La urgencia de la valent¨ªa moral

Tienes que saber la verdad y la verdad te liberar¨¢. Eso vino a decir Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos, en el breve discurso que improvis¨® ayer durante la ceremonia de recepci¨®n de los Premios Pr¨ªncipe de Asturias. Tambi¨¦n Amos Oz termin¨® el suyo con una llamada a la paz. Y Avner Shalev, presidente de Yad Vashem, dijo que en estos premios "hallamos la victoria de la tolerancia sobre el racismo, del amor sobre el odio, del bien sobre el mal". La mujer del soci¨®logo Ralf Dahrendorf subray¨® en sus palabras la importancia de la democracia, y el Pr¨ªncipe, en fin, insisti¨® en que los premiados, m¨¢s all¨¢ de sus diferencias, representan "la lucha por los derechos fundamentales, especialmente por el derecho a la vida y a la dignidad de las personas". Unas cuantas frases para definir una actitud, la de esa valent¨ªa moral que resulta urgente en estos tiempos dif¨ªciles.

Amos Oz reivindic¨® la literatura como "un puente entre los pueblos"

Las gaitas con el himno nacional, la presencia de la Reina, el protagonismo indiscutible de don Felipe y do?a Letizia y el ambiente festivo en las calles de Oviedo constituyeron un a?o m¨¢s las notas que definieron la ceremonia de entrega de los Premios Pr¨ªncipe de Asturias en el teatro Campoamor. Una edici¨®n, la 27?, ensombrecida por la ausencia de Bob Dylan (al que ni siquiera se nombr¨® cuando fueron presentados los galardonados de este a?o) y con un marcado acento pesimista en la medida en que algunos de los all¨ª reunidos representaban el horror del pasado (el Museo del Holocausto de Jerusal¨¦n), los terribles conflictos del presente (el escritor Amos Oz, que con tanta lucidez aborda el drama entre israel¨ªes y palestinos) y el desolador panorama que presagia el futuro si no se pueden frenar los efectos del cambio clim¨¢tico que denuncia Al Gore.

Ni la profunda labor te¨®rica en defensa de la democracia de Ralf Dahrendorf, ni las habilidades deportivas de Ralf Schumacher, ni siquiera los afanes de Gin¨¦s Morata y Peter Lawrence con sus sofisticadas investigaciones con la mosca Drosophila y la intachable labor de Nature y Science para proyectar los avances de la ciencia actual pudieron alejar de la atm¨®sfera esa inc¨®moda sensaci¨®n. Se hizo casi dolorosa cuando la maestra de ceremonias enunci¨® las atroces experiencias de los nueve supervivientes del Holocausto y los Justos entre las Naciones - gentiles que arriesgaron su vida por salvarlos-, que ayer subieron al estrado junto con los representantes de Yad Vashem para recibir el Premio de la Concordia. Helaron la sangre de un p¨²blico que dedic¨® un minuto de silencio en memoria de los seis millones de jud¨ªos asesinados por los nazis.

Ante ese panorama, las palabras de los que hablaron quisieron agarrar hilos de esperanza. Amos Oz reivindic¨® la literatura "como puente entre los pueblos", para ponerse en el lugar de los otros, para penetrar en lo m¨¢s escondido de sus sue?os y proyectos. Luego, entr¨® de lleno en el conflicto del que es testigo excepcional: "Para el escritor israel¨ª, parte de la tragedia ¨¢rabe-jud¨ªa es la incapacidad de muchos de nosotros, jud¨ªos y ¨¢rabes, de imaginarnos unos a otros". Y tuvo palabras firmes: "Los europeos, en lugar de alzar un dedo acusador hacia una u otra de las partes", deber¨ªan comprender y prestar ayuda a ambas. "Ustedes no tienen por qu¨¦ seguir eligiendo entre ser proisrael¨ªes o propalestinos. Deben estar a favor de la paz".

Al Gore incit¨® con contundencia a la acci¨®n para detener la "colisi¨®n entre la civilizaci¨®n y el sistema ecol¨®gico del planeta" que amenaza al "futuro de la humanidad". El ex vicepresidente de Estados Unidos lanz¨® un mensaje de optimismo: "En unos a?os, las siguientes generaciones nos preguntar¨¢n: ?en qu¨¦ estabais pensando? O, lo que me gustar¨ªa que pasara, que miraran a 2007 y se preguntaran: ?c¨®mo encontrasteis la valent¨ªa moral para enfrentaros a algo que muchos dec¨ªan que era imposible de resolver?".

Emotivo final del acto de los Premios Pr¨ªncipe de Asturias