Esv¨¢sticas en el pentagrama
Un documental reconstruye la relaci¨®n de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn con los nazis
Nadie se preguntaba qu¨¦ sucedi¨® con los m¨²sicos jud¨ªos, por qu¨¦ se borr¨® del frontispicio de la sala de conciertos y del repertorio a Mendelssohn y, sobre todo, por qu¨¦ tocaban cada a?o en el cumplea?os de Hitler, en las reuniones del partido en N¨²remberg o en la apertura de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1936. Esas cosas, simplemente, suced¨ªan.
El documental La orquesta del Reich, que se estren¨® ayer en Alemania, trata de responder a estas y otras preguntas sobre la relaci¨®n de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn y el nazismo. Con desapasionamiento y frialdad anal¨ªtica. A trav¨¦s de testimonios de m¨²sicos supervivientes, familiares y material de archivo. El realizador y guionista, el hispano-alem¨¢n Enrique S¨¢nchez Lansch (Gij¨®n, 1963), ha conseguido tambi¨¦n plantear con lucidez la relaci¨®n entre el arte y la brutal dictadura nazi con una ausencia total de gui?os f¨¢ciles al espectador.
El documental se estrena en el a?o de la celebraci¨®n solemne del 125 aniversario de la fundaci¨®n de la que hoy, bajo la direcci¨®n de Simon Rattle, se considera la mejor orquesta del mundo.
En 1933, cuando Hitler lleg¨® al poder, la Filarm¨®nica funcionaba como una sociedad de responsabilidad limitada que se encontraba al borde de la ruina. Algunos m¨²sicos hab¨ªan perdido sus puestos de trabajo como consecuencia de lo que hoy se llamar¨ªa una reestructuraci¨®n de plantilla. La orquesta pas¨® a depender del Ministerio de Propaganda que dirig¨ªa el fan¨¢tico dirigente nazi Joseph Goebbels. Casi de inmediato, los pocos m¨²sicos jud¨ªos de la orquesta la abandonaron y emigraron de Alemania ante lo que se avecinaba. Gracias a ello salvaron sus vidas para contarlo.
A pesar de los siniestros indicios, los m¨²sicos no parec¨ªan enterarse. Ellos se limitaban a refugiarse en su arte y a interpretar lo mejor posible las partituras bajo la direcci¨®n del maestro Wilhelm Furtw?ngler, un genio sobre el que tradicionalmente ha pesado la sospecha de las simpat¨ªas filonazis. Furtw?ngler fue objeto de un proceso de desnazificaci¨®n al final de la guerra, del que result¨® absuelto.
Los integrantes de la orquesta eran seres privilegiados en el nazismo. Estaban exentos de ser llamados a filas. Pod¨ªan traer de sus giras por el extranjero productos escasos en Alemania, como caf¨¦ y tabaco, que luego utilizaban como moneda de trueque para conseguir alimentos.
El director del documental ha conseguido los testimonios ins¨®litos de dos m¨²sicos que vivieron aquellos tiempos: el ex primer viol¨ªn de 96 a?os Johannes Bastiaan y el contrabajista, de 87, Erich Hartmann. Bastiaan explica que las autoridades le regalaron una vez un valioso viol¨ªn que recogi¨® en un almac¨¦n donde estaban depositados muchos instrumentos. No se le ocurri¨® pensar que el viol¨ªn pod¨ªa haber pertenecido a un colega jud¨ªo desaparecido. Bastiaan explica que en la Filarm¨®nica se viv¨ªa como bajo "una campana de cristal".
Era ¨¦ste el ambiente en el que se mezclaban m¨²sicos, apol¨ªticos en su mayor¨ªa, con una docena que s¨ª eran afiliados al partido nazi. El microcosmos que refleja el documental explica mucho m¨¢s sobre el apoyo que en Alemania se prest¨® al nacionalsocialismo que los discursos de los pol¨ªticos o las pel¨ªculas que retratan a los mal¨ªsimos nazis. Fue la conformidad, el no hacer preguntas, el aprovecharse de la situaci¨®n, el negarse a ver la realidad lo que sostuvo a la dictadura. "No era una orquesta nazi" es una frase que se repite varias veces a lo largo del metraje. Lo dicen los m¨²sicos y los hijos de los m¨²sicos. Una hija del viola Christian Bucholz llega a negar que su padre, un nazi redomado, perteneciese al partido. No se ceba el documental en el papel que le correspondi¨® a Furtw?ngler, quien finalmente continu¨® al frente hasta 1954.
Lo que en suma refleja en sus im¨¢genes de archivo es c¨®mo se entremezclaron civilizaci¨®n y barbarie en un tiempo dif¨ªcil. La m¨²sica de Beethoven o H?ndel con los rebuznos de Goebbels y los m¨²sicos de la Filarm¨®nica como coro obligado. No se puede explicar mejor c¨®mo un pueblo de pensadores y poetas fue capaz de parir el Holocausto.

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