Safo en el Par¨ªs de 1900
Par¨ªs era hacia 1900, sin duda alguna, la capital cultural del mundo. Afortunadamente era una ciudad cosmopolita y liberal, entre otras cosas gracias al C¨®digo Napole¨®n, que no persegu¨ªa a los pecadores sexuales, por m¨¢s que la moral patriarcal los viera mal o los condenara... En ese mundo pudo pasear Oscar Wilde, el proscrito, y pudo abrir su sal¨®n una mujer multimillonaria (tambi¨¦n eso ayuda) que fue generosa, l¨¦sbica y promiscua, y que aunque norteamericana de nacimiento, escribir¨ªa en franc¨¦s: Natalie Clifford-Barney. Ella fue una de las protectoras y amantes de Ren¨¦e Vivien, nombre literario (y por tanto verdadero) de quien naci¨® en Londres en 1877 como Pauline Tarn. De educaci¨®n afrancesada, mujer llena de pasiones y ansias de libertad, que siempre cuadraron mal con la Inglaterra victoriana, la hermosa Pauline se instala en Par¨ªs en 1899 -al alcanzar la mayor¨ªa de edad- para vivir su apasionado romance con Violette Shillito. Esta amante m¨ªtica, para quien ya era Ren¨¦e Vivien, muri¨® pronto, y la poeta (que escribi¨® toda su obra en franc¨¦s) nunca olvid¨® esa palabra de tan dulces matices, violeta, tan f¨¢cilmente localizable en su obra.
"Y en la sombra florece, como un sue?o perverso, / el abrazo armonioso de la amante a la amante"
Guapa, rica y apasionada, el proyecto vital de Ren¨¦e Vivien fue resucitar el safismo, ser la heredera de la m¨ªtica (y real) Safo de Lesbos, que hab¨ªa escrito una de las m¨¢s bellas l¨ªricas de la antig¨¹edad griega, y que hab¨ªa creado en Mitilene un universo femenino de sensualidad y de cultura, en el que fue la maestra. (Ren¨¦e lleg¨® a viajar a la isla de Lesbos, como lo hicieron por entonces otras lesbianas adineradas, con el af¨¢n de crear una suerte de ideal falansterio de mujeres amantes de mujeres...).
Pero -por educaci¨®n y tiempo- Ren¨¦e pertenec¨ªa tambi¨¦n al fin de si¨¨cle y se hab¨ªa formado leyendo a Baudelaire (recordemos que ¨¦ste pens¨® como primer t¨ªtulo para Las flores del mal, Lesbos) y tambi¨¦n a Verlaine y probablemente a otro de los casi olvidados jefes del decadentismo, Maurice Rollinat. Asumiendo las formas ya hechas (que no gastadas) del parnasianismo y del simbolismo entremezclados, con lujos y ardencias, bacantes y noche, Ren¨¦e Vivien s¨®lo pod¨ªa construir una obra po¨¦tica plena de vitalismo decadente, y no hay contradicci¨®n en los t¨¦rminos. Su universo estr¨®fico y verbal estaba hecho (aunque nada desmerece en ella) pero le a?ade la novedad no s¨®lo del lesbianismo directo, sino del af¨¢n de recuperar la Antig¨¹edad cerca y lejos de Las canciones de Bilitis, de Pierre Lou?s, cuya primera edici¨®n (que se pretend¨ªa traducci¨®n de un original griego) es de 1894. Pero Vivien, ardorosa y noct¨¢mbula, debe m¨¢s a Verlaine y a Safo que a Lou?s. Ren¨¦e tradujo las obras de Safo en 1903, utilizando la edici¨®n inglesa de Wharton, publicada en 1895. Gide no puso a Ren¨¦e Vivien en su Antolog¨ªa de la poes¨ªa francesa (de 1949, obra de un viejo ilustre pero muy lejano entonces a las est¨¦ticas de su juventud), pero era m¨¢s grave que no figurarse (porque es la gran antolog¨ªa de su tiempo) en la m¨¢s famosa y plurieditada, Po¨¨tes d'aujourd'hui, de Van Bever y Paul L¨¦autaud, cuya primera edici¨®n es de 1901, el a?o del primer libro -Estudios y preludios- de nuestra autora. Bien pudo figurar si entre la n¨®mina de autores lleg¨® a estar Lucie Delarue-Mardrus, notable poeta menor que frecuent¨® asimismo el c¨ªrculo s¨¢fico de La Amazona, como llam¨® R¨¦my de Gourmont a la sacerdotisa de la Rue Jacob, miss Clifford-Barney...
Y es que la vida y la obra de Ren¨¦e Vivien son un meteoro de pasi¨®n, sinrazones er¨®ticas, y ansias de vida y muerte. Falleci¨® en 1909 -tras alg¨²n intento de suicidio- y en ocho a?os public¨® ocho libros de poemas, dejando dos m¨¢s in¨¦ditos que salieron p¨®stumos. La tarea que ha hecho una poeta de hoy como Aurora Luque (tambi¨¦n traductora de Safo) antologando la obra l¨ªrica de Ren¨¦e Vivien tiene mucho de rescate pero tambi¨¦n de descubrimiento para bastantes lectores espa?oles. Vivien fue una poeta muy de su tiempo, sin novedades y llena de novedades, de la misma manera que no existe contradicci¨®n entre su angustioso af¨¢n vital y su morboso impulso tan¨¢tico. Una bella, necesaria (y cuidada) antolog¨ªa en la que s¨®lo echo alguna vez en falta una mayor presencia de asonantes en el texto espa?ol, ya que el franc¨¦s siempre es rimado, y no es posible olvidar del todo esa m¨²sica. Pero otro valor de Aurora Luque reside en contarnos -y era nuevo y sutil entonces- que Ren¨¦e Vivien fue m¨¢s seguidora de Safo que de Bilitis, pese a Baudelaire, a Verlaine, a Rollinat, y m¨¢s que a Rimbaud (en sus pocos momentos m¨¢s rupturistas), quiz¨¢s a Charles Cros o a Tristan Corbi¨¨re... Un brindis por la minor¨ªa moral, en una poes¨ªa cl¨¢sica, veraz y suntuosa: "Y en la sombra florece, como un sue?o perverso, / el abrazo armonioso de la amante a la amante". Las mujeres de hoy pueden, sin duda, o¨ªr mejor a Safo. Y a las bacantes s¨¢ficas... -
Libros de Ren¨¦e Vivien en castellano: Poemas. Traducci¨®n de Aurora Luque. Ep¨ªlogo de Mar¨ªa Mer?e Mar?al. Igitur. Tarragona, 2007. 188 p¨¢ginas, 13 euros. Cenizas y polvo. Traducci¨®n de Joaqu¨ªn Negr¨®n S¨¢nchez. Visor. Madrid, 2006. 129 p¨¢ginas, 18 euros. Estudios y preludios. Traducci¨®n de Pablo A. Jim¨¦nez Burillo. TF Editores. Madrid, 2006. 68 p¨¢ginas, 20 euros. Se me apareci¨® una mujer. Traducci¨®n de Susana Cantero Garrido. El Cobre. Barcelona, 2006. 136 p¨¢ginas, 18 euros. Una mujer se me apareci¨® (1905). Traducci¨®n de Mar¨ªa Dolores Mart¨ªnez Mu?oz. Arcibel. Sevilla, 2006. 136 p¨¢ginas, 10 euros.
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