Aulas de acogida para la integraci¨®n cultural
Compatibilizar la vida familiar y la laboral es complicado. Por eso, en pueblos agr¨ªcolas onubenses como Lepe, Almonte o Moguer, los colegios tienen aulas de acogida para hijos de trabajadores, una disponibilidad que se hace m¨¢s necesaria en ¨¦poca de recolecci¨®n, cuando miles de temporeros, espa?oles y extranjeros, trabajan desde bien entrada la madrugada.
Ayer, Alicia Lim¨®n, de 22 a?os y diplomada en Educaci¨®n Infantil, inici¨® su trabajo de monitora en el aula de acogida del colegio Oria Casta?eda, en Lepe. Unas 100 familias ya han solicitado estos servicios ofrecidos y gestionados por el Ayuntamiento de Lepe y se espera que la cifra supere los 300 del a?o pasado. Los horarios son de 7.00 a 9.00 y de 14.00 a 16.00. En campa?a agr¨ªcola, la apertura se adelanta a las 6.00.
"Con los chicos procuramos hacer actividades l¨²dicas: dibujar, recortables, juegos... Cosas alejadas del d¨ªa a d¨ªa que se van a encontrar en clase", comenta Alicia. Sabe que muchos de sus alumnos, de entre tres y 12 a?os, ser¨¢n hijos de trabajadores extranjeros radicados en el pueblo. Para ellos, preparar¨¢ actividades destinadas a facilitar su integraci¨®n.
Tras la hora del comedor, el aula se inunda con m¨¢s de una quincena de chavales y Alicia los organiza en los pupitres y reparte l¨¢minas para colorear y l¨¢pices. Uno de los chicos es Mohcen Benizza, de padres marroqu¨ªes. Parece t¨ªmido y mientras llena de color una vaca dice que dibujar es lo que m¨¢s le gusta. "La vaca la voy a poner de blanco y negro. Pero con el morro de rosa", salta de pronto. No es tan t¨ªmido. Su padre es Abdal¨¢ Benizza. Lleva 17 a?os viviendo en Lepe y se dedica al tajo en el campo. "Las aulas de acogida son muy ¨²tiles porque no tengo nadie con quien dejar a mi hijo cuando estoy en el trabajo", dice. "Antes se quedaba su madre, pero ella tambi¨¦n trabaja y gracias al colegio nos podemos organizar".
Junto a Mochen, los hermanos Ismael y Carlos Orta, de 10 y cinco a?os, se afanan con sus l¨¢minas. El peque?o luce la sombra de un bigote de mosquetero hecho con rotulador. Con ese aspecto, su petici¨®n de m¨¢s l¨¢pices de colores se toma mucho m¨¢s en serio. La madre de ambos, Dolores Prieto, tambi¨¦n trabajadora en el campo, est¨¢ encantada. "Sin las aulas, ir¨ªamos de cabeza. Cuando salgo de trabajar y recojo a mis ni?os, sobre las tres y media o las cuatro, ya han comido y en casa pueden hacer las tareas o lo que quieran", destaca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.