"Algunas veces, las vidas largas significan soledad"
Jos¨¦ Saramago cumple 85 a?os en medio de homenajes y exposiciones
A los 85 a?os, que cumple hoy, a Jos¨¦ Saramago le han descubierto otra vida. A ¨¦l se le hab¨ªa olvidado, pero su mujer, Pilar del R¨ªo, la encontr¨® en un mont¨®n de maletas que ¨¦l hab¨ªa arrinconado, como un recuerdo cerrado, en su casa de Lisboa. Hasta ahora.
"Es curioso que ese hombre de mi juventud venga al cumplir 85 a?os"
El pr¨®ximo 23 de noviembre, en la Fundaci¨®n C¨¦sar Manrique de Lanzarote, se podr¨¢ ver el contenido de esa vida desconocida del autor de El hombre duplicado. Y hoy, en el Auditorio del Centro Cultural Conde Duque, en Madrid, recibir¨¢ un homenaje al que ¨¦l asistir¨¢ despu¨¦s de una convalecencia provocada por una gripe que incub¨® en Argentina y que estos d¨ªas se le manifest¨® en Madrid. Ese homenaje se repetir¨¢ en Lisboa el pr¨®ximo d¨ªa 18.
Volvi¨® de Argentina el ¨²ltimo s¨¢bado. Lo que vio all¨ª, en homenaje a los desaparecidos, le produjo "una inmensa emoci¨®n". M¨¢s de un kil¨®metro de nombres y nombres de los desaparecidos, esculpidos en piedra. "No hay nada m¨¢s. Sobriedad de la piedra. Ese color oscuro".
Llor¨® en silencio en ese parque. "No vale la pena que lleves flores, simplemente mira. Cada una de esas piedras y cada nombre escrito en ellas es algo que se ha perdido para ser evocado. Junto al mar. Con una sobriedad intensa. All¨ª, donde est¨¢ este Parque de la Memoria, fue descubierto el cuerpo de un chico de 14 a?os que hab¨ªa sido empalado. Ahora va a haber all¨ª una escultura que va a representarlo; cuando sube la marea, la figura desaparece... Y luego vuelve, como una resurrecci¨®n".
Afectado a¨²n por esa visi¨®n, Saramago afronta una semana en la que ¨¦l mismo va a asistir al reencuentro con quien fue. A los 85 a?os le espera otro Saramago. "Y es curioso que ese hombre de mi juventud venga cuando cumplo 85 a?os", explica. Una edad "a la que se llega con suerte". "Algunas veces, las vidas largas significan soledad", a?ade. Pero en su caso, "con salud suficiente para estar haciendo cosas", esa edad llega con una novela en camino (El viaje del elefante) y con una actividad que no cesa.
Esa vida desconocida le ha sorprendido a Saramago "porque revela que en esos tiempos en que siempre pens¨¦ que no hab¨ªa hecho nada escrib¨ª como un verdadero loco". La Fundaci¨®n C¨¦sar Manrique muestra, bajo la direcci¨®n de Fernando G¨®mez Aguilera, "cantidad de papeles, cuentos, una novela no terminada... Han descubierto una vida m¨ªa que estaba soterrada y de la que yo no me acordaba".
La novela recuperada es Tierra del pecado; Saramago la dej¨® inconclusa, "y dejarla inacabada era una forma de autocr¨ªtica; pens¨¦ que no val¨ªa la pena, y la dej¨¦ ah¨ª, arrinconada. Fue una especie de acto de humildad. Yo pensaba: no puedo seguir escribiendo libros si yo mismo s¨¦ que no vale la pena hacerlos. Pero segu¨ª escribiendo, vaya que si segu¨ª. Lo que ellos han encontrado es algo asombroso; no s¨¦ cu¨¢ndo escrib¨ª todo eso; yo pensaba que despu¨¦s de Tierra de pecado me hab¨ªa detenido, y lo cierto es que continu¨¦ y continu¨¦. Ahora se ve que el pasado que tengo no es el pasado que cre¨ª haber tenido".
Eran textos de un chico de 19 a?os, que ven¨ªa de una familia analfabeta. Saramago no les ve "tanta calidad", pero s¨ª la fuerza que ya en ese momento le hac¨ªa decir con toda tranquilidad "yo quiero ser un escritor". Una convicci¨®n que acab¨® por convertirse en una especie de compromiso: "Estaba aqu¨ª para escribir, esa era mi vocaci¨®n. Lo ten¨ªa tan claro que escrib¨ªa, y ah¨ª est¨¢ esa novela incompleta".
No la ha le¨ªdo, no ha le¨ªdo ninguno de esos papeles. "Me los ense?aron Pilar y Fernando, pero los dejo para verlos como los ver¨¢ cualquiera, en la Fundaci¨®n", comenta. Pilar los encontr¨®, dice ella, "en cajas que hab¨ªan estado viajando por distintas mudanzas, desde su primer matrimonio. Cuando termin¨® su segundo matrimonio se quedaron en una buhardilla. Y en el tercero, que es nuestro caso, vinieron a Lanzarote, donde vivimos desde 1993. Pero eran cajas que jam¨¢s se hab¨ªan revisado".
-Saramago, ?y no tuvo curiosidad por saber qu¨¦ hab¨ªa dentro?
-No.
-?Por qu¨¦?
-Si yo no tuve curiosidad, ?c¨®mo voy a saber por qu¨¦ no ten¨ªa curiosidad?
Saramago no espera encontrar all¨ª "maravillas". Son, dice, "divertimentos de un chico de 18 o 19 a?os, sin estudios acad¨¦micos, sin universidad. Salvo las lecturas de las bibliotecas yo no sab¨ªa nada m¨¢s". Pero hab¨ªa, dice ¨¦l, "un hilo rojo" que se ha mantenido desde entonces en toda su obra. "Ese hilo rojo ser¨ªa para m¨ª", dice, "un sentido de responsabilidad con respecto a la escritura. Escribiendo mejor o peor, yo sab¨ªa cu¨¢l era mi tarea. Sin ninguna reserva, era un escritor".
Escritor, ?eso qu¨¦ es? "Una manera de entender el mundo, una forma de asistir a un universo que entonces empezaba a manifestarse con una serie de cambios que requer¨ªan de mi coherencia de pensamiento y de acci¨®n. Y ah¨ª he estado, uniendo esas convicciones con mi experiencia, aprendiendo con las equivocaciones".
El convento en el cuartel
A Saramago le hace mucha ilusi¨®n escuchar c¨®mo suena en el viejo cuartel del Conde Duque la m¨²sica de Scarlatti, que es la m¨²sica de Memorial del convento. La leyenda dice que fue ese libro el que llevaba bajo el brazo su mujer, Pilar del R¨ªo, cuando le fue a buscar a Lisboa, como lectora apasionada. Luego cruzaron la delgada l¨ªnea sentimental y se hicieron marido y mujer.
As¨ª que esta noche esa m¨²sica, que tambi¨¦n se escuchar¨¢ el 18 de noviembre en Lisboa, se combinar¨¢ con la lectura que haga el actor Juan Echanove de trozos del libro que viaj¨® a Lisboa y con las interpretaciones de Elina Mustonen (clave), Sirkka Lampinaki (soprano) y Lili Dahlberg (bailarina), dirigidos todos por Lisbeth Landefort.
Es una ocasi¨®n muy especial para el escritor; se la han preparado sus editores, Alfaguara, la Fundaci¨®n Jos¨¦ Saramago (que se reunir¨¢ la semana pr¨®xima en Lanzarote) y Radio 3, y ¨¦l la aprecia como algo muy especial: "Yo no me he acostumbrado a que la gente me quiera, as¨ª que estos son momentos muy impactantes para m¨ª en lo que se refiere a las emociones".
Lo que le gusta, sobre todo, es que no sea un simple happy birthday, sino algo mucho m¨¢s creativo. La Fundaci¨®n C¨¦sar Manrique ha reconstruido sus edades, hasta llegar a esta ¨¦poca, en la que ¨¦l busca "dentro de la piedra". Antes fueron las ¨¦pocas de La semilla, El periodo formativo, La estatua. "Y ahora estoy, por as¨ª decirlo, en la ¨¦poca de la piedra. La piedra no sabe que es piedra. Hasta El Evangelio seg¨²n Jesucristo yo he estado describiendo una estatua. A partir de entonces trat¨¦ de introducirme en la piedra. En estos libros m¨ªos recientes interrogo y me interrogan; ¨¦sa es la diferencia".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.