Condenados tres menores por acoso
La direcci¨®n del instituto recomend¨® a la v¨ªctima que se cambiara de centro
El primer mes de clase fue un infierno. Insultos, empujones, collejas, vejaciones, bromas pesadas... Fue lo que recibi¨® un chaval, que entonces ten¨ªa 12 a?os, entre mediados de septiembre y octubre de 2005 en el centro de estudios cordob¨¦s donde empez¨® a cursar primero de ESO. El ni?o acab¨® recibiendo tratamiento psicol¨®gico. El juez de menores de C¨®rdoba, Luis Rabasa, ha condenado a tres ex compa?eros del agredido por aquel acoso escolar.
A dos de los implicados les ha impuesto ocho fines de semana de permanencia en un centro de reforma. Al tercero, 70 horas de prestaciones en beneficio de la comunidad. Los condenados son dos varones que ahora tienen 16 y 17 a?os y una adolescente de 16.
Pero el magistrado deja claro en la sentencia que "gran parte del alumnado" vej¨® a la v¨ªctima. El juez tambi¨¦n se?ala directamente a los responsables del centro: "La situaci¨®n (...) era conocida sobradamente por el profesorado y los ¨®rganos directivos". La madre acudi¨® en varias ocasiones a hablar con los responsables, que le dijeron que eran "conscientes del problema" pero no "capaces de solucionarlo". Lo ¨²nico que le propusieron fue "que se marchara del centro y buscara otro", sostiene el juez.
Y esa fue la salida que tuvo que tomar la madre, quien sac¨® de ese infierno a su hijo a mediados de octubre de 2005. Sali¨® traumatizado.
El magistrado sostiene en la sentencia que las agresiones provocaron en el menor "un estado de profundo temor y desasosiego, quebrando as¨ª su estructura emocional y origin¨¢ndole un cuadro de restricci¨®n social, elevados niveles de ansiedad y baja autoestima".
El agredido "sufri¨® un trastorno adaptativo que hizo necesaria su atenci¨®n por la unidad de psiquiatr¨ªa infantil del hospital Reina Sof¨ªa con la instauraci¨®n del oportuno tratamiento".
La v¨ªctima proced¨ªa de otro centro en el que tambi¨¦n hab¨ªa sido acosada. Y, desde el inicio del nuevo curso en septiembre de 2005, "comenz¨® a ser objeto de continuas vejaciones y agresiones por parte de muchos de sus compa?eros". Se le cambi¨® de aula, pero "lejos de resolverse el problema, vio como se sumaban otros alumnos al continuo hostigamiento de que era objeto".
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