Son de carne y hueso
Puede un pol¨ªtico mostrar en p¨²blico sus defectos m¨¢s humanos como es una explosi¨®n de ira? ?Le acerca o le aleja del resto de los mortales cuando exhibe, por el contrario, un perfecto autocontrol frente a un periodista que le pregunta por algo muy privado como es la atormentada relaci¨®n con su esposa? ?D¨®nde est¨¢n los l¨ªmites m¨¢s all¨¢ de la buena educaci¨®n que se le presupone al personaje?
Arafat ten¨ªa brotes de furia y m¨¢s de una vez interrumpi¨® bruscamente una entrevista. Mitterrand se levant¨® en una ocasi¨®n del sill¨®n y dej¨® a dos velas a un periodista de la televisi¨®n belga que os¨® preguntarle al hier¨¢tico presidente franc¨¦s por un esc¨¢ndalo de su Gobierno. Cossiga tronaba muchas veces sin venir a cuento cuando era jefe del Estado italiano. Dec¨ªan que era debido a la medicaci¨®n que tomaba. Ahora le ha llegado el turno a Nicolas Sarkozy, a quien la prensa americana ya ha calificado como un pol¨ªtico impetuoso tras el incidente que tuvo en el El¨ªseo con una de las estrellas del famoso programa 60 minutes
de la cadena de televisi¨®n CBS, que le interrog¨® sobre su matrimonio dos semanas antes de conocerse oficialmente la ruptura. "Si tuviera que decir cualquier cosa de C¨¦cilia, ciertamente no lo har¨ªa aqu¨ª", le contest¨®, muy molesto. La entrevistadora se qued¨® de piedra y hasta le farfull¨® en franc¨¦s por qu¨¦ se hab¨ªa irritado tanto. "Estoy muy ocupado, muy ocupado", cort¨® el presidente, abandonando la sala
no sin antes soltar
un sonoro "imb¨¦cil"
al portavoz del El¨ªseo.
Es evidente que una figura p¨²blica debe tener que estar acostumbrada a soportar situaciones dif¨ªciles, a mostrar buenos modales. Y a no insultar a sus colaboradores. No pocos de esos ayudantes que sufren el desaire de su superior suelen decir que todo ello va con el sueldo. Pero los arranques de ira de un pol¨ªtico le humanizan. Est¨¢ claro que Sarko es temperamental en todos sus actos; en la pol¨ªtica, en su vida privada, en sus relaciones con las mujeres, siempre presentes. "Se?or presidente", le pregunt¨® en tono exquisito un enviado de Le Monde, en la pasada cumbre comunitaria de Lisboa, ?cu¨¢l es su estado de ¨¢nimo tras la ruptura con la se?ora Sarkozy?". Conteniendo a duras penas la c¨®lera, el presidente le contest¨® que los franceses son m¨¢s educados y no se interesan por eso. A saber.
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