Nueva York se adue?a de la vida pol¨ªtica
La dem¨®crata Hillary Clinton y el republicano Rudy Giuliani, posibles candidatos presidenciales de sus partidos, sit¨²an el noreste de Estados Unidos como regi¨®n clave en las elecciones de 2008
Hace un a?o predije en EL PA?S que Rudy Giuliani, a quien nadie otorgaba entonces ninguna opci¨®n, ten¨ªa verdaderas probabilidades de ser candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos. Tambi¨¦n se?al¨¦ que Espa?a no deber¨ªa fiarse de que Francia fuera siempre pol¨ªticamente antiamericana. A pesar de sus rivalidades, Francia y Estados Unidos son viejos aliados, y Espa?a tiene que pensar qu¨¦ postura le conviene adoptar en una Europa cambiante, en la que tantos pa¨ªses se han desplazado hacia la derecha. Pero ¨¦se es otro art¨ªculo.
De lo que quiero hablar aqu¨ª es de la serie m¨¢s larga de la televisi¨®n estadounidense -la campa?a presidencial-, que hasta ahora ha consistido en una especie de trailer que se proyecta desde hace dos a?os, sin que todav¨ªa hayamos podido ver la pel¨ªcula propiamente dicha. En el art¨ªculo citado dec¨ªa tambi¨¦n que ¨¦sta iba a ser la primera vez desde que Franklin Delano Roosevelt fue presidente durante la Segunda Guerra Mundial que Nueva York y el noreste del pa¨ªs iban a desempe?ar un papel tan importante en la pol¨ªtica nacional estadounidense. Lo ir¨®nico es que ni a la candidata del Partido Dem¨®crata, Hillary Clinton -que es una mera inquilina del Estado de Nueva York- ,ni a Giuliani, considerado un buen fiscal de distrito pero demasiado autocr¨¢tico como alcalde, se les tiene demasiado afecto en la regi¨®n, pero su importancia en el ¨¢mbito nacional es indicativa del enorme giro geogr¨¢fico producido. Cuando el nordeste perdi¨® el poder econ¨®mico del pa¨ªs y las ciudades industriales se quedaron desiertas, Nueva York vivi¨® durante mucho tiempo -en realidad, hasta finales de los setenta- sumida en la bancarrota, y el poder pol¨ªtico se traslad¨® a Tejas, el sur industrial, el suroeste y California.
Desde la II Guerra Mundial, Nueva York no desempe?aba un papel pol¨ªtico tan importante
Si Hillary y Rudy llegan a ser los candidatos, muchos neoyorquinos votar¨¢n por ella sin entusiasmo
Sin embargo, el comentarista de televisi¨®n Chris Matthews, nacido en Filadelfia y normalmente muy perspicaz, se equivoca al atribuir la renovada importancia pol¨ªtica que ha adquirido repentinamente Nueva York a los cambios sucedidos en la ciudad. Es cierto que el resto del pa¨ªs ya no la llama la ciudad del pecado y que, de hecho, las estad¨ªsticas demuestran que Nueva York tiene uno de los ¨ªndices de criminalidad m¨¢s bajos -quiz¨¢ el m¨¢s bajo- de toda la naci¨®n. Y es verdad que ya no es una ciudad pobre, formada por diversos grupos ¨¦tnicos, unas briznas de clase alta, profesores, artistas y unos cuantos bohemios; ahora es una rica capital financiera.
Mis amigos europeos suelen felicitarme por vivir en lo que consideran el oasis del vibrante Manhattan de Woody Allen, rodeado por el desierto que es Estados Unidos. Pero es todo Estados Unidos lo que est¨¢ cambiando: los blogs, Internet, la poblaci¨®n inmigrante -tanto legal como ilegal- que se ha ido extendiendo, la amplia red geogr¨¢fica de universidades y escuelas que permite a los estudiantes trasladar f¨¢cilmente cr¨¦ditos y pasar un a?o, por ejemplo, en Minnesota y otro en Nueva York, y la gran variedad de centros culturales en todo el pa¨ªs, son elementos que han servido para allanar las diferencias entre unas zonas y otras.
Los comentaristas pol¨ªticos en televisi¨®n se empe?an en dividir al pa¨ªs entre republicanos, dem¨®cratas e independientes, pero en realidad no somos un pa¨ªs de votantes, ni tampoco somos unos puritanos del siglo XVI; somos -y lo digo con cari?o- un pueblo alborotado y cachondo, y el cine presenta una imagen m¨¢s realista de nuestros l¨ªos pol¨ªticos y nuestros indisciplinados dirigentes que los medios de comunicaci¨®n. La raz¨®n por la que no se lleg¨® a destituir a Bill Clinton fue que su popularidad se dispar¨® durante la historia con Monica Lewinsky. La raz¨®n por la que Bush gan¨® las elecciones (aunque, en realidad, no las gan¨®) fue que los comentaristas, al principio, se pusieron de su parte porque les pareci¨® la clase de persona de la que podr¨ªan ser amigos. ?Ja! La raz¨®n por la que Gore tuvo tantos problemas fue porque era demasiado intelectual, y la raz¨®n por la que Barack Obama va peor de lo que deber¨ªa es que suena demasiado a Harvard.
La tercera esposa de Rudy Giuliani se acerc¨® a ¨¦l, cuando todav¨ªa estaba casado, en un bar del neoyorquino Upper East Side, y el hecho de que a Giuliani le guste disfrazarse de mujer no parece preocupar a ning¨²n votante, salvo a los de la derecha cristiana. El actor convertido en candidato republicano Fred Thompson conoci¨® a su mujer actual (que podr¨ªa ser su nieta) cuando ella coquete¨® con ¨¦l en la caja de un supermercado, comprando un emparedado de ensalada de at¨²n, un 4 de julio. El Hall of Fame (galer¨ªa de personajes famosos) de Idaho decidi¨® la semana pasada hacer caso omiso del intento de Washington de expulsar al senador republicano Larry Craig de la C¨¢mara por haber intentado supuestamente ligar con un gay en el ba?o de un aeropuerto, y mantiene sus planes de incluirle entre los homenajeados.
Si Hillary y Rudy acaban siendo los candidatos de sus respectivos partidos (todav¨ªa es demasiado pronto para saberlo), muchos neoyorquinos votar¨¢n por ella, pero sin ning¨²n entusiasmo, porque la consideran demasiado halc¨®n y demasiado ambiciosa. (Puesto que la ley proh¨ªbe nombrar al c¨®nyuge para un cargo en la Administraci¨®n, resultar¨ªa extra?o tener a Bill Clinton de embajador volante, quit¨¢ndole poder al secretario de Estado). Es verdad que Giuliani desfil¨® con los gays, convirti¨® Nueva York en una ciudad segura, proporcion¨® asistencia a los inmigrantes, tanto legales como ilegales, y ha defendido la necesidad de controlar las armas. En muchos aspectos, es m¨¢s progresista que Hillary. Pero el temor es que, para asegurarse la candidatura republicana, tenga que firmar un pacto con la derecha religiosa y les prometa nombrar a un juez conservador para el Tribunal Supremo, con lo que dar¨¢ a dicho ¨®rgano los votos suficientes para revocar nuestras actuales leyes sobre el aborto.
Hasta la presidencia de George W. Bush, el "cintur¨®n b¨ªblico" -compuesto por varias zonas del sur, el suroeste y el sur del medio oeste- ten¨ªa escasa influencia religiosa en el resto del pa¨ªs. Dependiendo de donde viviera cada uno y de las costumbres de su familia, pod¨ªa educarse en un ambiente religioso o nada religioso. (Los padres fundadores, en general, eran de¨ªstas, ten¨ªan una vaga idea de la existencia de un ser divino, pero no pensaben en un dios que descendiese sobre Estados Unidos para ordenarle c¨®mo vivir. Es m¨¢s, los padres fundadores tomaron la decisi¨®n de no definir Estados Unidos como naci¨®n espec¨ªficamente cristiana.)
Sin embargo, la novedad m¨¢s interesante de las pr¨®ximas presidenciales es un factor con consecuencias m¨¢s a largo plazo. Los dem¨®cratas, siempre m¨¢s numerosos que los republicanos si no fuera por el distorsionado sistema de voto del Colegio Electoral, son ya, adem¨¢s, mucho m¨¢s ricos, y multimillonarios como George Soros y el alcalde neoyorquino, Michael Bloomberg, as¨ª como la nueva hornada de peque?os pero numerosos donantes por Internet, est¨¢n m¨¢s pr¨®ximos al ala de Obama y Gore dentro del partido. Bloomberg, con su enorme poder y riqueza, es el aut¨¦ntico caballo de Troya pol¨ªtico en la ciudad y el Estado de Nueva York (y la pesadilla pol¨ªtica tanto de Hillary Clinton como de Giuliani). Nadie sabe exactamente c¨®mo va a emplear ese poder. No ocupa las portadas de los peri¨®dicos, pero su apoyo tendr¨¢ consecuencias significativas para los candidatos pol¨ªticos de Nueva York.
Me da la impresi¨®n de que el nuevo poder pol¨ªtico del noreste de Estados Unidos acabar¨¢ derivando en la creaci¨®n de un Partido Dem¨®crata al margen de Clinton (el gobernador de Nuevo M¨¦xico, Bill Richardson, es un claro favorito en ese sentido). En cuanto a los republicanos -me refiero a todos ellos, no s¨®lo a Giuliani-, est¨¢n muy ocupados tratando de reconstruir su partido, que est¨¢ patas arriba por culpa del peor desastre presidencial de nuestra historia: George W. Bush.
Barbara Probst Solomon es periodista y escritora estadounidense. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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