Iberoam¨¦rica, hacia un nuevo pacto social
La Comunidad de Naciones Iberoamericanas se re¨²ne hoy en Santiago de Chile con ocasi¨®n de la XVII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, para debatir acerca del tema de la cohesi¨®n social y colocarlo como preocupaci¨®n central de las pol¨ªticas p¨²blicas en la regi¨®n.
Se trata de una gran oportunidad para nuestras naciones. Sabemos que vivimos en la regi¨®n m¨¢s desigual del planeta, producto de un patr¨®n de exclusi¨®n pol¨ªtica y social que nos ha marcado desde los tiempos de la conquista. Mucho se apost¨® a que se superar¨ªa aquel patr¨®n de marginaci¨®n con los procesos de democratizaci¨®n y modernizaci¨®n econ¨®mica de los a?os noventa. Pero ello no ocurri¨® as¨ª. La regi¨®n ingres¨®, efectivamente, en una etapa de extensi¨®n y profundizaci¨®n democr¨¢tica sin precedentes, lo que desencaden¨® la movilizaci¨®n de grandes mayor¨ªas antes desplazadas del poder. Un obrero metal¨²rgico fue elegido presidente en Brasil; un campesino aymar¨¢ gobierna Bolivia; Argentina y Chile cuentan con dos mujeres presidentas, en lo que son s¨®lo ejemplos de este proceso de incorporaci¨®n de las mayor¨ªas en los procesos democr¨¢ticos.
Am¨¦rica Latina es la regi¨®n m¨¢s desigual del planeta, con 205 millones de pobres
En lo econ¨®mico, la regi¨®n ha tenido un crecimiento sin precedentes en los ¨²ltimos cinco a?os, a la vez que los fundamentos macro parecen consolidarse y las reglas b¨¢sicas de manejo fiscal son respetadas. Nuestras econom¨ªas se modernizan, se hacen m¨¢s competitivas y se abren a nuevos mercados.
Ambos procesos, sin embargo, no fueron capaces de ocuparse efectivamente de la demanda social. Si en 1980 cuatro de cada diez latinoamericanos viv¨ªan bajo la l¨ªnea de la pobreza, en 2006 son los mismos cuatro de diez que permanecen en ella. Y si bien la pobreza ha disminuido en el ¨²ltimo tiempo, al a?o 2006 exist¨ªan 205 millones de pobres en la regi¨®n, esto es, cinco millones m¨¢s que en 1990. El resultado est¨¢ a la vista. Nuestra regi¨®n avanza en la globalizaci¨®n, pero no logra hacerlo con la misma velocidad que Asia, Europa del Este u otras regiones emergentes que se aproximan al desarrollo. Hay mucho talento en nuestras tierras que sencillamente se desperdicia. Pero no s¨®lo eso. La ausencia de pol¨ªticas que promuevan de manera efectiva la cohesi¨®n social provoca un sentimiento de desencanto con la democracia y la pol¨ªtica. Provoca la desintegraci¨®n de las sociedades, la corrosi¨®n de las instituciones y un fen¨®meno extendido de anomia social.
Pero somos optimistas. Tenemos la certeza de que si hemos consolidado la democracia y hemos logrado crecer econ¨®micamente, tambi¨¦n podemos lograr los acuerdos necesarios para enfrentar el d¨¦ficit social en Am¨¦rica Latina.
He hablado en mi pa¨ªs de la necesidad de concretar un nuevo pacto social sobre las reformas m¨¢s urgentes e imperiosas. Educaci¨®n, previsi¨®n social, seguridad ciudadana, infancia, probidad y transparencia del Estado. Son los temas donde promovemos grandes acuerdos en el Chile de hoy. Y son los temas que podemos promover en toda Iberoam¨¦rica tambi¨¦n. Somos varios los pa¨ªses que durante estos a?os hemos demostrado que se puede crecer sostenidamente en democracia y que se puede, adem¨¢s, reducir fuertemente la pobreza y mejorar la igualdad de oportunidades. Para ello es necesario un gran consenso respecto de los fundamentos a seguir, a la vez que impulsar pol¨ªticas p¨²blicas que aseguren en los hechos, y no s¨®lo en los dichos, el derecho de cada persona a una existencia digna desde la cuna hasta la vejez. En otras palabras, derecho a una ciudadan¨ªa plena, en t¨¦rminos pol¨ªticos y sociales.
La XVII Cumbre Iberoamericana es un paso de gran importancia en este camino. Por eso es tan relevante que se haya escogido como tema central la cohesi¨®n social en esta coyuntura regional. Debemos procurar resultados tangibles, concertar metas, plazos y estrategias. Debemos mostrar avances concretos a nuestros ciudadanos, hoy m¨¢s exigentes que antes, y dispuestos a movilizarse cuando los gobiernos no responden a sus expectativas. Concentremos nuestros esfuerzos en los m¨¢s postergados y excluidos: nuestra infancia y nuestros j¨®venes; las mujeres; nuestros pueblos originarios; nuestros ancianos. Y demos un salto gigantesco en educaci¨®n, para romper as¨ª el c¨ªrculo de la desigualdad.
Exij¨¢monos, tambi¨¦n, altos est¨¢ndares democr¨¢ticos. No hay atajos al desarrollo fuera de la democracia, y si la democracia muestra deficiencias, s¨®lo cabe mejorarla con m¨¢s y mejor democracia.
Insisto, estamos en un momento de oportunidad. Con la voluntad pol¨ªtica de todos, la cohesi¨®n social puede consolidarse como punto de convergencia en nuestra regi¨®n, a pesar de la diversidad de proyectos nacionales.
El a?o 2010, cuando conmemoremos los 200 a?os del nacimiento de nuestras naciones modernas, la agenda del bicentenario latinoamericano seguir¨¢ marcada por el mismo gran tema del primer centenario, que fue la cuesti¨®n social. Pese a los avances, pese a la lucha de tantos y tantas en este siglo, la justicia social sigue como deuda pendiente. De nosotros depende atravesar ese umbral habiendo iniciado un nuevo pacto social en los pa¨ªses iberoamericanos.
Michelle Bachelet es presidenta de la Rep¨²blica de Chile.
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