Fuerte reducci¨®n de la violencia en Irak
Distintas cifras confirman un menor n¨²mero de muertes
Aunque las cifras son a veces (sobre todo cuando afectan a la pol¨ªtica) tan resbaladizas como un pez, los datos que se acumulan en las ¨²ltimas semanas parecen confirmar una significativa ca¨ªda de la violencia en Irak. Si esto es debido al ¨¦xito de la estrategia de EE UU o a otra larga y diversa acumulaci¨®n de circunstancias, si esto es una s¨®lida tendencia o un mero alivio pasajero resulta dif¨ªcil de asegurar.
Son muchas las instituciones que facilitan datos sobre la marcha de los acontecimientos en Irak y pocas las que tienen credibilidad suficiente para ser tomadas en serio. La propia Administraci¨®n norteamericana, con una pol¨ªtica secretista y manipuladora desde el comienzo del conflicto, no ha contribuido precisamente a la transparencia en esta materia.
Cumplido ya el mes de octubre, aparecen, no obstante, algunas cifras que pueden ser esclarecedoras. El n¨²mero de soldados estadounidenses muertos en los ¨²ltimos 30 d¨ªas fue de 36, seg¨²n el recuento coincidente de la agencia Associated Press (AP), el diario Los Angeles Times y la Irak Coalition Casualty Count (ICCC), un grupo privado independiente que se ha especializado en un recuento cient¨ªfico y pormenorizado de bajas en las guerras de Irak y Afganist¨¢n.
Esa cifra de v¨ªctimas estadounidenses -de la que 27 fueron causadas por el enemigo y el resto por accidentes- es la m¨¢s baja desde marzo de 2006 y representa una ca¨ªda muy significativa respecto a los 65 soldados muertos en septiembre y los 106 que perdieron la vida en octubre de 2006.
El diario The Washington Post utiliza el recuento que hace otra p¨¢gina web dedicada sistem¨¢ticamente a este asunto, www.icasualties.org, y que eleva hasta 39 el n¨²mero de soldados estadounidenses que perdieron la vida en octubre.
La cifra de civiles iraqu¨ªes muertos el mes pasado, seg¨²n la cuenta de AP, asciende a 875, tambi¨¦n considerablemente inferior a los 1.023 muertos en septiembre y a los 1.216 registrados hace exactamente un a?o.
Esa mejora de la situaci¨®n -hablando siempre, por supuesto, en t¨¦rminos comparativos dentro de un escenario catastr¨®fico- es m¨¢s notable a¨²n seg¨²n los datos de la ICCC: 565 civiles iraqu¨ªes muertos el ¨²ltimo mes, frente a los 752 de septiembre y los 1.315 de octubre de 2006. Los Angeles Times da por buenas las cifras del Ministerio iraqu¨ª de Salud: 778 civiles muertos en octubre y 884 en septiembre.
El importante grupo de comunicaci¨®n McClatchy Newspapers ha anotado, seg¨²n su propio recuento, una reducci¨®n del n¨²mero de muertos por explosiones en Bagdad -que baja de 520 en febrero a 115 en octubre- y del n¨²mero cuerpos encontrados en las calles de la capital en ese mismo periodo de tiempo, que pasa de 736 en mayo a 168 el mes pasado.
"No estamos declarando la victoria, es demasiado pronto para hacerlo", ha advertido el coronel Steve Boylan, portavoz del general David Petraeus, jefe de las fuerzas estadounidenses en Irak y el hombre que se llevar¨¢ toda la gloria si esta tendencia positiva se confirma en el futuro.
Pero, evidentemente, hay muchas razones que aconsejan ser prudentes al respecto. Las cifras ¨²ltimas pueden ser consecuencia de la nueva estrategia dirigida por Petraeus, como afirma Max Boot, un analista del Consejo de Relaciones Internacionales. Pero tambi¨¦n pueden estar relacionadas con distintos motivos que no tienen nada que ver con la pol¨ªtica estadounidense, como cree Anthony Cordesman, un experto de Oriente Pr¨®ximo en el Centro de Estudios Estrat¨¦gicos Internacionales.
"?Indican estas cifras que Irak se est¨¢ moviendo hacia una mayor estabilidad, mayor seguridad y mejor acomodo pol¨ªtico?", se pregunta Cordesman. "La respuesta es no". El descenso de la violencia, seg¨²n los expertos, es parte de un escenario lleno de matices. Se produce, por ejemplo, en un momento en el que Bagdad est¨¢ ya convertido en una verdadera fortaleza y despu¨¦s de que decenas de miles de personas, muchas de ellas objetivos potenciales de los insurgentes, hayan abandonado el pa¨ªs. Muchos de los cr¨ªmenes que se cometen, adem¨¢s, no quedan anotados en ninguna lista.
Periodos de tregua
La reducci¨®n de la violencia en Irak parece, adem¨¢s, conectada con ciertos periodos de tregua entre milicias sun¨ªes y chi¨ªes, en cuya evoluci¨®n nada tienen que ver los norteamericanos. Tampoco es seguro que esta tendencia sea la garant¨ªa de que la organizaci¨®n terrorista Al Qaeda est¨¢ m¨¢s d¨¦bil.
Aun considerando todo eso, es cierto que el Ej¨¦rcito norteamericano tiene, por primera vez, la oportunidad de sacar pecho en Irak. "Se trata del periodo m¨¢s prolongado de tiempo con cifras descendentes", confirm¨® el jueves en Bagdad el general Raymond Odierno, responsable del d¨ªa a d¨ªa de las operaciones militares.
Asumir que la nueva estrategia funciona supone, en todo caso, asumir que la presencia de 170.000 soldados sobre el terreno es necesaria y ser¨¢ necesaria durante mucho tiempo.
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