Begiristain aprieta a Rijkaard
El director deportivo del Bar?a pide acabar con el politiqueo y recuperar el esp¨ªritu de equipo
Varado en cancha ajena, el Barcelona no despega en la Liga ante la preocupaci¨®n de la directiva, que no quiere que le arrastre la corriente despu¨¦s de practicar una pol¨ªtica contemplativa cuando los resultados invitaban a sacudir el vestuario. El director deportivo, Txiki Begiristain, se reuni¨® ayer con el entrenador, Frank Rijkaard, y el capit¨¢n, Carles Puyol, para reconducir la situaci¨®n del Bar?a, que s¨®lo ha sumado seis de los 18 puntos posibles en campo contrario. Aunque el t¨¦cnico ya asumi¨® su responsabilidad en Getafe, Begiristain le inst¨® a tomar medidas mientras Puyol reiteraba su discurso: "Tenemos un problema de actitud. Hay que jugar m¨¢s como un equipo".
La consigna es recuperar el sentido de equipo perdido por el excesivo culto a las individualidades. Rijkaard se ve abocado de alguna manera a acabar con el politiqueo en las alineaciones y, en este sentido, la sustituci¨®n el s¨¢bado de Ronaldinho y Messi fue un s¨ªntoma de que el entrenador est¨¢ dispuesto a intervenir con decisiones de calado. Ronaldinho sigue en el punto de mira tanto por su momento de forma como por la repercusi¨®n negativa que pueda tener respecto a los jugadores sobre los que tiene ascendiente. El comportamiento de alg¨²n futbolista est¨¢ poniendo al t¨¦cnico en una situaci¨®n comprometida. Ya no se trata s¨®lo de un problema de autoridad de Rijkaard, sino de credibilidad ante su plantilla.
De acuerdo con el diagn¨®stico de algunos directivos y un n¨²cleo de jugadores, la soluci¨®n pasar¨ªa por el intervencionismo de Rijkaard. "No es un problema de futbolistas, sino de la tonter¨ªa de alguno de ellos", coinciden fuentes de la junta y del vestuario; "para entendernos, a Cruyff le llevar¨ªa diez minutos arreglar lo que pasa". Ocurre que Cruyff no es el entrenador, sino uno de los ide¨®logos del proyecto que preside Joan Laporta. Aunque personas pr¨®ximas a Cruyff explican que se le han pedido pocos consejos, s¨ª recuerdan que fue requerido en la ¨²nica crisis vivida con anterioridad, nada m¨¢s llegar Rijkaard, y que se solucion¨® con el fichaje de Davids, el sacrificio de un delantero por un medio y la alineaci¨®n de Ronaldinho en la banda izquierda.
Los mejores partidos del Barcelona esta curso coinciden con la ausencia de Ronaldinho y la alineaci¨®n de Iniesta como falso extremo, planteamiento que permiti¨® llenar mejor el campo, juntar las l¨ªneas y generar espacios en el ataque con dos puntas con llegada. Rijkaard aspira precisamente a que el equipo sea m¨¢s contundente y directo en campo ajeno y, por lo tanto, podr¨ªa introducir cambios.
Hay otros directivos y jugadores, sin embargo, que apuntan a una situaci¨®n m¨¢s delicada y "compleja" y opinan que, consecuentemente, no se puede simplificar el conflicto en la actitud de determinadas figuras como Ronaldinho. No juegan a que Ronnie sea el malo y Henry el bueno. Personas pr¨®ximas al brasile?o estiman que el fichaje del delantero franc¨¦s fue una declaraci¨®n de intenciones de la junta que puede volverse en su contra: "A rey muerto, rey puesto". La pugna de egos est¨¢ destruyendo el esp¨ªritu de equipo, convertido en una postal, falto de movimiento, solidaridad, complicidad y cohesi¨®n y, sobre todo, entusiasmo. El cuerpo t¨¦cnico no es ajeno, en cualquier caso, a la imagen de par¨¢lisis. La sensaci¨®n es que a veces Rijkaard parece un jugador m¨¢s. Aunque subraya la capacidad manifiesta del entrenador y sus ayudantes, la junta coincide en que se impone una mejor preparaci¨®n f¨ªsica y t¨¢ctica.
"Hay que delimitar responsabilidades", se insiste desde el consejo. As¨ª que, de momento, el secretario t¨¦cnico ha invitado al entrenador a reaccionar de inmediato. El objetivo es recuperar al equipo a costa de combatir a las figuras, por m¨¢s que ahora se eche en falta a Eto'o, compendio de cuantas cosas le faltan al cuadro de Rijkaard. Los directivos no quieren perder m¨¢s tiempo porque son conscientes de que, a d¨ªa de hoy, el Bar?a parece estar m¨¢s cerca de una derrota en el Camp Nou que de una victoria en campo contrario, riesgo que no quieren correr porque saben del cabreo acumulado por la hinchada por tanta negligencia. Nadie quiere pagar ahora el pato que no se pag¨® cuando tocaba en verano.
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