Primer frenazo en el turismo rural
Los alojamientos en parajes r¨²sticos sufren un par¨®n, tras a?os de crecer a tasas del 15%
La fuerte apuesta de muchas comunidades aut¨®nomas por el turismo rural, con una carrera desbocada de apertura de centenares de nuevas casas al a?o, empieza a pasarle factura al sector. Despu¨¦s de a?os de ocupaciones en ascenso, los casi 12.000 alojamientos rurales abiertos en Espa?a se han encontrado este a?o con una fuerte quiebra en la tendencia ascendente de los ¨²ltimos a?os. "El a?o empez¨® bien", comenta Javier Herrera, presidente de Asetur, la asociaci¨®n del sector, "pero se estrope¨® llegado el verano".
Pese a que la abundancia de puentes tur¨ªsticamente ¨²tiles de este oto?o ayudar¨¢ a recomponer algo la situaci¨®n, el frenazo de 2007 ha levantado ya el debate sobre el "qu¨¦ hacer". En una especie de brainstorming (tormenta de ideas), todos en el sector tratan de definir qu¨¦ es lo que se ha hecho menos bien y de descubrir c¨®mo seguir encandilando a los viajeros con la magia de un pazo o una mas¨ªa en un paraje de ensue?o.
Los expertos se?alan que el sector debe ofrecer actividades rurales a sus clientes: "El campo atrae, pero nadie quiere ir ah¨ª a aburrirse"
Si el n¨²mero de viajeros aument¨® un 77% entre 2002 y 2006, la oferta de plazas para turismo rural ha crecido casi un 90% en ese periodo
Aumentos m¨ªnimos
Los ¨²ltimos informes del INE sobre turismo rural no son para echar cohetes. El de agosto revela que las pernoctaciones en estos alojamientos aumentaron s¨®lo el 0,8% con respecto al mismo mes de 2006. Y, como hay m¨¢s casas en el mercado, las ocupaciones han ca¨ªdo desde el 54% al 49% (y del 62% al 54% en fines de semana). Todo un frenazo. El aumento de viajeros en estos alojamientos hab¨ªa crecido un espectacular 77% entre 2002 y 2006, de 1,4 a 2,4 millones de hu¨¦spedes. Incluso el a?o pasado el crecimiento super¨® el 20%. "Y ¨¦ste es un sector habituado a crecer por encima de todos los dem¨¢s segmentos tur¨ªsticos", apunta Fran?ois Derbaix, de TopRural, el mayor portal de turismo rural de Espa?a, con mill¨®n y medio de visitas al mes.
?Qu¨¦ ha ocurrido? Los propietarios de estas casas, normalmente agricultores que complementan sus ingresos alquilando alguna de sus propiedades, apuntan causas como la reducci¨®n de la renta disponible de las familias (debido al impacto del Eur¨ªbor sobre sus hipotecas), la despiadada competencia de los hoteles de sol y playa, las l¨ªneas low cost (con ofertas baratas) y hasta el escaso atractivo y comodidades de algunos de estos alojamientos. "Pero, el motivo principal es que hay demasiada oferta de alojamientos", apunta Herrera, de Asetur.
Los datos parecen darles la raz¨®n. Si el n¨²mero de viajeros aument¨® un 77% entre 2002 y 2006 (las pernoctaciones crecieron a¨²n menos), la oferta de plazas en turismo rural habr¨ªa crecido casi un 90%. Lo peor es que este desfase del 13% se ha intensificado este a?o, justo cuando las econom¨ªas familiares habr¨ªan empezado a notar las tensiones hipotecarias. El sector ha vivido una aut¨¦ntica fiebre de oferta. En s¨®lo ocho meses se han lanzado al mercado casi 1.000 nuevos alojamientos rurales, un 9% m¨¢s. Algunas autonom¨ªas han superado estas marcas. Asturias increment¨® su oferta de plazas durante estos ocho meses en un 23%, Cantabria un 28% y Andaluc¨ªa un 14%.
No extra?a que haya voces pidiendo un frenazo a las aperturas de nuevas casas, algo que, a juzgar por el entusiasmo con que algunos Gobiernos aut¨®nomos siguen impulsando las aperturas, es poco probable que ocurra. En algunas zonas deprimidas, el alojamiento rural se ha visto como una panacea ante la crisis de la agricultura y la ganader¨ªa. "El Gobierno de Arag¨®n", explica Jes¨²s Marco, presidente de Faratur (Arag¨®n), "sigue dando mucha ayuda (programas comunitarios Lider y Proder) para nuevos alojamientos".
Aun as¨ª, algunos afirman que el frenazo de este a?o podr¨ªa muy bien ser un mero percance y que este tipo de turismo est¨¢ llamado a seguir creciendo. Marco, de Faratur, est¨¢ convencido de que "el sector tiene mucho futuro". Fran?ois Derbaix, de TopRural, considera que "estos alojamientos tienen a¨²n mucho recorrido en Espa?a". Este experto se basa en la a¨²n escasa dimensi¨®n del sector en Espa?a. "Mientras que en Francia hay unos 80.000 alojamientos de este tipo, en Espa?a s¨®lo hay 12.000". Derbaix, lo suficientemente optimista como para prever que "llegaremos a los 20.000 alojamientos rurales en 2012", s¨ª pone el acento en "la necesidad de trabajar m¨¢s intensamente para cautivar y fidelizar a los viajeros".
De hecho, se apunta como muy necesario el acometer la modernizaci¨®n de los actuales alojamientos. Sobre todo porque la hoteler¨ªa espa?ola, la de sol y playa y la ubicada en zonas pintorescas, ha mejorado estos a?os sus niveles de confort. "Tenemos", dice Herrera, propietario de una casona en Ribera de Duero, "cada vez m¨¢s problemas para competir con unas cadenas hoteleras que practican precios muy bajos". Este propietario reconoce que "muchos de los alojamientos abiertos entre 1990 y 1995 ya no son v¨¢lidos. Hay que reformarlos y adaptarlos a un p¨²blico cada vez m¨¢s exigente". Por ejemplo, poner ba?o en todas las habitaciones, algo que en muchos alojamientos no existe. La gente tambi¨¦n quiere camas m¨¢s grandes o espacios comunes m¨¢s amplios. "O jacuzzi y tratamientos de agua", a?ade Derbaix.
Nuevas propuestas
Otros responsables apuntan hacia otra clave: la propuesta de actividades. Marco, de Faratur, un agricultor y viticultor que alquila una casona con 800 metros cuadrados en San Mart¨ªn del R¨ªo (Teruel), por la que cobra 150 euros al d¨ªa (la alquila entre 70 y 100 d¨ªas al a?o), utiliza su bodega como atracci¨®n. "Llevo", dice, "a mis hu¨¦spedes a la bodega para que me ayuden a pisar la uva o probar los mostos".
Tambi¨¦n se habla mucho de especializaci¨®n. Ofrecer propuestas espec¨ªficas permitir¨ªa, aseguran, alcanzar targets (objetivos) de p¨²blico muy concretos. "Algunos alojamientos se han especializado en temas como el vino, la elaboraci¨®n de queso, la recolecci¨®n de setas, los caballos o el taller de sidra". Est¨¢ claro que el campo atrae, s¨ª, "pero nadie quiere ir ah¨ª a aburrirse", afirma tajante Herrera.
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