El Bulli, en vi?etas
Una exposici¨®n y un c¨®mic 'manga' retratan el arte de Ferran Adri¨¤
Ferran Adri¨¤ est¨¢ saboreando bien este 2007. Su universo gastron¨®mico ha sido reconocido como arte en la Documenta de Kassel, que convirti¨® el verano pasado el restaurante El Bulli en un pabell¨®n de esta feria de la vanguardia creadora; es protagonista de un c¨®mic manga, creado por el m¨ªtico cocinero japon¨¦s Hiroyoshi Ishida (Mibu); y sus logros culinarios son objeto de una exposici¨®n en Madrid (Pr¨ªncipe de Vergara, 122), promovida por De Dietrich, firma especializada en cocinas con 300 a?os de historia.
El nombre de la muestra, Di¨¢logo, simboliza la aproximaci¨®n entre la cocina y las disciplinas art¨ªsticas. El men¨² lo componen videobodegones, fotobodegones, bodego-collages... Una momia de salmonete (espina frita envuelta en algod¨®n de az¨²car); una mesa en la que se proyecta a tiempo real una cena en El Bulli; un muelle/sortija de aceite de oliva junto a un destornillador el¨¦ctrico tuneado para hilar; un v¨ªdeo en el que se deshiela un manjar o un panel con objetos que han hecho posible la cocina espa?ola de vanguardia. Del nitr¨®geno a los sifones para espumas o las jeringas, tubos para esferificar y vajillas de formas audaces... El fot¨®grafo Francesc Guillamet, el videocreador Vicen? Asensio y el dise?ador industrial Luki Huber, colaboradores de El Bulli, son los art¨ªfices de esta muestra.
"No se hab¨ªan hecho bodegones contempor¨¢neos con la alta gastronom¨ªa. Una cosa es hacer arte con comida y otra es la cocina como inspiraci¨®n para hacer arte", asegura Adri¨¤. Y es consciente de que los platos que salen cada a?o del taller de El Bulli son recibidos en la mesa como aut¨¦nticos bodegones comestibles. ?Un ejemplo? La hilera de mejillones de roca y polvo de hierbas, uno de los platos del men¨² de este a?o, que se presenta como los botones de una camisa a los ojos del cliente.
La forma en que Adri¨¤ dibuja los platos tiene mucho que ver con lo aprendido del chef de Mibu, Hiroyoshi Ishida. Mibu, situado en el elegante barrio de Ginza, s¨®lo tiene una mesa en la que comen ocho personas (a mil euros el cubierto). Un club donde los abonados pasan su privilegio de padres a hijos. Adri¨¤ tuvo la suerte de comer all¨ª. Emocionado, invit¨® al chef japon¨¦s a Roses. En marzo de 2003, Mibu se traslad¨® a El Bulli durante una semana y ambos cocineros fraguaron un encuentro entre lo zen y lo mediterr¨¢neo.
"Ishida dice que le he dado una segunda juventud, pero ¨¦l me hizo comprender la sensibilidad japonesa", cuenta Adri¨¤ con un regalo del chef nip¨®n en la mano: un manga que cuenta la fusi¨®n Mibu-Bulli y del que se han editado en Jap¨®n 6.000 ejemplares. El c¨®mic cuenta el viaje de Tokio a la Cala Montjoi: el traslado en avi¨®n de los productos japoneses (incluida el agua), la redecoraci¨®n de El Bulli con ikebana y antig¨¹edades, as¨ª como la llegada de un grupo de cantantes nipones de ¨®pera y hasta los ejercicios de meditaci¨®n de los Ishida a pie de playa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.