajando. Una mujer extraordinaria.
Babelia
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