MLNV
Aunque ciertas interpretaciones est¨¢n generalizadas entre la clase pol¨ªtico-medi¨¢tica e incluso son criterio de actuaci¨®n judicial, Batasuna no es ETA. Tampoco es equiparable al resto de fuerzas pol¨ªticas. Ambas aproximaciones son erroneas. Ignoran u ocultan algo que por otra parte es p¨²blico y notorio: que tanto Batasuna como ETA forman parte de una estructura organizativa conocida como Movimiento de Liberaci¨®n Nacional Vasco (MLNV). Como es caracter¨ªstico de la estructura organizativa de todo movimiento de liberaci¨®n nacional, cuyo origen est¨¢ en la experiencia revolucionaria que lider¨® Mao Zedong en China, forman parte de ella, en este caso del MLNV, un aparato armado (ETA), una direcci¨®n pol¨ªtica, y una organizaci¨®n de masas (conocida, entre otras denominaciones, como Batasuna). Como tambi¨¦n caracteriza a los movimientos de liberaci¨®n nacionales, la estrategia que desarrolla el MLNV tiene una naturaleza pol¨ªtico-militar, y los objetivos que persigue tienen un caracter revolucionario, no reformista. Adem¨¢s, la violencia que emplea no es la inevitable consecuencia de un conflicto nacional, tal y como su propaganda pretende hacer creer, sino la aplicaci¨®n de la ideolog¨ªa revolucionaria de la que se nutre; es decir, la praxis de un credo que persigue, conforme a la teorizaci¨®n de Lenin y Mao, impulsar la guerra civil entre la poblaci¨®n.
Pedir a Batasuna que condene a ETA implica un desconocimiento aterrador de la realidad
La violencia que emplea no es la inevitable consecuencia de un conflicto nacional, como dice su propaganda
Seg¨²n esas tesis, la violencia no solo es justa, sino que es tambi¨¦n necesaria para dar respuesta a la violencia estructural del capitalismo. Dada la envergadura de las transformaciones sociales que se persiguen, la dictadura popular, como en otros lugares donde los movimientos nacionales alcanzaron el poder (China, Cuba, Vietnam...) resultar¨¢ inevitable, y el Movimiento no cesar¨¢ de combatir hasta imponerla mediante el desarrollo de una guerra popular prolongada, o hasta acabar derrotado. De momento, ha sido capaz de mantener encendido un foco revolucionario en el interior de la sociedad occidental durante cerca de cuarenta a?os.
La violencia, seg¨²n la fe marxista, es la partera de la historia, y el conflicto nacional, que en nuestro caso se manifiesta en las diversas identidades nacionales que mantiene la poblaci¨®n vasca, sirve de caldo de cultivo y justificaci¨®n para que el movimiento pueda desarrollar su proyecto de simplificaci¨®n totalitario. Conf¨ªa en la dilatada dimensi¨®n del tiempo revolucionario y en una pr¨®xima relaci¨®n de fuerzas, internas y externas, m¨¢s favorable. De ah¨ª, que la comprensi¨®n de lo que significa un movimiento de liberaci¨®n nacional, resulta clave para poder interpretar la realidad vasca contemporanea y su futuro.
As¨ª, el MLNV tuvo su origen en la estrategia argaliana recogida en el ETA-ren Agiria de 1974. En este famoso documento se establecieron las bases constituyentes de una organizaci¨®n "para poder mantenernos independientes de todo compromiso, con objeto de garantizar la consecuci¨®n de los objetivos finales que hasta hoy ha venido defendiendo ETA, es decir, la constituci¨®n de un Estado Socialista Vasco". Ya entonces se interpretaba que para poder sobrevivir sin renunciar a sus objetivos revolucionarios la organizaci¨®n armada deb¨ªa mantenerse separada del ¨¢mbito pol¨ªtico, pues de lo contrario, tal y como se preve¨ªa, si ambas tareas no se disociaban y los mienbros de la organizaci¨®n armada se ocupaban tambi¨¦n de las tareas politicas cotidianas, esta participaci¨®n llevar¨ªa inevitablemente a la organizaci¨®n a posiciones reformistas.
Para preparar el combate al reformismo e impedir la consolidaci¨®n democr¨¢tica en Euskadi, la organizaci¨®n que se fue gestando en torno a ETA (m) culmin¨® al cabo de unos a?os en una estructura capaz de albergar a una mir¨ªada de movimientos populares, agrupados junto con la organizaci¨®n armada en el denominado MLNV. La Unidad Popular (Herri Batasuna) asumir¨¢ la tarea de organizaci¨®n y expresi¨®n pol¨ªtica de los diversos sectores sociales, y la direcci¨®n del Movimiento seguir¨¢ una estrategia que combinar¨¢ el empleo de la violencia con la dial¨¦ctica pol¨ªtica. Aunque coyunturalmente puedan surgir entre los integrantes del Movimiento discrepancias sobre la valoraci¨®n pol¨ªtica o militar de la organizaci¨®n, la naturaleza pol¨ªtico-militar y sus objetivos revolucionarios permanecer¨¢n incuestionables.
Desde que ETA en su V Asamblea (1966-67) asumi¨® el marxismo-leninismo con una direcci¨®n formada en seminarios, una doble orientaci¨®n populista (nacional y de clase) forma parte de las se?as de identidad de la organizaci¨®n, tal y como recientemente lo recordaba en su comunicado de enero de 2007 tras el atentado de Barajas: "ETA, Organizaci¨®n Socialista Revolucionaria Vasca". Cuando desde el MLNV se habla de independencia o de autodeterminaci¨®n debe interpretarse que lo hace en el sentido pol¨ªtico que le da el nacionalismo burgu¨¦s y democr¨¢tico, sino que la independencia y la autodeterminaci¨®n que pretende se orienta tambi¨¦n en relaci¨®n a una ruptura con el capitalismo y la democracia parlamentaria. De ah¨ª que las recurrentes reivindicaciones del di¨¢logo y la negociaci¨®n como v¨ªas para resolver el conflicto no sean sino recursos dial¨¦cticos para poder seguir la lucha. Las pretensiones de dar cobertura legal a una organizaci¨®n pol¨ªtico-militar invocando principios democr¨¢ticos resultan disparatadas, y tambi¨¦n son pat¨¦ticas las peticiones que se dirigen a Batasuna para que condene a ETA. Implican un desconocimiento aterrador de la realidad. Un patrimonio que con frecuencia atesoran personas con responsabilidades p¨²blicas.
I?igo Bullain es profesor de Derecho Constitucional y Europeo de la Universidad del Pa¨ªs Vasco
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