En un rinc¨®n del reino
De las calles porticadas de Huesca al castillo de Loarre
Huesca tiene fama de ciudad tranquila, apacible; es posible que hasta un tanto convencional. Pero en ning¨²n caso aburrida. Basta dar una vuelta los fines de semana por la zona de copas situada entre los Porches de Galicia y el Coso Bajo para comprobar el pulso cardiaco de las noches oscenses. Huesca es una ciudad monumental a la que los avatares dejaron en un rinc¨®n olvidado del reino, pero, en realidad, el sosiego de sus calles oculta el ajetreo de la historia. Pocos saben que aqu¨ª se atrincher¨® el general rebelde romano Quinto Sertorio Metelo, que tuvo en jaque a las legiones romanas durante d¨¦cadas, y que convirti¨® Osca en una ciudad pujante, con moneda propia, Senado y la primera universidad de Hispania.
Luego, el rodillo imperial acab¨® con la sublevaci¨®n de Sertorio, llegaron los ¨¢rabes y la rebautizaron Waska; m¨¢s tarde lleg¨® la Reconquista, y finalmente, con la expansi¨®n del reino de Arag¨®n hacia el sur, la que hab¨ªa sido una de sus capitales indiscutibles qued¨® arrinconada en un extremo del tablero de juego donde se dirim¨ªa el futuro del reino, a mitad de camino entre la campi?a y la monta?a pirenaica, en la docilidad del paisaje llano y amable de La Hoya.
Con estos mimbres hist¨®ricos es l¨®gico que en Huesca todo se forje de manera serena y se?orial. El t¨¦rmino provinciano, supuestamente peyorativo, adquiere aqu¨ª connotaciones elegantes que hablan de una forma de vivir y de sentir inteligente, donde el d¨ªa a d¨ªa se desgrana sin prisas, a una velocidad pedestre, con calidad, en una ciudad luminosa que, gracias a la mejora de las comunicaciones, tiene a un paso tanto las pistas de esqu¨ª del Pirineo como los servicios de la capital regional, Zaragoza.
Los fatos, como llaman los aragoneses a los oscenses capitalinos, son expertos en hacer, de la carencia, virtud. Quiz¨¢ por eso organizan cada octubre el Festival Periferias, que concluy¨® el domingo pasado, una quincena donde esta villa perif¨¦rica re¨²ne lo mejor de la creaci¨®n de vanguardia en m¨²sica, artes pl¨¢sticas, performance de medio mundo. O quiz¨¢ tambi¨¦n por eso, uno de los mejores restaurantes de la ciudad (La Juliana, 974 21 51 21) est¨¢ en la estaci¨®n de autobuses y ferrocarril, un lugar a priori poco habitual para un delicatessen que re¨²ne cocina de autor y dise?o de vanguardia.
El teatrillo de la vida cotidiana oscense son los Porches de Galicia, dos aceras porticadas que unen las Cuatro Esquinas y la plaza de Navarra. Es el mejor lugar para pasear, para practicar ese deporte tan castizo que es ver y ser visto, para disfrutar de una ma?ana de domingo leyendo el peri¨®dico en una de sus terrazas, para la tertulia vespertina, o para salir de tapeo, costumbre que en Huesca es casi religi¨®n. Aunque tambi¨¦n hay buenos bares de tapas en Los Cosos, en la plaza de Navarra y en la calle del Padre Huesca.
En las Cuatro Esquinas coinciden las cuatro entradas de la ciudad, los cuatro puntos cardinales, y de ellas salen casi todos los paseos urbanos. Uno de ellos nos debe dirigir obligatoriamente hacia la catedral, m¨¢ximo exponente de la arquitectura g¨®tica de la provincia, un soberbio templo que destaca sobre todo el barrio antiguo. Lo primero que llama la atenci¨®n es su portada, una delicada y escultural arquer¨ªa g¨®tica con 14 estatuas de ap¨®stoles y santos; entre ellos, san Lorenzo, patr¨®n de la ciudad.
Magistral es tambi¨¦n el retablo mayor, obra cumbre de la escultura renacentista aragonesa. La torre primitiva tuvo que ser demolida. En su lugar se levant¨® un bello campanario rematado por un cuerpo de campanas octogonal. Enfrente est¨¢ el edificio del Ayuntamiento, un buen ejemplo del plateresco renacentista aragon¨¦s, fechado en 1577.
Hasta la plaza de la Catedral se accede siempre en ascenso, por callejuelas que reproducen el entramado medieval de la vieja Osca / Waska, y que empiezan ahora a ser rescatadas del olvido y de la desidia mediante la rehabilitaci¨®n de fachadas y edificios completos, aunque por desgracia a¨²n quedan rincones muy deteriorados. Posiblemente el paseo le llevar¨¢ a la plaza de L¨®pez Allu¨¦. F¨ªjese, en uno de sus laterales, en La Confianza, incre¨ªble tienda de ultramarinos de las de antes, en la que poco o casi nada se ha alterado desde su inauguraci¨®n en 1871. Varias generaciones familiares han crecido bajo el mostrador de este museo vivo del comercio tradicional.
La leyenda de la campana
Desde la plaza de la Catedral, el paseo debe llevar hasta San Pedro el Viejo, el m¨¢s bello templo rom¨¢nico de Huesca. Una construcci¨®n del siglo XII en una de las zonas m¨¢s antiguas de la ciudad. No se pierda el claustro, la joya arquitect¨®nica de la iglesia. Fue tallado por el mismo cantero que hizo el claustro de San Juan de la Pe?a. Tiene planta cuadrada, rodeada de columnas pareadas que sustentan unos capiteles con rica escultura rom¨¢nica. En ¨¦l est¨¢n enterrados dos de los principales reyes aragoneses: Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje, el que dio lugar al episodio de la campana de Huesca, una leyenda seg¨²n la cual el monarca hizo decapitar a 15 nobles levantiscos que amenazaban la unidad de su reinado.
Huesca se levanta sobre un promontorio en una comarca llana y f¨¦rtil conocida como La Hoya. Una zona de frontera durante siglos entre los condados cristianos del Pirineo y los reinos musulmanes de la llanura. Tierra de castillos, por tanto. El m¨¢s famoso de todos es el de Loarre, a unos treinta kil¨®metros hacia el oeste, un baluarte de pel¨ªcula escenario de numerosos filmes; el ¨²ltimo, El reino de los cielos, de Ridley Scott.
Loarre es la fortaleza rom¨¢nica mejor conservada de Europa, un soberbio conjunto monumental levantado en 1033 por Sancho III el Mayor de Navarra sobre un antiguo fort¨ªn romano. Su nieto Sancho Ram¨ªrez lo agrand¨® e instal¨® en su interior una comunidad de monjes agustinos. Los caprichos de la historia quisieron que apenas entrara en combate ni sufriera grandes asedios, por lo que ha llegado a nuestros d¨ªas en un inmejorable estado de conservaci¨®n. Visto su porte, nadie dir¨ªa que est¨¢ pr¨®ximo a cumplir mil a?os de edad.
GU?A PR?CTICA
GU?A PR?CTICADormir- Posada de la Luna (974 24 08 57). Joaqu¨ªn Costa, 10. Huesca. Habitaci¨®n doble, de 125 a 145 euros.- Pedro I de Arag¨®n (974 22 03 00). Avenida del Parque, 34. Huesca. La habitaci¨®n doble, 88 euros.- Sancho Abarca (974 22 06 50). Plaza de Lizana, 13. Huesca. Habitaci¨®n doble, 65 euros con desayuno.- Apartotel Huesca (974 23 99 45). Jos¨¦ Gil Caves, estaci¨®n modal. Huesca. Habitaci¨®n doble, 90 euros con desayuno.Comer- Juliana (974 21 51 21). Estaci¨®n modal de tren y bus. Cocina creativa a precios asequibles. Men¨², 16 euros.- Las Torres (974 22 82 13). Mar¨ªa Auxiliadora, 3. Cocina aragonesa con toques de autor. Precio medio por persona, unos 30 euros.- Lillas Pastia (974 21 16 91). Plaza de Navarra, 4. Recetario original a base de productos de temporada. Entre 20 y 40 euros. Men¨² degustaci¨®n, 45 euros.Informaci¨®n- Oficina de turismo de Huesca (974 29 21 70; www.huescaturismo.com).
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