Arte internacional en la cocina de Lorca
Pintores, m¨²sicos y escritores evocan al poeta granadino en su retiro de la Huerta de San Vicente
Probablemente Lorca hubiese encontrado la met¨¢fora perfecta. El latigazo po¨¦tico que definiera ese zumbido incesante de los coches que circulan como rayos por la carretera que rodea hoy su casa de La Huerta de San Vicente. Los 31 artistas que han participado en Everstill, la exposici¨®n ?o el show, como lo denomina su comisario, el suizo Hans Ulbrich Obrist? que a partir del pr¨®ximo s¨¢bado puede disfrutarse en ese santuario granadino que es la casa de retiro del poeta, tambi¨¦n lo han hecho. A su manera han decorado con obras pl¨¢sticas, m¨²sica y palabras inspiradas en ¨¦l los espacios m¨¢s ¨ªntimos de su vida.
Que la voz de Federico Garc¨ªa Lorca es universal y legendaria queda patente en la lista de artistas de todo el mundo que han querido participar en esta convocatoria: europeos, americanos, asi¨¢ticos? Que su figura se contempla como una leyenda cercana, pr¨®xima y muy viva, tambi¨¦n se desprende de las obras. Si no, resulta dif¨ªcil explicar el atrevimiento de propuestas como la de los brit¨¢nicos Gilbert & George. Ambos se han acostado en la peque?a cama de Lorca, que conserva intacta su discreta estructura de madera frente al magn¨ªfico escritorio que preside la habitaci¨®n, para inmortalizarse en una foto elegantemente titulada In bed with Lorca.
Para Obrist, la propuesta de Gilbert & George, que acudir¨¢n el jueves a la presentaci¨®n de la muestra en Granada, m¨¢s que una provocaci¨®n ?que lo es, porque si no, no tendr¨ªa el valor que tiene? es una pieza que va m¨¢s all¨¢: ?Para m¨ª es una reflexi¨®n sobre la muerte, algo muy comprometido?, comenta el comisario. Y es que es imposible escapar de esa sensaci¨®n en la casa de La Huerta. Quiz¨¢ porque, al mismo tiempo, el lugar est¨¢ lleno de vida. De vida detenida. De vida interrumpida. Con los utensilios, la decoraci¨®n, los artilugios, las vajillas, las cuberter¨ªas y los manteles y los pa?os de ganchillo intactos, ?como los hizo mi abuela?, comenta Laura Garc¨ªa Lorca, gran impulsora de todo el proyecto.
De ah¨ª todo el poder de un lugar ¨²nico. Dotado de una fuerza que llama a la evocaci¨®n y al escalofr¨ªo. A transitar sus pasillos rodeados de fronteras, como la que propone Cristina Iglesias. La artista donostiarra ha elaborado un panel, una pared en relieve que ha colocado justo en la habitaci¨®n de enfrente al dormitorio del poeta y en la posici¨®n en la que ¨¦l lo ver¨ªa desde su cama: ?Los bajorrelieves forman un camino con luz que se vislumbra?, define Cristina Iglesias su obra mientras espera sentada en un banco de La Huerta a que la instalen. ?Tumbado sobre la cama, podr¨ªa ver ese sue?o, dejarse llevar a un lugar de liberaci¨®n?, comenta la artista.
Su admiraci¨®n por Lorca no tiene fin. Por ¨¦l y por ese milagro que fue la pertenencia a un grupo irrepetible. Un grupo cuya genialidad fue interrumpida por la barbarie. ?Lo que m¨¢s me llama la atenci¨®n de ellos, de los Lorca, Dal¨ª, Bu?uel, fue su concepci¨®n rupturista e idealista del mundo, que fueron visionarios y vanguardistas, luchadores y rompedores, que toda su obra est¨¢ atravesada por un grito de libertad?, a?ade.
Ella tambi¨¦n ha querido formar parte de un grupo como el que ha reunido Obrist, bajo el impulso de la Fundaci¨®n Garc¨ªa Lorca y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), para rendir homenaje al poeta. La idea de recurrir a un comisario como ¨¦l, que forma parte de la prestigiosa Serpentine Gallery de Londres, vino por anteriores propuestas suyas parecidas. Hab¨ªa decorado tambi¨¦n la casa de Nietzsche y fue responsable del Museo Robert Walser. Su obsesi¨®n en buscar las conexiones del arte con la literatura son constantes: ?En los ¨²ltimos tiempos, la relaci¨®n de las artes pl¨¢sticas y la literatura se ha perdido. Se ha desarrollado m¨¢s con la m¨²sica, la moda y la pintura, mientras que la literatura se ha ido dejando de lado?, comenta.
Lorca es alguien que lo propicia. Obrist propone algo tan sencillo como explorar lo que ¨¦l mismo hizo ?fue poeta y dibujante? o que otros se animen a reencarnar aquella relaci¨®n tan fruct¨ªfera y tormentosa que ¨¦l mantuvo con Dal¨ª. Como ha hecho Tacita Dean, por ejemplo: ?Enviar¨¢ postales desde Cadaqu¨¦s cada d¨ªa de la exposici¨®n?, asegura Obrist. As¨ª evocar¨¢ la intensa aventura creativa que mantuvieron ambos desde que se conocieran en la Residencia de Estudiantes de Madrid.
Otros artistas han optado por caminos distintos y se ha buscado la variedad de estilos y de disciplinas. Enrique Vila-Matas participar¨¢ con una lectura p¨²blica del texto La gloria solitaria el mismo s¨¢bado, d¨ªa de la inauguraci¨®n; Franz West ha elaborado una escultura tubular rosa chillona con im¨¢genes de papel del poeta; Sarah Morris ha pintado un lienzo inspirado en el suelo de su habitaci¨®n; Rivane Neuenschwander ha bordado una colcha con esos p¨¢jaros que el poeta dibujaba de dos cabezas; Pedro Reyes ha dise?ado 10 botijos de cer¨¢mica con inscripciones de poemas en los que aparece la palabra agua; David Bestu¨¦ y Marc Vives han ideado unos t¨ªteres para un teatrito que instalar¨¢n bajo su cama; Koo Jeong-A ha reproducido un traje con el que Lorca aparece en varias fotos; Dominique Gonz¨¢lez-Foerster ha concebido una alfombra azul donde se colocan libros relacionados con el poeta; Anri Sala ha elaborado una fotograf¨ªa inquietante que plantea de nuevo esa frontera entre lo que fue una vida triunfal y alegre y un final tan violento, tan tr¨¢gico?
Es inevitable plante¨¢rselo. Ese juego negro, la obsesi¨®n por tanta desgraciada fatalidad. El lugar lo impone. All¨ª se traslad¨® Lorca desde Madrid cuando estall¨® la guerra. All¨ª supo que su vida corr¨ªa peligro. All¨ª fueron a buscarle los Rosales para esconderle en su casa antes de que fuera a parar al barranco? ?La casa tiene ese car¨¢cter de santuario. Los artistas han ideado trabajos muy respetuosos con el lugar. Te hace pensar en lo que Lorca representa para todos ellos. Es alguien m¨ªtico, un s¨ªmbolo?, opina Obrist.
?Y la m¨²sica? La m¨²sica la pone Enrique Morente, el cantaor m¨¢s lorquiano y m¨¢s profundo que uno puede encontrar para ponerle palmas y compases a la casa de La Huerta: ?Yo conoc¨ª este lugar con la gente que lo guardaba?, asegura el cantaor. ?Entonces, por Granada, de Lorca se hablaba en silencio?. Por eso, el maestro ha compuesto una banda sonora de 10 minutos que surge de una especie de t¨²nel del tiempo. ?He querido expresar los sonidos de ese silencio, precisamente?. Ha parido una m¨²sica inquietante, misteriosa, fantasmal. ?Algo que nos haga recordar que por ah¨ª anduvo ¨¦l, por esas habitaciones?, recuerda Morente.
Los creadores
Entre los 31 artistas que han participado en el proyecto se encuentran:- Cristina Iglesias- Franz West - Gilbert & George - Sarah Morris- Anri Sala - Pedro Reyes - John Giorno - Bestu¨¦ & Vives- Cy Twombly - Enrique Morente
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.