Sin trampa ni cart¨®n
Para celebrar sus 40 a?os de actividad profesional Gal Costa, la gran dama de la canci¨®n brasile?a, se ha embarcado en una gira de alto riesgo. Ha prescindido de todo atrezo esc¨¦nico, incluida la orquesta, present¨¢ndose sin m¨¢s acompa?amiento que una guitarra. Gal Costa de la forma m¨¢s despojada posible revisando todos sus ¨¦xitos. As¨ª se present¨® el martes en el Palau de la M¨²sica barcelon¨¦s y los resultados no pudieron ser mejores.
La diva bahiana mostr¨® una musicalidad a prueba de bombas, un buen gusto exquisito y una sensibilidad capaz de abordar de las cosas m¨¢s serias a las m¨¢s r¨ªtmicas sin el menor problema. Gal Costa est¨¢ magn¨ªfica a sus 62 a?os; su voz ha perdido extensi¨®n, pero sigue siendo bella y la domina a la perfecci¨®n; sabe meterse al p¨²blico en el bolsillo. Y la verdad, tras lo visto en el Palau, no necesita m¨¢s ayuda esc¨¦nica que la guitarra de Luiz Meira.
Gal Costa
Palau de la M¨²sica, Barcelona, 13 de noviembre. Festival de Jazz
Gal Costa fue recorriendo su repertorio, que es como un muestrario de los mejores compositores brasile?os de los ¨²ltimos tiempos: Gilberto Gil, Dorival Caymi, Caetano Veloso... El primer pico de la noche lo coron¨® con una soberbia versi¨®n de A Rita de Chico Buarque antes de rememorar algunos ¨¦xitos de Tom Jobim y Viniucius de Moraes. Esa revisi¨®n podr¨ªa haber sido un aut¨¦ntico acontecimiento si la cantante no hubiera cedido su lugar al p¨²blico, que cant¨® la mayor¨ªa de esas canciones ante la mirada de Costa, que se limitaba a sonre¨ªr y dar la entradas pertinentes o puntuar algunos momentos.
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