La batalla del crudo de Kirkuk
Kurdos, sun¨ªes y turcomanos de Irak se disputan una de las provincias con mayores reservas de petr¨®leo del mundo
Uno de los guardaespaldas del gobernador de Kirkuk, en Irak, sale a las afueras de la ciudad para recogernos en un todoterreno blindado escoltado por militares y conducirnos a la casa de su jefe, protegida por varias barreras de hormig¨®n.
-?Qu¨¦ tal van las cosas por aqu¨ª? ?Muchos problemas?
-No... Todo bien-, contesta el guardaespaldas con excelente humor.
-?Ponen muchas bombas por aqu¨ª?
-Bueno... As¨ª, as¨ª. Hay d¨ªas en que no estalla ninguna y al siguiente dos o tres.
En el ¨²ltimo a?o han estallado 171 bombas, casi una cada 48 horas
El Gibraltar de los kurdos iraqu¨ªes se llama Kirkuk. Esta provincia de 1.200.000 habitantes, de los cuales 750.000 viven en la capital del mismo nombre, est¨¢ asentada sobre el 5% de las reservas petrol¨ªferas del mundo. Del mill¨®n y medio de barriles de petr¨®leo que produce Irak a diario, 250.000 salen de aqu¨ª.
Pero si Kirkuk es el Gibraltar de los kurdos tambi¨¦n representa algo parecido para los sun¨ªes de Irak. Y para la comunidad de turcomanos. En las elecciones para elegir el consejo provincial que se celebraron en 2005, los kurdos consiguieron 26 representantes, los turcomanos nueve y los sun¨ªes seis. ?se podr¨ªa ser un reflejo de c¨®mo est¨¢ la correlaci¨®n de fuerzas en la provincia. Y en medio de las tensiones pol¨ªticas, los ataques terroristas. Tan s¨®lo los agentes del Servicio de Emergencias de la Polic¨ªa, uno de los ocho cuerpos policiales de la ciudad, ha detenido en los ¨²ltimos a?os a 14 terroristas a punto de cometer un atentado y a 275 colaboradores.
El coche avanza por los suburbios hacia el centro. En vez de naves industriales, aqu¨ª se ven pozos de petr¨®leo. Circular por Kirkuk es saltear empalizadas y dobles muros contra los coches bomba y puestos de control a cada momento. En los ¨²ltimos 12 meses, seg¨²n el general Omar Khetab, de 50 a?os, jefe del Servicio de Emergencias de la Polic¨ªa, estallaron 171 bombas en la ciudad, casi un promedio de una por cada 48 horas. Kirkuk representa para los kurdos la fortaleza desde la que defienden barrio a barrio la seguridad en el Kurdist¨¢n iraqu¨ª.
Uno de los 600 polic¨ªas del general Khetab explica conforme el veh¨ªculo se adentra en la ciudad: "Esta calle era una de las m¨¢s peligrosas. Pon¨ªan bombas casi todos los d¨ªas... Ah¨ª, en esa casa viv¨ªa un jefe de la polic¨ªa. Lo mataron este mes".
Muchos kurdos aseguran que Sadam Husein los expuls¨® de Kirkuk para que se asentaran colonos ¨¢rabes. Y los sun¨ªes y turcomanos afirman que los kurdos, desde la invasi¨®n de EE UU, en 2003, est¨¢n llenando la provincia y la capital de kurdos que nunca vivieron all¨ª. ?Con qu¨¦ fin? Con el fin de ganar el refer¨¦ndum que seg¨²n establece la Constituci¨®n de 2005 deber¨ªa celebrarse antes del 31 de diciembre de 2007. En esa votaci¨®n, los habitantes de Kirkuk deber¨ªan votar si quieren pertenecer al Kurdist¨¢n iraqu¨ª o depender, como ahora, de la Administraci¨®n central de Bagdad, o desean convertir la provincia en una entidad aut¨®noma. Para votar es necesario un censo. Y para censar hay que saber qui¨¦n tiene derecho a vivir en Kirkuk y qui¨¦n no. Y mientras las urnas no hablen, las que hablan son las bombas.
"No va a ser posible celebrar el refer¨¦ndum este a?o", reconoce el gobernador de Kirkuk, el kurdo Abdul Rajman Mustafa, de 56 a?os y con dos hijos. "Primero tenemos que superar el proceso de normalizaci¨®n, ver qui¨¦n tiene derecho a vivir aqu¨ª y qui¨¦n no. Y despu¨¦s, censar. No me atrevo a dar una fecha".
El gobernador ha sufrido tres atentados desde que estren¨® el cargo hace cuatro a?os. El ¨²ltimo lo provoc¨® un suicida que se ech¨® sobre su auto blindado. Murieron dos de sus escoltas. La revista brit¨¢nica The Economist asegura que Kirkuk se ha convertido en la ciudad con m¨¢s actos de violencia por n¨²mero de habitantes, por delante de Bagdad. Pero ni el gobernador ni el general Omar est¨¢n de acuerdo. "Hace 10 meses la situaci¨®n era mucho peor", sostiene el general. "La gente cada vez est¨¢ m¨¢s concienciada de que el terrorista no distingue de etnias", remacha el gobernador.
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