La conversi¨®n de Siria
Para alcanzar una paz entre ¨¢rabes e israel¨ªes es necesario adoptar un enfoque amplio, porque los asuntos que est¨¢n en juego no pueden separarse unos de otros. No s¨®lo es imposible solucionar problemas clave como los de Jerusal¨¦n o los refugiados palestinos sin llegar a un consenso de todos los ¨¢rabes, sino que cualquier pa¨ªs que se vea apartado del proceso de paz seguir¨¢ manteniendo un papel de potencia revolucionaria tendente a desestabilizar la regi¨®n.
Hay que reconocer que a los Gobiernos israel¨ªes, aunque s¨®lo sea porque no podr¨ªan aguantar los costes pol¨ªticos de las necesarias concesiones, nunca les ha gustado la idea de negociar la paz con todos sus enemigos al mismo tiempo. En consecuencia, la estrategia israel¨ª para alcanzar la paz oscila entre dos perspectivas: mientras que la izquierda del pa¨ªs da prioridad al problema palestino, la derecha prefiere buscar un acuerdo con las grandes potencias ¨¢rabes.
Las actuales conversaciones de paz entre israel¨ªes y palestinos, y el veto estadounidense a las negociaciones con Siria, indican que hemos retomado la idea de que "Palestina va primero". Sin embargo, las perspectivas de ¨¦xito son lamentablemente reducidas. En un momento en el que los estadounidenses todav¨ªa se abstienen de establecer una mediaci¨®n que alcance el nivel de compromiso de Clinton, las partes parecen incapaces de cumplir los m¨¢s m¨ªnimos requisitos exigidos por el contrario para llegar a un acuerdo.
El fracaso de esas negociaciones tendr¨ªa consecuencias funestas para toda la regi¨®n. El eje compuesto por Siria-Ir¨¢n-Ham¨¢s y Hezbol¨¢ se envalentonar¨ªa en su desaf¨ªo contra el liderazgo estadounidense en la zona y, con el presidente palestino Mahmud Abbas apocado y derrotado, ser¨ªa probable encontrarse con una tercera Intifada.
En consecuencia, es de vital importancia sacar a Siria, aliado de Ir¨¢n y patrocinador de agresivos contendientes como Ham¨¢s y Hezbol¨¢, fuera de la ecuaci¨®n b¨¦lica. Sin embargo, para esto ser¨ªa necesario que tanto Israel como Estados Unidos cambiaran de rumbo.
Siria tiene un gran inter¨¦s en que la inviten a participar en un acuerdo con Israel patrocinado por EE UU. La apagada respuesta de los Estados ¨¢rabes ante la misteriosa incursi¨®n a¨¦rea recientemente efectuada por Israel en territorio de Siria refleja el aislamiento que sufre este pa¨ªs dentro del mundo ¨¢rabe: un aislamiento con el que los sirios se encuentran tremendamente inc¨®modos.
El r¨¦gimen baazista de Damasco lo definen dos importantes experiencias formativas: la p¨¦rdida ante Israel por parte de Hafez el Asad de los Altos del Gol¨¢n, y la p¨¦rdida del L¨ªbano sufrida por su hijo Bashar. En consecuencia, la recuperaci¨®n del Gol¨¢n, el reconocimiento de los especiales intereses de Siria en el L¨ªbano y la reconciliaci¨®n con Estados Unidos son objetivos vitales para el r¨¦gimen, y la mejor manera de dotar de m¨¢s legitimidad interna al propio Bashar el Asad.
El regreso de Siria al seno del consenso ¨¢rabe y la consecuci¨®n de apoyo econ¨®mico por parte de las monarqu¨ªas del Golfo, a cambio del abandono de la alianza con los chi¨ªes de Ir¨¢n y de Hezbol¨¢, tambi¨¦n ser¨ªan logros considerables. Puede que Bashar no tenga la sagacidad de su padre, pero s¨ª sabe una verdad muy sencilla: el precio que hay que pagar es la paz con Israel.
Lo que a¨²n no est¨¢ claro es si Bashar comprende que la paz no s¨®lo tiene que ver con la recuperaci¨®n del Gol¨¢n, sino con la normalizaci¨®n de las relaciones con Israel, algo que su padre era reacio a permitir. El viejo Asad tem¨ªa que la apertura de fronteras y el fin de la pol¨ªtica de confrontaci¨®n pudieran erosionar su r¨¦gimen de partido ¨²nico. Por tanto, la paz, para poder reducir el ansia de realizar aventuras militares temerarias, exige ciertos cambios pol¨ªticos y socio-econ¨®micos.
La conversi¨®n de Damasco no s¨®lo es posible sino vital para la paz de la regi¨®n. En la actualidad, la posibilidad m¨¢s realista es que Israel se lance a combatir en tres frentes con Siria, Ham¨¢s y Hezbol¨¢. Pero una paz entre sirios e israel¨ªes introducir¨ªa una cu?a entre Siria e Ir¨¢n, cortando por tanto los cauces de suministro armament¨ªstico de Hezbol¨¢, y permitiendo al mismo tiempo que triunfara la tarea esencial de estabilizaci¨®n del L¨ªbano.
La ¨²nica forma de arrancar a Siria del fatal abrazo iran¨ª es arrastrarla a un marco de paz regional. Por desgracia, precisamente por su aislamiento y por el car¨¢cter paranoico del r¨¦gimen baazista, no es probable que los sirios cumplan la condici¨®n que pone Estados Unidos para iniciar conversaciones de paz, es decir, abandonar sus actuales alianzas con Estados d¨ªscolos y su maridaje con el terrorismo. Sin embargo, la conversi¨®n de Damasco s¨®lo podr¨¢ ser el resultado de unas negociaciones, no el requisito para celebrarlas.
La idea de que para entrar en un proceso de paz entre ¨¢rabes e israel¨ªes haya que escoger entre una v¨ªa siria o palestina ha demostrado su car¨¢cter peligrosamente falaz. Ni los palestinos ni los sirios consentir¨¢n que se les excluya. En las relaciones internacionales, una fuerza revolucionaria es aquella cuyo nivel de insatisfacci¨®n con el statu quo es tal que sirve para socavarlo, al precio que sea.
Adem¨¢s de revisar en qu¨¦ estado se encuentran las negociaciones israelo-palestinas, la conferencia sobre Oriente Pr¨®ximo convocada para noviembre por el presidente George W. Bush tendr¨ªa que comenzar por elaborar un programa de negociaciones entre Israel y Siria, y organizar un foro para toda la regi¨®n con normas de comportamiento y participaci¨®n claras y consensuadas por todas las partes. Evidentemente, esta conferencia no pondr¨¢ fin al eje Damasco-Teher¨¢n, pero si Estados Unidos utiliza una diplomacia diferente a la que hasta el momento lo ha puesto a la defensiva pr¨¢cticamente en todos los frentes, s¨ª podr¨ªa comenzar a corroer los cimientos de ese eje.
Shlomo Ben Ami ha sido ministro de Asuntos Exteriores de Israel y en la actualidad es vicepresidente del Centro Internacional de Toledo para la Paz. Su ¨²ltimo libro es Cicatrices de guerra, heridas de paz. Traducci¨®n de Jes¨²s Cu¨¦llar Menezo.
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