"Yo he bebido mucho en el Barrio Chino"
Pregunta. Premio Internacional de Novela Negra RBA. ?En Espa?a es el rey del mambo del g¨¦nero?
Respuesta. Algunos cr¨ªticos creen que s¨ª. Yo no estoy tan seguro. Hay otros autores a los que admiro mucho y me podr¨ªan dar lecciones. Pero s¨ª, tengo una cierta importancia.
P. ?Ha dado las gracias al inspector M¨¦ndez por lo que le debe?
R. Me ha dado un Planeta, un Premio Internacional de Novela, dos premios de la Cr¨ªtica en Francia... Le doy las gracias, y si alguna vez me pide dinero, se lo prestar¨¦ sin ninguna garant¨ªa.
P. ?En la pr¨®xima novela no deber¨ªa hacerle jefe superior de polic¨ªa?
R. Imposible. Primero, porque ¨¦l no querr¨ªa; segundo, porque no servir¨ªa, y tercero, porque el ministro le expulsar¨ªa de Espa?a.
P. Si se pone as¨ª...
R. M¨¦ndez nunca ha obedecido una orden, no cree en la ley oficial, sino en la de la calle y, en consecuencia, es impracticable que llegue a mandar a nadie.
P. Al menos, con los 125.000 euros del premio le pagar¨¢ unas ca?as, o unos co?acs.
R. Le pagar¨¦ unas ca?as, pero le van a sentar mal, porque me va a llevar a alg¨²n bar de mala nota, donde la cerveza sea falsificada y el co?ac, de contrabando. Yo no me atrever¨ªa a beber con M¨¦ndez. A pesar de que yo he bebido mucho en el Barrio Chino.
P. ?Liga usted m¨¢s o menos que ¨¦l?
R. Yo ligo poqu¨ªsimo. ?l ten¨ªa unas cuantas mujeres de la calle a las que conoci¨® de j¨®venes, las proteg¨ªa, las ayudaba en lo que pod¨ªa... Hoy se han hecho viejas, siguen siendo sus amigas, sigue protegi¨¦ndolas, d¨¢ndoles conversaci¨®n... Pero es que yo, ni eso.
P. Ni conversaci¨®n.
R. No, s¨ª, yo doy conversaci¨®n a mucha gente, pero nada m¨¢s.
P. ?Qu¨¦ opina su madero del tripartito?
R. Intenta no meterse en pol¨ªtica. Pero su autor piensa que el tripartito, o cuatripartito, porque ya no s¨¦ qui¨¦n manda, est¨¢ politizando demasiado las cosas culturales. La defensa del catal¨¢n me parece muy bien, pero no significa que se tenga que atacar al castellano.
P. La censura franquista le llam¨® rojo y porn¨®grafo. ?De qu¨¦ tiene m¨¢s?
R. De rojo, evidentemente. Si yo hubiera tenido la suerte de ser un buen porn¨®grafo, lo hubiera pasado muy bien, y seguramente hubiera ganado alg¨²n dinero [risas]. Pero me tacharon de porn¨®grafo porque en una novela m¨ªa un novio le tocaba la rodilla a la novia.
P. El tema era bastante grueso.
R. Muy grueso. Sobre todo porque yo dec¨ªa que la chica ten¨ªa la rodilla bonita. Y rojo por un tema elemental: soy hijo de republicanos, nac¨ª en un barrio pobre, y cuando vi entrar a las tropas de Franco en Barcelona, yo llor¨¦ y mi padre llor¨®.
P. Cuatrocientas novelas del Oeste firmadas como Silver Kane en su juventud: no saldr¨ªa del saloon.
R. Yo llegu¨¦ a conocer muy bien la historia de Estados Unidos y del Viejo Oeste. Hab¨ªa personajes que me seduc¨ªan much¨ªsimo: por ejemplo, la dama del saloon, una mujer con una gran personalidad. Y me llevaba a construir personajes femeninos que yo creo que estaban muy bien construidos.
P. ?Cu¨¢l fue su mejor disparo?
R. Crear sentimientos. En mis novelas siempre hab¨ªa dos personajes fundamentales: la dama del saloon y el hombre que quer¨ªa hacer justicia, en el que, por cierto, no cre¨ªa nadie.
P. Luego pas¨® del whisky al co?ac, y del Far West a Barcelona.
R. El salto fue en la transici¨®n, cuando me di cuenta de que pod¨ªa publicar las cosas como yo quer¨ªa, y de que durante el franquismo no hab¨ªa existido novela negra. Nac¨ªa un mundo nuevo que pod¨ªa ser descrito.
P. ?Qu¨¦ nostalgias le pesan?
R. La vieja Barcelona, que era inquieta y ten¨ªa un mensaje ¨¦tico, y el mundo de la solidaridad, de la gente que pasaba hambre en los barrios y siempre alguien te daba algo de comer. Eso se ha perdido.
P. "No tengo ilusiones, pero tengo experiencias". ?No cree en nada?
R. S¨ª que creo en muchas cosas, por Dios. Creo en la verdad, en la piedad, en el amor y en los animales, que no es poca cosa.
P. ?Entre las cosas en las que no cree est¨¢ la posibilidad de que le llame Sharon Stone?
R. Que me llame es imposible. No creo en que nadie que valga la pena me vaya detr¨¢s. Me puede llamar un compa?ero, un ministro, un intelectual...
P. No desespere con Sharon.
R. Si no me gusta mucho. Yo de quien estuve enamorado es de Ingrid Bergman. Y me gusta su hija, Isabella Rossellini, porque se le parece.
P. Pues, aunque ser¨ªa un puntazo, no creo que pueda llamarle Ingrid Bergman.
R. Ni Isabella Rossellini tampoco.
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