Hacia 'El Dorado' ¨¢rabe

La moderna autopista de ocho carriles que une Abu Dabi y Dubai es una buena met¨¢fora del dinamismo que agita a estas ciudades. El embotellamiento parece eterno y hasta donde alcanza la vista no se ve m¨¢s que una interminable fila de inmensos camiones cargados de contenedores. "Es que en este pa¨ªs, al no haber trenes, todos los transportes de mercanc¨ªas se realizan por carretera", explica C¨¦sar Espada, diplom¨¢tico espa?ol acreditado en Abu Dabi, que, seg¨²n un reciente informe de la cadena americana CNN, se ha convertido en "la ciudad m¨¢s rica del mundo".

Desde el coche se ve claramente el perfil de Dubai, poblado de rascacielos y las omnipresentes gr¨²as que trabajan d¨ªa y noche gracias a un ej¨¦rcito de obreros llegados de Pakist¨¢n, India, Sri Lanka o Filipinas. La inconfundible silueta en forma de vela del c¨¦lebre hotel Burj-al-Arab (el primero de siete estrellas del mundo) se ha visto ya superada por un edificio de una altura casi inconcebible. "Es la torre m¨¢s alta del mundo. De momento", explica Espada mientras el coche se dirige a las imponentes Emirate Towers en el centro de Dubai. All¨ª, un grupo de empresarios y hombres de negocios espa?oles intentar¨¢n explicar lo que significan hoy los Emiratos y las perspectivas de futuro de una regi¨®n que aspira a convertirse en "centro mundial de las finanzas, los negocios y la cultura".

En apenas un a?o, la colonia espa?ola en los Emiratos se ha m¨¢s que duplicado, pasando de 400 personas a m¨¢s de 900

M¨¢s de 1.000 empresas espa?olas participan en ferias o visitan cada a?o los Emiratos ?rabes Unidos en misiones comerciales

Antes del encuentro, C¨¦sar Espada aclara: "La imagen de pa¨ªs de beduinos salido de la nada ha quedado ya desfasada, aunque sigue siendo utilizada por la mayor¨ªa de periodistas. El 60% de la poblaci¨®n tiene menos de 18 a?os y ha nacido con un ordenador en la mano, los ¨²ltimos adelantos tecnol¨®gicos y dos coches en la puerta de casa", concluye.

Seg¨²n el diplom¨¢tico, la verdadera noticia en Dubai y Abu Dabi es que estos pa¨ªses han dejado de depender del petr¨®leo y han aprendido a diversificarse. "Ellos han comprendido perfectamente que la sociedad del futuro va a ser una sociedad globalizada, basada en el conocimiento, la comunicaci¨®n y los servicios, y est¨¢n llevando a cabo una estrategia a gran escala para convertir, sin complejos, a esta regi¨®n en uno de los nodos relevantes de la red global", explica Espada.

"De hecho, a menudo pienso que Espa?a no es consciente de las posibilidades que hay aqu¨ª, dado que todo est¨¢ por hacer", comenta Jorge C¨¢mara, experto en comunicaci¨®n de una importante empresa inmobiliaria de Dubai. Seg¨²n C¨¢mara, "algo que juega en nuestra contra es que no haya vuelos directos entre la Pen¨ªnsula y los Emiratos. Estamos obligados a pasar por Doha". El ejecutivo espa?ol se declara satisfecho de su calidad de vida. "De hecho, vivimos como en Europa", asiente M¨®nica Mascar¨®s Ferrer, quien trabaja en desarrollo de una cadena hotelera isl¨¢mica. "Y eso sin ser musulmana", aclara. Pero no todo son flores, dado que si bien los salarios son muy elevados, tambi¨¦n lo es el coste de la vida, comparable a Ginebra, Londres o Par¨ªs.

Suelo en 'leasing'

"Para alquilar un piso aqu¨ª tienes que poner un a?o por adelantado en un solo cheque, y un piso peque?o puede costar f¨¢cilmente 2.000 euros mensuales. Por otro lado, si compras una casa s¨®lo obtienes un leasing a 99 a?os. La propiedad siempre vuelve a los emires, lo que hace que sea muy dif¨ªcil sentir que uno tiene ra¨ªces en este pa¨ªs", comenta a su vez Gonzalo Gaspar, consultor de negocios especializado en ayudar a los inversores espa?oles a instalarse en la regi¨®n. De hecho, la construcci¨®n de hoteles en la Marina de Dubai (donde ahora la ocupaci¨®n es inferior al 50%) parece imparable, mientras que el parque de viviendas se ha duplicado en dos a?os.

A pesar de ello, la presencia espa?ola en la zona es modesta, comparada con los 200.000 brit¨¢nicos residentes en los Emiratos. "Hay igualmente una fuerte presencia de empresarios franceses, americanos, belgas e incluso italianos", dice C¨¢mara. Pero la situaci¨®n comienza a revertirse. C¨¦sar Espada, de la Embajada espa?ola, aclara: "En apenas un a?o la colonia espa?ola se ha m¨¢s que duplicado, pasando de 400 personas a m¨¢s de 900. Y dudamos que esto vaya a revertirse".

El entusiasmo es palpable. Jorge C¨¢mara comenta enf¨¢tico: "Cuando volvamos a Europa nos aburriremos, porque de llevar a cabo proyectos colosales pasaremos a la banalidad de los comunicados de prensa y las reuniones de trabajo interminables. Mientras que aqu¨ª estamos construyendo 20 kil¨®metros de hoteles de lujo". M¨®nica Mascar¨®s se muestra de acuerdo y agrega, "las fiestas que se organizan aqu¨ª, por ejemplo en el hotel Burj-al-Arab, no tienen comparaci¨®n posible con nada que hayamos visto antes".

El arte es otro campo en clara explosi¨®n en la zona. "Quien tenga una galer¨ªa de arte en Dubai o Abu Dabi hoy, tiene una mina de oro", explica Juanita Bell, marchante de origen colombiano. De hecho, firmas del prestigio de Sotheby's o Christies vienen de instalarse. Y todo hace prever que la tendencia sea al alza. Sobre todo gracias al macroproyecto de la isla de Zaadiyat, donde las autoridades de Abu Dabi planifican un polo cultural con el que esperan atraer la atenci¨®n mundial. En este paisaje, hoy lunar y des¨¦rtico, construir¨¢n museos, auditorios y salas culturales arquitectos del prestigio de Zaha Hadid, Jean Nouvel, Tadao Ando o Frank Gehry. El americano piensa edificar aqu¨ª la rama ¨¢rabe del Museo Guggenheim, mientras que el Gobierno de Francia ha otorgado ya las licencias que permitir¨¢n abrir una pol¨¦mica sucursal del Louvre parisiense a orillas del golfo P¨¦rsico.

Clanes familiares

Aunque tras el lujo abrumador (a menudo de dudoso gusto), no hay que olvidar que los Emiratos son pa¨ªses gobernados por clanes familiares donde no existen partidos pol¨ªticos, sindicatos ni prensa libre. Y es posible que en esa mano de hierro se oculten muchas de las razones de su ¨¦xito. "Aqu¨ª se gobierna a golpe de decreto, lo que hace que se consigan en cuatro a?os cosas que en Europa tomar¨ªan 40", comenta ir¨®nico un empresario europeo bajo promesa de anonimato. Otra caracter¨ªstica que sorprende a los residentes es, por ejemplo, la falta de libros o prensa. "Aqu¨ª se venden joyas y coches de lujo, pero pr¨¢cticamente no existen librer¨ªas. No se considera el libro como un bien de consumo, aunque la familia Maktoum (la casa reinante en Dubai) piensa invertir 10.000 millones de d¨®lares en una fundaci¨®n cultural", analiza un residente occidental.

Pero a pesar de esa carencia aparente, Manuel Pi?eiro, embajador de Espa?a ante los Emiratos, aclara: "Aqu¨ª hay una verdadera obsesi¨®n con la educaci¨®n y la formaci¨®n. Los j¨®venes emirat¨ªes pueden ir a estudiar carreras universitarias, a donde quieran en el extranjero, pagadas por el Estado, lo que terminar¨¢ creando unas generaciones futuras con un nivel acad¨¦mico extraordinario". Dato sorprendente: mientras esas futuras ¨¦lites estudian en Nueva York, Londres o Par¨ªs, "se les reserva un puesto de trabajo y desde el primer d¨ªa se les paga la mitad del salario que vaya a corresponderles una vez graduados", explica el economista espa?ol Luis Fern¨¢ndez Reyes, ejecutivo de la Banca Nacional de Abu Dabi.

La cara oscura de esta realidad la representan las docenas de miles de trabajadores llegados de pa¨ªses asi¨¢ticos que contribuyen al crecimiento por sueldos de 200 euros mensuales. Seg¨²n corresponsales acreditados en la regi¨®n, "s¨®lo en 2006 se suicidaron 1.500 obreros indios dadas las dur¨ªsimas condiciones de vida".

Es el reverso de una moneda brillante. Una de las paradojas de un pa¨ªs donde las mujeres se pasean con velo integral mientras las autoridades diversifican sus inversiones y desarrollan las m¨¢s modernas tecnolog¨ªas.