Entre lo divino y lo humano

Hay dos razones, en principio, que explican por qu¨¦ hasta hoy no se hab¨ªa abordado mediante una exposici¨®n la dimensi¨®n de Vel¨¢zquez como narrador visual de historias. La primera, porque los principales y m¨¢s significativos cuadros de historia velazque?os est¨¢n en el Museo del Prado, con lo que s¨®lo ¨¦ste estaba dotado para semejante empresa. La segunda, porque a Vel¨¢zquez tradicionalmente se le hab¨ªa adscrito al naturalismo caravaggista, que hab¨ªa revolucionado los g¨¦neros y despreciado su orden jer¨¢rquico cl¨¢sico, donde la supremac¨ªa correspond¨ªa al llamado g¨¦nero hist¨®rico. Por ello, a quienes practicaban cualquier tipo de naturalismo, ya en el siglo XVII, se les consideraba h¨¢biles para hacer retratos, bodegones o paisajes, todos ellos g¨¦neros menores, pero incapaces para resolver un cuadro de historia seg¨²n los estrictos c¨¢nones del clasicismo.

Despojados de estos prejuicios por nuestra revolucionaria ¨¦poca contempor¨¢nea, hoy no s¨®lo valoramos muy positivamente la innovadora forma de narraci¨®n de los pintores naturalistas, sino que, en el caso de Vel¨¢zquez, apreciamos su "conversi¨®n" clasicista tras su primer viaje a Italia y la original s¨ªntesis que hizo entre las dos corrientes entonces enfrentadas. En cualquier caso, la aportaci¨®n de la presente exposici¨®n del Prado no limita su alcance a abordar, por primera vez, este apasionante asunto, sino porque, por un lado, nos plantea todos los modelos narrativos frecuentados por Vel¨¢zquez mientras que, por otro, nos proporciona los referentes comparativos espa?oles y extranjeros que nos ayudan a contextualizar el m¨¦rito y la singularidad del genial artista sevillano.

?En qu¨¦ consisti¨® la contribuci¨®n de Vel¨¢zquez en el arte de contar visualmente historias? Se podr¨ªa responder a esta cuesti¨®n que su m¨¦rito fue "mezclar lo divino con lo humano", o, lo que es lo mismo, presentar el lado humano de lo sagrado, y, a su vez, divinizar lo m¨¢s fr¨¢gil y vulnerable de la humanidad. Tambi¨¦n, cabr¨ªa a?adir que Vel¨¢zquez fue uno de los primeros artistas modernos en captar la dimensi¨®n existencial del hombre. Sea como sea, no hace falta profundizar en la tesis esta exposici¨®n, admirablemente conducida por su comisario, Javier Port¨²s, porque, adem¨¢s de lo que hay en el Museo del Prado al respecto, han venido de fuera piezas tan magistrales como La Venus del espejo y el conjunto ha sido emplazado de una forma muy eficazmente did¨¢ctica, que, en ocasiones, reduplica su car¨¢cter didasc¨¢lico, con efectos estremecedores, como ocurre en la sala donde conviven cuadros con esculturas. Se trata, en fin, de una exposici¨®n imprescindible para cualquier amante de Vel¨¢zquez y, en general, del arte.