Cesc asusta a Anfield

El pasado martes, el Slavia de Praga pidi¨® perd¨®n a sus hinchas tras los siete goles que le endos¨® el Arsenal. La plantilla entera se arrodill¨®, en busca de la expiaci¨®n del pecado, en el Emirates Stadium. Aunque el Liverpool no es el Slavia, ayer se comport¨® como tal. El equipo de Ars¨¨ne Wenger, guiado por un Cesc que ray¨® la perfecci¨®n, dio un recital en Anfield. El centrocampista salido de La Masia bail¨® a los reds. Les zarande¨® como a un monigote menor. El Liverpool no perdi¨® por eso la experiencia y el orden en las l¨ªneas que predica Rafa Ben¨ªtez. Y poquito m¨¢s, suficiente para seguir invicto en la Premier. Como el Arsenal, que se aup¨® al liderato -lo comparte con 26 puntos con el Manchester United, que le visita el fin de semana que viene- sin lograr, eso s¨ª, su 13? victoria consecutiva. Aunque la mereci¨® sobradamente.

Cesc imprimi¨® al partido un ritmo fren¨¦tico, abriendo espacios al primer toque, con la puntera y con la espuela, con un juego de muchas revoluciones, propio de su edad y los dem¨¢s zagales del Arsenal. Wenger se limita a recoger la cosecha que ha sembrado con tanta calma y mimo en las categor¨ªas inferiores de los gunners. Pero les falt¨® un poco de calma, sobre todo en los dos rechaces a puerta vac¨ªa que el Arsenal no supo aprovechar. Antes del empate, Ebou¨¦ lanz¨® un trallazo al poste. Cesc, de primeras, mand¨® el rebote fuera. Como el dan¨¦s Bendtner tras un lanzamiento suyo desde 20 metros a la madera.

Ante un rival tan hiperactivo, el Liverpool se retrat¨®. Se movi¨® pesadote, como un elefante, pero cumpli¨® el gui¨®n de Ben¨ªtez al dedillo. Hasta el postrer empate de Cesc, claro. Mucho m¨²sculo, mucho contacto y muchos balones bombeados. Recostado al calor de Anfield, tir¨® de veteran¨ªa. Gerrard arranc¨® como un tiro hasta que anot¨® su gol en un saque de falta de Cesc sobre Xabi Alonso en la corona del ¨¢rea -se lesion¨® y en su lugar entr¨® Arbeloa-, aprovechando un hueco en la barrera. La ventaja tuvo un efecto inmediato. El Liverpool se repleg¨®, dispuesto a remachar a la contra el ali?o.

Crouch entr¨® al descanso por Torres, de nuevo renqueante de la lesi¨®n muscular que le borr¨® de la cita de Espa?a en Dinamarca. El tallo firm¨® las escasas ocasiones locales al viejo estilo, simple pero efectivo: controlando con el pecho los pelotazos que le enviaba Reina desde su casa, d¨¢ndose la vuelta y chutando. Almunia se tuvo que emplear un par de veces. Aunque el Liverpool amagaba, no ech¨® el cierre al duelo. Tampoco el Arsenal, que solvent¨® sus despistes con un nuevo alarde ofensivo. Tras muchos devaneos, marc¨® Cesc, que suma diez goles. Hleb le habilit¨® en carrera y el medio bati¨® a Reina de primeras, al primer palo. Hasta ah¨ª llega la piller¨ªa del Arsenal. El baby team de Wenger no respeta a nadie.