Demasiado sencillo para el Valencia

Fue tan sencillo como el mecanismo que hace funcionar un silbato. Precisamente, con un silbido del ¨¢rbitro acab¨® el partido. Al talentoso Silva se le encendi¨® la pierna, envi¨® una pelota al ¨¢rea del Deportivo para que la pescase a la carrera Joaqu¨ªn y, en el cruce, Coloccini tropez¨® con la pierna del habilidoso centrocampista. Penalti por intromisi¨®n. Era el minuto 8. Se presentaba el partido perfecto para el entrenador del Valencia, Quique S¨¢nchez Flores, que propicia que su equipo se sienta c¨®modo jugando a la contra cuando el viento sopla a favor de sus intereses.

Joaqu¨ªn lanz¨® la pena m¨¢xima a la escuadra derecha del meta Aouate haciendo est¨¦ril su estirada. En ese momento, la estad¨ªstica pes¨® m¨¢s que la forma que hab¨ªan demostrado los dos equipos en la ¨²ltima jornada de la Liga. El Deportivo ven¨ªa de mojar en Sevilla; el Valencia, de perder contra el Espanyol. Se record¨® que el equipo valenciano es el que m¨¢s puntos ha birlado en Riazor y que se ha embolsado la victoria las tres ¨²ltimas temporadas. En la grada tambi¨¦n se ment¨® aquella aciaga noche en la que Djukic le estrope¨® al Deportivo la celebraci¨®n del t¨ªtulo de Liga desde los once metros al no ser capaz de batir al portero Gonz¨¢lez para regocijo del dream team de Cruyff.

Un Deportivo-Valencia siempre se presenta como una justa con muchos asuntos pendientes, pero la memoria es patrimonio de la afici¨®n.

Miguel ?ngel Lotina plante¨® el partido con la sana intenci¨®n de intentar jugar al f¨²tbol, como hab¨ªa hecho contra el Espanyol y el Sevilla. Quique Flores se olvid¨® de la man¨ªa de rotar, con excepci¨®n de los cambios obligados por las lesiones, como el del delantero Villa. El Deportivo, con el marcador en contra, continu¨® queriendo querer jugar, pero se empotr¨® contra un Valencia que pretende que le hagan ese juego para llevarse en el zurr¨®n los puntos.

Siete minutos despu¨¦s del primer gol, Joaqu¨ªn, al que el brasile?o Filipe permit¨ª¨® firmar una hoja de servicios con unos n¨²meros de esc¨¢ndalo, centr¨®, Silva la envi¨® al ¨¢rea a la primera, Coloccini se pas¨® de frenada y Baraja empuj¨® a gol el regalo.

El resultado parec¨ªa sentenciado, m¨¢xime cuando el equipo que defiende la ventaja es el p¨¦treo Valencia.

En la grada ya se hab¨ªa propagada la desaz¨®n, a sabiendas de que al Deportivo le cuesta ganar en casa y de que el Valencia no ha perdido a domicilio. Pero Ca?izares, que reaparec¨ªa, se trag¨® un centro de Juan Rodr¨ªguez que aprovech¨® Xisco para acortar el marcador, estrenarse en esta temporada y recuperar la ilusi¨®n. Result¨® un espejismo porque Morientes remat¨® a placer un centro de Joaqu¨ªn cuando corr¨ªa el minuto 37.

Con este duro correctivo por las intenciones demostradas, se lleg¨® al segundo bocado del partido. Con el resuello renovado, tampoco cambi¨® mucho la cosa. El Deportivo quer¨ªa jugar y el Valencia no le dejaba. Y, en esa lucha entre el querer y el poder, el equipo de Quique, como en las ¨²ltimas temporadas, esper¨® a que el reloj se?alase el final de un partido simple como el mecanismo de un silbato. Incluso se permiti¨® el lujazo de un cuarto gol. El cartero Silva se la puso en la cabeza para que Morientes se diese un gustazo. Fue la r¨²brica de un equipo que sabe a lo que juega contra uno que lo busca. El gol de Bodipo lleg¨® tarde.

Deportivo 2 - Valencia 4