Argentina: la 'agflaci¨®n'
La nueva presidenta argentina, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner (CFK), habr¨¢ de combinar en su pol¨ªtica econ¨®mica tres tipos de elementos, a menudo no compatibles: la lucha contra la pobreza y el paro (declarada la prioridad oficial), la seguridad jur¨ªdica para los inversores (exigida, sobre todo, por los empresarios extranjeros del sector de los servicios), y la lucha contra la inflaci¨®n, un fantasma temible en la historia reciente de ese pa¨ªs. Lo positivo de todo ello es que lo har¨¢ en un entorno de crecimiento casi "chino": el producto interior bruto (PIB) argentino ha crecido en los ¨²ltimos cuatro a?os a tasas cercanas al 8% anual. Lo que le puede facilitar la soluci¨®n de este sudoku econ¨®mico.
La inseguridad jur¨ªdica lleva a que la inversi¨®n en Argentina sea menor que en su entorno
En el corto plazo, la principal aver¨ªa de la econom¨ªa argentina es la inflaci¨®n. En el diccionario Investopedia (Forbes), que se puede consultar en la red, hay un t¨¦rmino que define lo que est¨¢ sucediendo con los precios en algunos lugares del planeta: la agflaci¨®n. Describe este concepto el aumento del precio de los alimentos, motivado por un incremento de la demanda del consumo humano -sobre todo en algunos pa¨ªses emergentes como China e India- y por su uso como alternativa en materia de recursos energ¨¦ticos. Aunque el efecto del creciente uso de los biocombustibles en los precios todav¨ªa es discutible, no lo es en el mismo grado el incremento vertiginoso de la demanda. El secreto del crecimiento econ¨®mico argentino est¨¢, en buena parte, en el espectacular aumento del valor de sus exportaciones en los cultivos agr¨ªcolas hoy m¨¢s rentables, sobre todo la soja. La otra parte tiene que ver con los efectos de la gigantesca devaluaci¨®n de su moneda, despu¨¦s de aquel experimento de ingenier¨ªa econ¨®mica denominado currency board (anclaje hiperr¨ªgido del peso con el d¨®lar) que llev¨® al pa¨ªs a la suspensi¨®n de pagos y a muchos de sus ciudadanos a la ruina.
?Cu¨¢l es el nivel real de inflaci¨®n hoy en Argentina? ?sta es una de las grandes pol¨¦micas de antes de las elecciones presidenciales, al haber intervenido el Gobierno de N¨¦stor Kirchner en el organismo que la mide. Las previsiones oficiales de inflaci¨®n eran, apenas hace unas semanas, del 7,7% para el conjunto de 2007, pero otras estimaciones privadas resaltaban una inflaci¨®n del doble, e incluso de casi el triple de ese porcentaje. Ello es significativo no s¨®lo en s¨ª mismo, sino para la negociaci¨®n de los incrementos salariales o para la estimaci¨®n del n¨²mero de pobres, que ha formado parte del balance positivo de Kirchner. En 2005, la inflaci¨®n argentina lleg¨® al 12,5%, y en 2006 casi al 10%.
Ante la falta de concreci¨®n en sus primeras declaraciones p¨²blicas, la mayor parte de los analistas cree que CFK continuar¨¢ aplicando la pol¨ªtica econ¨®mica de su marido, con sus ¨¦xitos pero tambi¨¦n con sus ambig¨¹edades. En el haber, el crecimiento econ¨®mico que ha servido para reducir los porcentajes de desempleo y de pobreza, as¨ª como los super¨¢vit de la balanza por cuenta corriente y el presupuestario. En el debe, no haber logrado paliar las grandes desigualdades de riqueza entre la poblaci¨®n, ni haber recuperado la renta per c¨¢pita y la calidad de los servicios p¨²blicos (sanidad, educaci¨®n...) de antes de la crisis del a?o 2001, as¨ª como la inseguridad jur¨ªdica en la que act¨²an las empresas.
Es esa sensaci¨®n de inseguridad jur¨ªdica la que ha llevado a que la inversi¨®n extranjera directa en Argentina sea menor que en los pa¨ªses de su entorno. Y que la tendencia no sea al alza, sino a la baja. Los problemas de N¨¦stor Kirchner con los inversores extranjeros (entre los cuales tienen un papel fundamental las multilatinas: sociedades de matriz espa?ola como Telef¨®nica, Endesa, Repsol o los bancos Santander y BBVA, etc¨¦tera), a la hora de compatibilizar las mejoras de la poblaci¨®n (con subsidios a los transportes y a la electricidad, o la congelaci¨®n de las tarifas), con los niveles de beneficios empresariales (considerados muy altos por el Gobierno argentino) podr¨ªan repetirse con la nueva presidenta, Cristina Fern¨¢ndez, a la luz de sus intervenciones en el pasado, en algunos foros empresariales.
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