Piedras contra el propio tejado
Blas Infante no ha sido una figura particularmente pol¨¦mica. En buena medida porque se adelant¨® tanto en su idea del andalucismo a las posibilidades de que tal idea se pudiera llevar a la pr¨¢ctica, que no lleg¨® a generar un debate en el que se implicara una parte significativa de la sociedad andaluza de su ¨¦poca. Eso no le quita valor a su figura, sino todo lo contrario. Empez¨® a ver lo que nadie ve¨ªa. Y en este sentido fue un visionario. Pero un visionario de los que ha sido reivindicado por la historia, ya que lo que ¨¦l ve¨ªa en solitario, en unos decenios acabar¨ªamos vi¨¦ndolo todos. Dentro y fuera de Andaluc¨ªa.
Est¨¢ claro que entre lo que ¨¦l ve¨ªa y lo que los andaluces hemos hecho a partir del momento en que hemos estado en condiciones de ejercer el derecho a la autonom¨ªa, hay una distancia considerable. Pero no est¨¢ menos claro que la visi¨®n que tuvo Blas Infante de Andaluc¨ªa ha sido un elemento importante en el proceso a trav¨¦s del cual los ciudadanos andaluces acabamos decidiendo ejercer el derecho a la autonom¨ªa de la forma en que lo hicimos. El 151 de la Constituci¨®n y la forma en que Andaluc¨ªa decidi¨® acceder a la autonom¨ªa por esa v¨ªa no son separables de la figura de Blas Infante.
Esto es algo que es muy dif¨ªcil que ocurra. Es sumamente infrecuente que un pueblo asocie su voluntad de afirmaci¨®n pol¨ªtica aut¨®noma con un nombre propio, que reconozca que en el origen de dicha voluntad pol¨ªtica aut¨®noma colectiva hay una persona f¨ªsica con nombres y apellidos.
Y esto ha ocurrido con Blas Infante. En cuanto empez¨® el proceso de descomposici¨®n del r¨¦gimen nacido de la Guerra Civil y se empez¨® a vislumbrar que de alguna manera se tendr¨ªa que transitar hacia una sociedad democr¨¢tica, el reconocimiento del derecho a la autonom¨ªa se incorpor¨® a la agenda de la transici¨®n pol¨ªtica y el nombre de Blas Infante empez¨® a circular en el debate pol¨ªtico. De manera limitada al principio, pero con una fuerza expansiva notable, como se ver¨ªa inmediatamente despu¨¦s de la celebraci¨®n de las elecciones constituyentes de 15 de junio de 1977. En ese mismo a?o, en la manifestaci¨®n andaluza del 4 de diciembre, en el conjunto de manifestaciones que se celebraron en las capitales y en m¨²ltiples pueblos de Andaluc¨ªa, que en realidad fueron todas una sola manifestaci¨®n, su nombre ya corr¨ªa entre los ciudadanos con plena identificaci¨®n de lo que su nombre significaba.
La historia posterior es conocida. Ah¨ª est¨¢ su menci¨®n en el Estatuto de Autonom¨ªa como "padre de la patria andaluza".
?C¨®mo es posible que a una figura hist¨®rica que ha conseguido que los ciudadanos de la comunidad aut¨®noma m¨¢s importante del Estado, a trav¨¦s de la manifestaci¨®n de voluntad m¨¢s democr¨¢tica de todas las que se han expresado en el ejercicio del derecho a la autonom¨ªa en toda Espa?a, lo hayan reconocido como el precursor del ejercicio de tal derecho, c¨®mo es posible, que dos dirigentes del PP, un ex director General de Asuntos Religiosos, Alberto de la Hera, y un eurodiputado en activo, Alejo Vidal Quadras, lo hayan calificado de "cretino integral", "uno de los tontos m¨¢s grandes de Europa", "payaso" y "subnormal profundo"?
?Qu¨¦ est¨¢ pasando en el PP? ?A qu¨¦ vienen insultos como ¨¦stos, que formalmente est¨¢n dirigidos contra un personaje hist¨®rico, pero que materialmente lo est¨¢n contra los ciudadanos andaluces que lo han reconocido de la forma que ha quedado dicha y que, adem¨¢s, hacen a los populares andaluces m¨¢s da?o que a nadie?
Da toda la impresi¨®n de que en el PP se ha perdido el sentido com¨²n y de que no hay nadie que ponga orden. ?Qu¨¦ puede ganar el PP con los exabruptos de Alberto de la Hera y, sobre todo, de Alejo Vidal Quadras? El primero no es ya un pol¨ªtico en activo, pero el segundo es uno de sus eurodiputados m¨¢s destacados. ?No hay nadie en el PP que se d¨¦ cuenta de que est¨¢n tirando piedras contra su propio tejado?
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