"Estuve dos horas llorando"

"En cuesti¨®n de minutos, el agua lleg¨® al metro y medio en la cocina. Cog¨ª a mi perra y me sub¨ª a la terraza. Estuve dos horas llorando, muy asustada. Estaba sola". Este es el relato de Esperanza Zamora, de 67 a?os, una mujer viuda, vecina de la calle de Girona, en Els Poblets. El agua ha arruinado todos sus enseres dom¨¦sticos. "Lo he perdido todo. La tele, las sillas, la cama". "?Crees que alguien me ayudar¨¢?", pregunta al periodista entre sollozos. A su lado, sus hijos se afanan en la retirada del lodo y los escombros que cubren toda la planta baja de la casa.

El caso de Esperanza no es el ¨²nico. Cerca de 300 vecinos de Els Poblets han sufrido inundaciones en sus viviendas, seg¨²n datos de la Polic¨ªa Local. Los m¨¢s afectados son los que residen a la altura del primer puente del r¨ªo Girona, a la entrada del pueblo. "Tengo miedo de entrar en mi casa. La fuerza con la que irrumpi¨® el agua en el s¨®tano ha minado los pilares, y esto puede caerse en cualquier momento. Hemos perdido todo, incluido tres veh¨ªculos que ten¨ªamos", se?ala Rafael Garc¨ªa, que junto a su mujer Amparo Mas, se da un respiro en la retirada escombros de la casa. "Mi marido entr¨® en la casa, con un metro de agua, suerte que la puerta cedi¨®, si no nos matamos", explica ella.

Una anciana fue dada por muerta por los cortes de carreteras que hac¨ªan dif¨ªcil llegar al hospital

El comentario del resto de vecinos de esta localidad, de apenas 2.000 habitantes, es muy similar. "Esto es una ruina. No me ha quedado nada", se lamenta Antonio Pulido, de 45 a?os. "Aqu¨ª, todav¨ªa no ha venido nadie a interesarse por los da?os que hemos sufrido. ?La noche? la pas¨¦ en casa de otro vecino".

Adem¨¢s del lamento por las p¨¦rdidas que la riada ha ocasionado en sus viviendas, todos coinciden a la hora de describir la inusual y virulenta riada. "En mi vida he visto algo igual. Otras veces llovi¨® mucho, pero nunca el r¨ªo se desbord¨® as¨ª. Yo creo que es porque no limpian el cauce", asevera F¨¦lix Salort, de 77 a?os, mientras recorre el curso del r¨ªo entre El Verger y Els Poblets.

En las calles adyacentes al cauce del Girona, a su paso por El Verger, los vecinos, pr¨¢cticamente desde el alba hasta el anochecer de ayer, no abandonaron la pala y la manguera de agua para sacar de sus casas el lodo, los escombros y las ca?as. "Yo he perdido toda la maquinaria y todos los archivos de la empresa, en total m¨¢s de 20.000 euros", explica Francisco Pe?alver, de 51 a?os, due?o de un taller de fontaner¨ªa. "El agua ha llegado a una altura de tres metros", a?ade mientras se?ala con el ¨ªndice hacia el techo del almac¨¦n siniestrado.

Ese taller, como decenas de viviendas levantadas en la primera l¨ªnea del cauce del r¨ªo, es uno de los inmuebles m¨¢s afectados. No obstante, la inundaci¨®n se extendi¨® en un radio de 100 metros hacia adentro, anegando las viviendas de esas calles. "He perdido todo, la televisi¨®n, la ropa, hasta el dinero y la documentaci¨®n. No me ha quedado nada", narra entre l¨¢grimas Gloria Moya, de 62 a?os.

Las inundaciones del viernes en la comarca alicantina de La Marina Alta depararon angustiosas escenas de rescate, como el caso de una vecina de T¨¤rbena, inicialmente dada por muerta. La mujer, de 89 a?os, qued¨® indispuesta a las 16.30 del viernes, con s¨ªntomas similares a los de un infarto, pero la ausencia de un m¨¦dico en la poblaci¨®n (de 700 habitantes), que no dispone de servicio en festivos, impidi¨® que se le realizara un diagn¨®stico certero. Empezaba para esa familia un calvario con final feliz. "No sab¨ªamos qu¨¦ hacer ni como tratarla, y el tiempo jugaba en nuestra contra", explica el nieto. Finalmente, pasadas varias horas, optaron por recurrir a un helic¨®ptero que despeg¨® desde la localidad de La Vila Joiosa y que seg¨²n la familia lleg¨® a intentar aterrizar en T¨¤rbena a las 20.30, pero las condiciones meteorol¨®gicas hac¨ªan inviable tambi¨¦n la operaci¨®n. A las 9.30 de ayer lleg¨® el helic¨®ptero, que se llev¨® a anciana al hospital de La Vila Joiosa. "Ha sucedido un milagro, porque est¨¢ bien. Los m¨¦dicos no se lo explican", cuenta aliviado el nieto.

Informaci¨®n elaborada con aportaciones de Sergi Castillo y Rebeca Llorente.