"Ni la vida m¨¢s m¨ªsera carece de belleza"
Los lectores de El afinador de pianos -de la que, por cierto, Werner Herzog proyecta hacer una pel¨ªcula- pueden sentirse algo desconcertados ante la segunda novela de Daniel Mason. Aquella luminosa, culta y rom¨¢ntica historia ambientada en la Birmania colonial poco o nada tiene que ver con la que narra ahora el joven autor estadounidense (1977) en Un pa¨ªs lejano (Salamandra, Emp¨²ries en catal¨¢n). Novela de una seca belleza, transcurre en un pa¨ªs impreciso de Latinoam¨¦rica y se centra en una pobre campesina casi analfabeta.
Isabel, la adolescente protagonista, vive en una situaci¨®n de extrema indigencia en una miserable comunidad de cortadores de ca?a de az¨²car, entre chotacabras y serpientes, y emigra a la gran ciudad en pos de su hermano, enfrent¨¢ndose a un mundo no menos inh¨®spito y que, adem¨¢s, le resulta incomprensible. La sequ¨ªa, la miseria y el hambre -los campesinos comen hasta colibr¨ªes, sapos y hormigas y aumentan las magras raciones de frijoles a?adi¨¦ndoles tierra- son tambi¨¦n personajes de una novela en la que Mason ha imaginado toda una manera de ver y contar el mundo.
"El de 'Un pa¨ªs lejano' es un viaje inverso al de 'El afinador de pianos"
"Es imposible escribir sobre Latinoam¨¦rica sin el realismo m¨¢gico"
Una historia tremendamente dura y despojada (desde luego no tiene piano, ni m¨²sica). "S¨ª, muy diferente a la anterior", reconoce Mason ante una apetitosa ensalada que no tocar¨¢ -quiz¨¢ en solidaridad con su fam¨¦lica protagonista- hasta acabar la entrevista. "Cuando empec¨¦ a escribirla pensaba en hacer algo m¨¢s parecido, pero la historia fue desarroll¨¢ndose en otra direcci¨®n, impulsada por la propia Isabel. Es cierto que aqu¨ª tambi¨¦n hay un viaje del protagonista, aunque opuesto: en El afinador de pianos, el de Drake era un viaje de la ciudad, de la vida urbana, a la naturaleza, a un mundo preindustrial; en Un pa¨ªs lejano, Isabel hace el trayecto inverso. El de Drake era m¨¢s mi propio punto de vista, el del extranjero que llega al mundo rural con todo su bagaje de cultura, la de ahora es una perspectiva muy distinta de la m¨ªa".
Mason, cuya campechana apariencia es un desconcertante contrapunto a la angustiosa aspereza de Un pa¨ªs lejano, estuvo un a?o en Tailandia, luchando contra la malaria, y de esa experiencia extrajo su primera novela. Para la segunda, ha permanecido en Brasil (tambi¨¦n un a?o) y ha conocido la problem¨¢tica de la emigraci¨®n campo-ciudad, tras las grandes sequ¨ªas, que es uno de los trasfondos de la historia, aunque no se concreta el lugar. "La protagonista exige que sea as¨ª: el mundo es un lugar impreciso para ella fuera de sus peque?as coordenadas".
En Un pa¨ªs lejano hay ecos del realismo m¨¢gico: la joven Isabel tiene cierto acceso a la esfera de lo ultraterreno y espiritual -su cuerpo "no est¨¢ cerrado", como dice un brujo curandero en la novela-. "Es imposible escribir sobre Latinoam¨¦rica sin esa influencia literaria. Yo quer¨ªa explorar ese mundo tradicional y ver qu¨¦ ocurr¨ªa cuando entraba en ¨¦l el mundo moderno. Ese don de Isabel es algo impreciso, que existe en una frontera entre enfermedad, intuici¨®n y magia. No sabemos de d¨®nde le viene ni si existe en realidad".
Pese a reconocer la dureza de la novela, Daniel Mason subraya la belleza que late en ella, una belleza, dice, menos evidente y ex¨®tica que en El afinador de pianos, m¨¢s ardua, pero belleza al cabo. "La vida m¨¢s m¨ªsera no carece de belleza. Isabel experimenta el mundo a trav¨¦s de los sentidos mucho m¨¢s que mediante el intelecto. Los colores, los sabores..., todo eso introduce una vertiente est¨¦tica en el relato". Su mundo es de una sobriedad pat¨¦tica. "Bueno, en la ciudad s¨ª, pero en el campo, en su pueblo, aunque la naturaleza es muy dura, propia de una tierra ¨¢rida, hay una cierta riqueza zool¨®gica y bot¨¢nica. En ese paisaje, todo y su desolaci¨®n, ella crea una vida con sentido, quiz¨¢ no feliz pero s¨ª capaz de trascender la miseria". Su situaci¨®n, en su pueblo y en la capital -atrapada en la corriente de los que no tienen nada-, es objetivamente horrible. "Pero Isabel puede enfrentarse a ella y lograr peque?as victorias. Aprende a sobrevivir en esa vida nada f¨¢cil. No considero en absoluto que sea una novela pesimista".
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