Los maquinistas ponen en jaque Alemania
Millones de viajeros, afectados por la mayor huelga de trenes en la historia del pa¨ªs
Alemania vive desde las dos de la madrugada de ayer una situaci¨®n ins¨®lita. En el pa¨ªs del mundo con menos horas perdidas por conflictos laborales despu¨¦s de Jap¨®n, un peque?o sindicato con s¨®lo 30.000 afiliados, el de Maquinistas de Locomotoras (GdL, seg¨²n sus siglas en alem¨¢n), ha desencadenado una huelga de 62 horas, hasta el s¨¢bado a las dos de la madrugada, que afecta al tr¨¢fico de mercanc¨ªas, trenes de largo recorrido y de cercan¨ªas.
Las f¨¢bricas alemanas dependen del mill¨®n de toneladas de los suministros que transportan cada d¨ªa los trenes de mercanc¨ªas. Si la huelga se prolonga, la econom¨ªa se ver¨ªa afectada. Cinco millones de viajeros utilizan cada d¨ªa los trenes. Millones de alemanes que se desplazaban a sus puestos de trabajo se vieron afectados ayer por la reducci¨®n de servicios en los ferrocarriles urbanos.
No hay perspectivas inmediatas de acuerdo con posiciones muy duras entre el GdL y los Ferrocarriles Alemanes (DB). El sindicato presenta reivindicaciones salariales de hasta un 31% y exige un convenio salarial exclusivo para los maquinistas, diferente del resto del personal ferroviario. La empresa p¨²blica de ferrocarriles se niega a hacer una nueva oferta salarial y sobre todo se niega a negociar un convenio espec¨ªfico.
El consejo de vigilancia de los ferrocarriles ratific¨® al presidente de la empresa, Harmut Mehdorn, de 65 a?os, en su posici¨®n de no aceptar la firma de un convenio espec¨ªfico para los maquinistas. El sindicato responde que si la empresa no cede, la huelga se prolongar¨ªa la pr¨®xima semana y luego podr¨ªa seguir hasta Navidad.
110.000 camiones
El abastecimiento de las f¨¢bricas depende del ferrocarril. Los almacenes no permiten acumular repuestos en previsi¨®n de desabastecimientos. La posibilidad de transporte alternativo por carretera resulta casi imposible. Se necesitar¨ªan 110.000 camiones para transportar por carretera las toneladas que mueven a diario los trenes. La industria sider¨²rgica ser¨ªa la m¨¢s afectada, pero tambi¨¦n los productores de autom¨®viles. En el puerto de Hamburgo el problema se producir¨¢ cuando se acumulen los contenedores sin recoger. Los barcos llegan y se van sin la carga porque no pueden esperar. Las p¨¦rdidas se estiman en 50 millones de euros diarios, pero si se prolonga la huelga algunas estimaciones elevan esta cifra hasta los 500 millones.
En los ferrocarriles alemanes act¨²an tres sindicatos. El mayor, Transnet, con 270.000 afiliados, se encuentra encuadrado dentro de la Federaci¨®n Alemana de Sindicatos (DGG). Otro sindicato de funcionarios de los ferrocarriles cuenta con 65.000 miembros. El GdL de los maquinistas, que no hace mucho se abri¨® a los guardagujas, revisores y personal de trenes, agrupa s¨®lo a unos 30.000 asalariados de los ferrocarriles, pero entre ellos se encuentran 16.000 maquinistas, el 80% de la plantilla, que ocupan una posici¨®n clave.
Tras meses de negociaciones y alguna escaramuza con huelgas de un d¨ªa los dos sindicatos mayores aceptaron la subida salarial del 4,5%. El GdL se desmarc¨® y plante¨® unas exigencias de mejoras de hasta un 31% y sobre todo un convenio especial para ese gremio, diferente del resto del personal. El GdL es un sindicato serio, no se puede decir que sea amarillo, que cuenta con una tradici¨®n de 110 a?os, es m¨¢s antiguo que las otras organizaciones obreras de Alemania. La reivindicaci¨®n parece excesiva, pero el sindicato argumenta que en los ¨²ltimos 10 a?os los maquinistas han tenido continuas p¨¦rdidas de poder adquisitivo y que sus sueldos son los m¨¢s bajos de Europa.
La patronal respondi¨® con ofertas que resultaron inaceptables para el sindicato. Entre tanto fracas¨® la mediaci¨®n de dos destacados pol¨ªticos democristianos retirados y el sindicato consigui¨® en segunda instancia que un tribunal declarase que su huelga es leg¨ªtima.
Los peri¨®dicos alemanes de mayor tirada salieron ayer con un gigantesco anuncio a toda p¨¢gina encabezado con el DB, el logotipo de los Ferrocarriles Alemanes. "?Pare esta locura, se?or Schell!", clamaban las letras rojas que encabezaban el anuncio.
Manfred Schell, de 64 a?os, es el presidente del sindicato de maquinistas que ha desencadenado lo que los medios llaman megahuelga, el mayor conflicto en la historia de los ferrocarriles alemanes.
En el anuncio a toda p¨¢gina la patronal expon¨ªa sus argumentos contra Schell: "Estamos dispuestos a hablar de todo, mientras que usted se niega desde hace meses a cualquier negociaci¨®n. Deje de una vez de hacer una huelga contra el pa¨ªs".
A continuaci¨®n la empresa ofrece un 10% de aumento de sueldo a los maquinistas, una paga ¨²nica de 2.000 euros en este a?o, nuevos planes de trabajo y m¨¢s posibilidades de ascensos. A?ade la empresa que no puede aceptar un convenio diferente porque eso llevar¨ªa al caos en los convenios y hacer que siempre cada empresa y todo el pa¨ªs pudiera sufrir el chantaje de una minor¨ªa.
Por a?adidura el conflicto coincide con la disputa en el seno de la gran coalici¨®n de gobierno entre democristianos (CDU/CSU) y socialdem¨®cratas (SPD) por la privatizaci¨®n y salida parcial a Bolsa de la empresa p¨²blica de ferrocarriles.
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