Provindencial Pavone

Una verdad, aunque mala, result¨® m¨¢s determinante que una excelente presunci¨®n. El Betis se impuso ayer por el realismo con el que sus profesionales ejecutaron su trabajo. Y porque se lo permiti¨® el Zaragoza, que se desenvuelve sobre el campo con una suficiencia que se le supone pero no llega a hacerse carne.

H¨¦ctor C¨²per dise?¨® un equipo que le permitiera protegerse de las acciones del contrincante y as¨ª esperar a que le llegara una oportunidad de soltar el brazo. No hay m¨¢s cera que la que arde y el Betis es un equipo construido en el delirio, sin especialistas, en el que a los acompa?antes les queda interpretar los solos. La manera de afrontar los partidos es pr¨¢cticamente lo ¨²nico que pueden decidir los verdiblancos en el desarrollo de un partido. Ayer el Betis control¨® el partido a base de brega y ganas. Y su p¨²blico se lo premi¨® con todo el aliento que necesit¨®.

El Zaragoza tan s¨®lo buscaba los puntos en el encuentro. No le pareci¨® el momento a V¨ªctor Fern¨¢ndez de ir m¨¢s all¨¢. La calidad individual de algunos futbolistas qued¨® evidente, pero con un regusto a impostura. La capacidad de toque y combinaci¨®n de los zaragocistas tan s¨®lo fue un instrumento para matar el partido. D'Alessandro adelant¨® a su equipo con un gol de saque de falta. Parec¨ªa entonces que lo que tocaba era que el Betis se desplomara estrangulado por sus fantasmas. Pero no lo hizo, sigui¨® haciendo lo que es capaz de hacer, mientras sus contrincantes ni se tomaban el esfuerzo de intentar afianzar su ventaja. Y le toc¨® el turno a C¨²per. El t¨¦cnico verdiblanco meti¨® en el campo a Pavone nada m¨¢s enterarse de que un joven del filial sustituir¨ªa a Ayala. El ariete argentino aprovech¨® el cerco al ¨¢rea de C¨¦sar y se comi¨® al defensor en los dos goles que le robaron el triunfo al Zaragoza.