Welcome to England, Mr. Ramos
Dear One Day.
Ya se habr¨¢ ido acostumbrando, Mr. Ramos, a que le llamen as¨ª en Inglaterra. Uandei ser¨ªa la versi¨®n fon¨¦tica espa?ola de Juande; "un d¨ªa", la traducci¨®n al espa?ol. Le escribimos estas l¨ªneas en un humilde intento de transmitirle un par de conceptos que podr¨ªan serle de utilidad en la transici¨®n a su nuevo pa¨ªs y su nuevo club, el nost¨¢lgico, y una vez grande, Tottenham Hotspur.
Una de las ventajas de cambiar de tierras es que uno puede cambiar de personalidad. Como hizo Jos¨¦ Mourinho. Cuando trabajaba de traductor en el Bar?a, era el tipo m¨¢s precavido del mundo. Pero lleg¨® a Londres y se desmelen¨®. En cuesti¨®n de meses se convirti¨® en la persona m¨¢s detestada de Inglaterra.
Pero, por lo dem¨¢s, replicar la metamorfosis mourinhera, llenar el gran hueco que ha dejado el portugu¨¦s en la prensa sensacionalista inglesa, acarrea s¨®lo ventajas. Empezando por lo futbol¨ªstico. El ser objeto de la ira de casi toda una naci¨®n har¨ªa que tanto los jugadores como los aficionados del Tottenham se volvieran fan¨¢ticamente solidarios con usted y que esa paranoia se convirtiera en una energ¨ªa peleona, desafiante dentro del campo. La otra gran ventaja es en cuanto al valor de su imagen de marca. Mourinho, lo m¨¢s parecido a Beckham en versi¨®n entrenador, acab¨® haciendo anuncios en la televisi¨®n brit¨¢nica para American Express; ahora los hace en Malaisia.
Ya sabemos que usted siempre ha sido un se?or muy correcto y que seguramente se incline a seguir el ejemplo comedido de Rafa Ben¨ªtez, el admirado gentleman espa?ol que le ha allanado el camino en tierras inglesas. Pero, a la vista de los precios en Londres y de la posici¨®n del Tottenham en la tabla, quiz¨¢ deber¨ªa pensarse la opci¨®n Dr. Jekyll y Mr. Mourinho.
La segunda idea que le quer¨ªamos mencionar se refiere al pilar esencial de la cultura inglesa. Dados los c¨ªrculos reducidos en los que usted se mover¨¢, es importante que entienda que, del mismo modo que el deporte nacional en Espa?a no es el f¨²tbol, sino estar indignado, en Inglaterra el deporte nacional es estar borracho. Para usted esto es malo y bueno. Malo porque es imposible que los jugadores ingleses de su equipo no compartan la locura nacional por el alcohol; bueno porque le garantizar¨ªa doce meses m¨¢s en su cargo de los que le dar¨ªan en Espa?a en caso de que los resultados le vayan mal. La indignaci¨®n afila el cuchillo de la venganza; la borrachera suspende las facultades racionales, suaviza el dolor, inclina al perd¨®n.
Por eso no se vaya a equivocar y a pensar que porque le llaman One Day tenga contados los d¨ªas en el Tottenham. Al contrario. One Day significa en este caso aquel so?ado d¨ªa en el que el Tottenham recupere las glorias que vivi¨® a principios de los 60. Si devuelve a su nuevo club a esa cima, ser¨¢ tan amado que, aunque se desate una guerra por el pe?¨®n de Gibraltar, el estadio de White Hart Lane lucir¨¢ los colores de la bandera espa?ola. No olvide que tanto all¨¢ en la p¨¦rfida Albi¨®n como aqu¨ª en Espa?a se impone siempre el principio sagrado de club before country, el club antes que el pa¨ªs.
Good Luck, amigou...!
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