Entrar al trapo
D¨ªcese normalmente que una persona "entra al trapo" cuando, respondiendo a un est¨ªmulo externo calculado, hace, sin darse cuenta, precisamente aquello que otros desean que haga. Algo parecido a lo que hacen los toros delante del capote o la muleta. Pues bien, sacar a relucir un trapo tratando de que otros entren al mismo parece haber entrado a formar parte de manera irremediable los usos y costumbres m¨¢s extendidos en la pol¨ªtica de este pa¨ªs.
Los destinatarios del se?uelo suelen ser de dos tipos. Por un lado est¨¢n los adversarios pol¨ªticos, de quienes se espera que reaccionen de manera m¨¢s o menos airada, pero en todo caso enfrasc¨¢ndose en un debate y meti¨¦ndose en un huerto cuidadosamente elegidos por quien inaugura la secuencia. Y, por otra parte, est¨¢n los medios de comunicaci¨®n, cuyo papel de altavoz resulta fundamental en cualquier estrategia orientada a llamar la atenci¨®n sobre un tema. De hecho, el efecto provocador de un trapo que se airea es directamente proporcional al eco que el mismo alcanza en los medios de comunicaci¨®n. Algunos pol¨ªticos han llegado a utilizar a conveniencia expresiones desafiantes o frases subidas de tono para, de ese modo, desviar la atenci¨®n de otros temas que ven¨ªan absorbiendo la actualidad. En sus buenos tiempos, Alfonso Guerra era un aut¨¦ntico especialista en llamar la atenci¨®n sobre s¨ª mismo, utilizando para ello la provocaci¨®n y logrando de esa manera que pasaran a un segundo plano cuestiones diversas que ocupaban la escena pol¨ªtica y pod¨ªan da?ar la imagen del Gobierno socialista de la ¨¦poca.
El caso de Ibarretxe y su consulta contiene todos los elementos caracter¨ªsticos de un reto, que busca -y necesita- gente que le entre al trapo. Es sin duda una provocaci¨®n en toda la regla, pues es dif¨ªcil catalogar de otra manera la ruptura del compromiso adquirido p¨²blicamente -por ¨¦l mismo-, sobre la necesaria ausencia de violencia para proponer una consulta de esa naturaleza. Hiere en lo m¨¢s hondo a muchas personas a las que se les impide por la fuerza el ejercicio de la actividad pol¨ªtica en muchos peque?os pueblos de Euskadi, all¨¢ donde las mafias violentas imponen la ley del miedo y del silencio. Y genera la espont¨¢nea reacci¨®n de quienes est¨¢n hartos de que la agenda nacionalista se imponga siempre sobre tantos otros problemas que requerir¨ªan la atenci¨®n de los gobernantes.
Por todo ello, la propuesta del lehendakari constituye un trapo en toda la regla, al que ya han entrado como miuras tanto la plana mayor del PP como desde algunos sectores socialistas que, como el inefable Bono, propone enviar a la polic¨ªa para impedir la consulta. Ni el propio Ibarretxe pod¨ªa imaginar semejante resultado tras m¨¢s de dos a?os de desorientaci¨®n y desplazamiento del centro de la pol¨ªtica vasca, y despu¨¦s de dos reveses electorales consecutivos. Y es que el lehendakari, no s¨®lo ha logrado marcar la agenda y los tiempos del debate pol¨ªtico, sino que, gracias a algunas de las reacciones habidas, ha aprovechado el victimismo para tensar las propias filas, y desplazar las voces que reclaman otro discurso en el seno de su partido.
No se trata de despreciar la propuesta de la consulta, ni de negar su posible colisi¨®n con el actual marco jur¨ªdico. Pero, en mi opini¨®n, esa no es ahora la cuesti¨®n, ni lo que m¨¢s preocupa a la ciudadan¨ªa. En el momento presente, lo que interesa a la mayor¨ªa de la gente no es si la consulta es o no ilegal pues, si representara algo positivo, ser¨ªamos muchos quienes reclamar¨ªamos al Gobierno central que la autorizase, que pusiera en marcha los instrumentos legales que la hicieran posible. Lo que, a mi modo de ver, interesa y preocupa m¨¢s es que se tratar¨ªa de una consulta antidemocr¨¢tica -sin igualdad de condiciones para el debate pol¨ªtico-, e in¨²til pol¨ªticamente -en el sentido de que en vez de mejorar las cosas contribuir¨ªa a empeorarlas, dividiendo a¨²n m¨¢s a la sociedad-. Enredarse con otro tipo de cuestiones es, a la postre, entrar al trapo y favorecer el escenario que probablemente busca la propia propuesta.
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