"?Que me quiten esto ya!"
Vecinos sin vistas por los nuevos chirimbolos exigen al Consistorio que los retire
Imagine el mejor ventanal de su casa cubierto con una pegatina. Un adhesivo enorme transforma sus vistas en un eclipse continuo. Desde donde antes divisaba un ¨¢rbol, la puerta blanca de una iglesia, un palacete con parterres, un parque... ahora s¨®lo ve un rect¨¢ngulo gris al que se le escapan por los laterales retazos de calle. Le ocurre a decenas de vecinos de Madrid, que viven con una pantalla delante de tres metros de ancho situada a cuatro metros sobre la acera. Son los pantallazos de publicidad, una concesi¨®n del Ayuntamiento de Madrid. Cerca de 200 de los 900 previstos amueblan ya las aceras de la capital.
Para quienes los tienen m¨¢s cerca resultan "monstruosos", "inseguros", "deprimentes" o "desproporcionados", adem¨¢s de que "no tienen utilidad aparte de recaudar". No son los ¨²nicos que los ven con malos ojos. Al alcalde de Madrid tampoco le gustan. Alberto Ruiz- Gallard¨®n declar¨® en una entrevista publicada ayer por EL PA?S. No se plantea retirarlos, pero s¨ª se compromete a "reubicar" los que "suponen un conflicto con el paisaje urbano".
"No sirven para nada m¨¢s que para recaudar", protesta una afectada
Algunos inmuebles 'invadidos' por los 'pantallazos' son edificios protegidos
Los lectores fotograf¨ªan los chirimbolos |
Este peri¨®dico ha visitado siete inmuebles cuyas fachadas est¨¢n cubiertas parcialmente por un chirimbolo. La mayor¨ªa de los vecinos afectados (18 frente a 3 de los 21 preguntados) ped¨ªan de forma tajante: "?Que nos quiten esto ya!". Dos han presentado una queja al Ayuntamiento. A otros dos les da igual y uno "no sabe / no contesta". Ninguno los defiende.
En la primera planta del 65 de la calle de Goya ( distrito de Salamanca), Mar¨ªa Teresa de la Serna tiene la impresi¨®n de que el soporte publicitario situado frente a su vivienda se le ha colado en el sal¨®n. "Es un monstruo", dice la anciana al descorrer la cortina. "Ponga mi nombre en su peri¨®dico para que se lo lleven cuanto antes", a?ade. Su vecina Mercedes Rasilla asegura que "rompe" la fachada y que es un elemento "inseguro". "En el cruce de estas dos calles
[Goya y General Pardi?as] se han producido varios choques de coches y accidentes, ahora que los conductores tienen una nueva distracci¨®n, ser¨¢ a¨²n peor", a?ade la mujer.
La mayor¨ªa de los pantallazos est¨¢n situados en calles de mucho tr¨¢fico. Est¨¢n colocados para reclamar sobre todo la atenci¨®n de los conductores, como el que preside la calle de la Princesa con Serrano Jover. Hace 18 a?os, el Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo (MOPU) prohibi¨® las vallas en carretera por considerar que eran peligrosas para la seguridad vial. En la capital no se ha planteado nada similar de momento con los chirimbolos publicitarios, seg¨²n una portavoz del ¨¢rea de Movilidad del Ayuntamiento. "Cualquier elemento publicitario despista, pero no m¨¢s que las lonas instaladas en los edificios en obras".
Cuatro calles al norte de Goya, en la plaza del Marqu¨¦s de Salamanca, otro chirimbolo despierta recelos. Los conserjes de los n¨²meros 9 y 11, Gregorio Mart¨ªnez y Jos¨¦ Antonio Ant¨®n, acusan al Ayuntamiento de Madrid de romper parte de la jardinera que bordea la esquina de una acera para abrir hueco al soporte publicitario. "Esto me lo cargaba yo con una radial", dice Ant¨®n. El chirimbolo tapa las vistas a una oficina en alquiler y "quita fachada" a un negocio de muebles del bajo, seg¨²n la directora comercial de la tienda, Sandra ?lvarez. La mujer mira al exterior desde la puerta del negocio y sentencia: "Realmente es horroroso".
"Si por lo menos pusieran pel¨ªculas de estreno", lamenta el conserje del inmueble situado en el n¨²mero 64 de Jos¨¦ Ortega y Gasset, justo unos metros detr¨¢s de otro chirimbolo. Pero no es cine. Lo que se ve en la pantalla, rodeada de adoquines levantados por su instalaci¨®n, son tres anuncios giratorios.
"Estoy dispuesto a hacer un boicot a los anunciantes", bromea Carlos G¨®mez, arquitecto y vecino del edificio, que asegura sentir "la indignaci¨®n m¨¢s absoluta" desde que le instalaron la pantalla frente a su casa. Vive en un edificio que figura en el cat¨¢logo municipal como inmueble con protecci¨®n estructural, seg¨²n el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM). "A nosotros nos limitan para hacer cualquier obra, pero el Ayuntamiento no se pone ning¨²n impedimento para estropear las vistas de nuestra fachada", protesta G¨®mez, que prepara una reclamaci¨®n con sus vecinos.
Al menos cinco edificios invadidos por los nuevos chirimbolos est¨¢n catalogados con protecci¨®n parcial, estructural o integral. Esta ¨²ltima, que es la m¨¢s estricta, rige en los inmuebles citados de las calles de Goya y Marqu¨¦s de Salamanca. Cualquiera de los residentes del bloque necesita un permiso municipal especial antes de cambiar un ba?o, remodelar la escalera o pintar la pared de una habitaci¨®n, por ejemplo. Pero no se requiere ninguno para colocar un soporte de cuatro metros delante de la fachada.
"Es una contradicci¨®n total", asegura Paloma Sobrini, decana del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM). "El problema es que se protegen los edificios, pero casi nunca las aceras o las esquinas que los rodean, ¨¦ste es el mejor momento para plantearse cambiar eso", a?ade. El COAM, que se ha mostrado muy cr¨ªtico con los chirimbolos desde que comenzaron a instalarlos, quiere ayudar al Ayuntamiento a detectar los que resulten m¨¢s invasivos. Agradecen que Gallard¨®n "haya recapacitado", pero exigen que las reubicaciones "se hagan r¨¢pido".
"Cuanto antes", precisa desde el portal de su casa Mar¨ªa Mart¨ªn. A ella, como a otros vecinos de San Bernardo, 83 (Centro), el pantallazo que les colocaron "sin avisar" no les gusta un pelo. "Me afecta psicol¨®gicamente, en serio", explica Mar¨ªa en un improvisado debate en el rellano. A las siete de la ma?ana, sale a trabajar y se lo encuentra en mitad de su calle. "Con lo bonita que era la vista", suspira. Entra ?scar Guti¨¦rrez y se suma a la conversaci¨®n. "Es desolador, los pantallazos son como extraterrestres que se han posado sin criterio en mitad de las calles". Junto a ellos otra residente, Juncal Fuertes, a?ade una cr¨ªtica m¨¢s pragm¨¢tica: "No ofrecen ning¨²n servicio p¨²blico. S¨®lo sirven para recaudar". El chirimbolo les tapa parte de la fachada de la iglesia de Montserrat.
Frente a otro templo, en Marqu¨¦s de Urquijo (distrito de Centro), Mar¨ªa Mercedes Larrea descorre la cortina de su ventana, en el primer piso. La cara trasera de la pantalla cubre la puerta blanca de la iglesia del Coraz¨®n de Mar¨ªa. Ya no puede ver la salida de misa ni la mitad de la calle. El rect¨¢ngulo lo engulle. Mar¨ªa Mercedes mand¨® una carta de queja al Ayuntamiento hace m¨¢s de 15 d¨ªas. "A¨²n no me han respondido", asegura. El ventanal por el que se asoma a la calle desde hace m¨¢s de 30 a?os "se ha quedado sin vida".
JOS? ORTEGA Y GASSET, 64
En este bloque de 19 casas, con protecci¨®n estructural, viven Carlos G¨®mez y otros parientes. "Es como si destrozaran parte de lo tuyo", comenta Carlos, uno de los afectados por los nuevos chirimbolos.
MARQU?S DE URQUIJO, 38
La vecina del primero vio c¨®mo le colocaban un soporte de la noche a la ma?ana "sin avisar". Mar¨ªa de las Mercedes protesta porque le han quitado las mejores vistas de la casa en la que vive desde hace 30 a?os, precisamente las del sal¨®n. Le gustaba mirar la puerta de la iglesia, ahora cubierta por la placa gris. Le ha escrito una carta al Ayuntamiento, que hasta la fecha no le ha respondido. Silencio, de momento, para esta vecina del distrito de Moncloa-Aravaca.
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