El gran motor de la econom¨ªa trabaja en casa
La labor dom¨¦stica es una de las mayores turbinas econ¨®micas. ?Hay que pagarla? Algunos expertos lo rechazan
Hay un sector de actividad en Espa?a que no tiene precio. Porque no se paga. Cuantificar el valor monetario del trabajo dom¨¦stico es una tarea dif¨ªcil, aunque algunos expertos se atreven a dar cifras. De pagarse, esa labor sumar¨ªa un valor monetario de unos 424.140 millones de euros brutos anuales, una estimaci¨®n algo abultada que equivaldr¨ªa a alrededor de la mitad de lo que es el producto interior bruto (PIB) espa?ol, seg¨²n los c¨¢lculos de la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) Mar¨ªa ?ngeles Dur¨¢n.
N¨²ria Garc¨ªa se dedica exclusivamente a este sector virtual. Tiene 36 a?os, vive en Barcelona con su marido y cuida de su casa y de sus tres hijos, de 10, nueve y tres a?os. "Esto es muy duro, es un trabajo que no dura nada, hay que hacerlo y rehacerlo cada d¨ªa... Claro que deber¨ªamos tener un sueldo, no una millonada, pero s¨ª alguna ayuda del Estado, ahora hay muchas ayudas para los dem¨¢s...", se queja esta joven ama de casa, licenciada en Filolog¨ªa Inglesa.
"El ama de casa le est¨¢ ahorrando dinero al Estado en guarder¨ªas"
"Conocer el valor econ¨®mico sirve para planificar las pol¨ªticas sociales"
Fregar, planchar, ir a la compra, cuidar de los hijos... El trabajo dom¨¦stico y familiar, en resumen, recae sobre todo en las mujeres, trabajen fuera del hogar o sean amas de casa, seg¨²n todas las encuestas de empleo del tiempo. Y, calculando un salario bruto medio por cada hora de los espa?oles empleada en ello, su valor monetario elevar¨ªa en al menos 424.140 euros la riqueza del pa¨ªs, seg¨²n el cap¨ªtulo dedicado a Espa?a de La cuenta sat¨¦lite del trabajo no remunerado en la Comunidad de Madrid (2006), elaborado para la comunidad por la soci¨®loga Mar¨ªa ?ngeles Dur¨¢n, pionera en la investigaci¨®n de este campo.
Cifrar el valor econ¨®mico del trabajo dom¨¦stico conduce a plantearse su salarizaci¨®n. Dur¨¢n lo rechaza. "Es imposible, porque un trabajo s¨®lo se paga cuando beneficia a otros, y el dom¨¦stico beneficia a uno mismo y a la familia. ?Qui¨¦n pagar¨ªa a esa persona?", se plantea. En su opini¨®n, conocer el valor econ¨®mico de este trabajo no debe llevar a pedir un sueldo, sino que es necesario conocerlo "para planificar las pol¨ªticas sociales". Ning¨²n pa¨ªs cuenta con una renta para tareas dom¨¦sticas como tal, seg¨²n Dur¨¢n, m¨¢s all¨¢ de ayudas universales de ingresos m¨ªnimos.
El estudio sobre el trabajo no remunerado en Espa?a, el m¨¢s reciente, basa sus c¨¢lculos en los a?os 2002 y 2003 (v¨¦ase cuadro) y en la metodolog¨ªa aconsejada por Eurostat, la oficina estad¨ªstica de la Comisi¨®n Europea. El peso de las mujeres en las tareas dom¨¦sticas es muy superior al de los hombres (291.101 millones de euros frente a 134.617), seg¨²n estas estimaciones, y se concentra sobre todo en las tareas de nutrici¨®n (139.320 millones), es decir, ir a la compra y cocinar.
Algunas comunidades, como Catalu?a, tambi¨¦n han cifrado el valor del trabajo dom¨¦stico. El departamento de Econom¨ªa y Finanzas de la Generalitat lo situ¨® recientemente en 73.850 millones, con datos de 2001. Un volumen que, si aflorase, elevar¨ªa el PIB catal¨¢n en un 40%, calculando un salario de 12.000 euros anuales (sueldo medio de los empleados de servicios personales, seg¨²n el criterio de Eurostat). Este sistema elevar¨ªa el PIB del Pa¨ªs Vasco en un 33% en 2003.
El escenario de 2003, seg¨²n Dur¨¢n, "es el mismo hoy en d¨ªa". "Los cambios son muy lentos; aunque el n¨²mero de amas de casa va desapareciendo, va aumentando el n¨²mero de jubiladas, y del trabajo dom¨¦stico no se jubila uno nunca".
El n¨²mero de amas de casa, que se dedican en exclusiva a estas tareas no remuneradas, ha pasado de seis a m¨¢s de cuatro millones los ¨²ltimos 10 a?os, seg¨²n la Confederaci¨®n de Espa?ola de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU). El debate sobre si estas labores deber¨ªan pagarse vuelve a la calle al hilo de la ley de dependencia, que prev¨¦ ayudas, algo parecido a un sueldo, en algunos supuestos, para el cuidador de una persona dependiente.
La presidenta de la CEACCU, Isabel ?vila, cree que se produce cierto agravio comparativo: "Esa ley ha puesto de relieve mucho trabajo oculto que hacen las familias, pero las amas de casa han quedado al margen". A su juicio, "el ama de casa le ahorra dinero a los presupuestos generales del Estado para guarder¨ªas, comedores..."
La idea de establecer un sueldo "no es una revindicaci¨®n actualmente", seg¨²n ?vila, pero "s¨ª alg¨²n tipo de ayuda o reconocimiento, las amas de casa deber¨ªan tener una pensi¨®n para cuando se hacen mayores, deber¨ªan poder cotizar a la Seguridad Social". Y esa cotizaci¨®n a la Seguridad Social "debe pagarse con el sueldo de la casa, ojo, de la casa, no del marido, porque el sueldo ¨²nico que recibe una familia pertenece a la pareja".
El r¨¦gimen de bienes gananciales, que funciona de forma autom¨¢tica en la mayor parte de autonom¨ªas -en Catalu?a se aplica por defecto la separaci¨®n de bienes-, garantiza que los ingresos no pertenecen en exclusiva al c¨®nyuge que trabaja fuera, sino a su pareja tambi¨¦n.
Las tareas dom¨¦sticas, realizadas por amas de casa o por cualquier persona que tambi¨¦n trabaja fuera de su hogar, contribuyen a la econom¨ªa y al bienestar social, pero algunas expertas advierten del efecto perverso que tendr¨ªa remunerarlas: su valor resulta imposible de controlar y de personalizar, porque las tareas (mejor o peor) se reparten. Es lo que opina Cristina Garc¨ªa Sainz, soci¨®loga de la Universidad Aut¨®noma de Madrid (UAM). En su opini¨®n, "el trabajo invisible debe hacerse visible, pero pagarlo tiene el efecto perverso de dejarlo para siempre en manos de mujeres". El objetivo, considera, es el "cambio social".
N¨²ria Garc¨ªa daba dos horas de clases de ingl¨¦s extraescolar en un colegio y hace nueve a?os, cuando naci¨® su segundo hijo, lo dej¨®. Con el sueldo de su marido, que trabaja en una empresa de material el¨¦ctrico, pueden "tirar", pero no entiende a las personas que creen que las amas de casa viven como reinas. "Me hace gracia cuando hablan de ayudas a madres trabajadoras. ?Y yo qu¨¦? No tengo que pagar guarder¨ªas, pero pierdo todo lo que dejo de recibir por no tener un trabajo fuera de casa", se queja. N¨²ria cuenta que su jornada empieza a las 7.15 y acaba de noche, pero tiene una ventaja: "S¨ª es verdad que en un determinado momento, yo puedo elegir dejar de hacer algo para hacerlo m¨¢s tarde. Soy mi jefa".
EL C?LCULO
- El estudio de la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) Mar¨ªa ?ngeles Dur¨¢n se basa en
el c¨¢lculo de horas que hombres y mujeres destinan a las tareas dom¨¦sticas, seg¨²n los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica.
- A estos datos, se imputa un salario bruto por hora trabajada aconsejado por
el Eurostat, que es la oficina estad¨ªstica de la Comisi¨®n Europea. Dur¨¢n se?ala que este m¨¦todo es restrictivo "porque calcula un salario inferior en mujeres (trasladando la brecha salarial real a esta estimaci¨®n) y no valora que mucho trabajo dom¨¦stico se hace en domingo".
- Los datos m¨¢s recientes disponibles para el conjunto de Espa?a corresponden a los a?os 2002 y 2003. El escenario, seg¨²n la profesora, apenas ha cambiado.
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