Un gran paso
El descubrimiento sobre c¨¦lulas madre sin embriones marca un hito en la investigaci¨®n
La noticia cient¨ªfica de 2007 culmina una carrera de un a?o y medio desde junio de 2006, cuando el grupo de Shinya Yamanaka, de la Universidad de Tokio, anunci¨® que hab¨ªa revertido unas vulgares c¨¦lulas del rabo de un rat¨®n adulto al estado primigenio de c¨¦lulas madre embrionarias. ?ste es el objetivo de la clonaci¨®n terap¨¦utica, pero la t¨¦cnica del laboratorio japon¨¦s no requer¨ªa el paso intermedio de crear un embri¨®n: se limitaba a a?adir cuatro genes clave a la c¨¦lula adulta.
El experimento gener¨® una l¨®gica conmoci¨®n en el campo de la medicina regenerativa. Los investigadores han aprendido a tomarse los avances con cautela, pero ahora no s¨®lo han confirmado la t¨¦cnica, sino que tras los nuevos experimentos de Yamanaka y del pionero estadounidense de las c¨¦lulas madre, James Thomson, de la Universidad de Wisconsin, han demostrado que funciona con c¨¦lulas humanas de la piel, entre otras.
La noticia ha tenido tal impacto que ha eclipsado por completo un logro simult¨¢neo: las primeras c¨¦lulas madre obtenidas de embriones cl¨®nicos de primates, el paso cr¨ªtico antes de lograr la clonaci¨®n terap¨¦utica en humanos. La sensaci¨®n mayoritaria entre los cient¨ªficos es que las nuevas c¨¦lulas madre (llamadas iPC por las siglas inglesas de "c¨¦lulas pluripotentes inducidas") acabar¨¢n haciendo innecesaria la clonaci¨®n terap¨¦utica, una t¨¦cnica por la que estos mismos investigadores llevaban seis a?os peleando contra vientos financieros y mareas pol¨ªticas. La ilustraci¨®n perfecta es que Ian Wilmut, el padre de la oveja Dolly, aparc¨® sus proyectos de clonaci¨®n terap¨¦utica al conocer los primeros trabajos del grupo japon¨¦s.
Los cient¨ªficos no son incoherentes con ello: porque han defendido en todo momento la opci¨®n m¨¢s prometedora para hacer avanzar la medicina; porque sin los experimentos previos con c¨¦lulas madre embrionarias no existir¨ªan ahora las c¨¦lulas iPC; y porque es una excelente pr¨¢ctica cient¨ªfica cambiar de opini¨®n cuando la mejor evidencia experimental parece requerirlo. La clonaci¨®n terap¨¦utica, que ha sido legalizada contra notables resistencias del conservadurismo religioso en cuatro pa¨ªses europeos, Espa?a entre ellos, puede no llegar a materializarse. Pero, si los cient¨ªficos no han sido incoherentes, tampoco lo han sido los legisladores de estos pa¨ªses.
La nueva t¨¦cnica no es aplicable a la medicina en su estado actual. Durante su desarrollo natural, las c¨¦lulas embrionarias inactivan una docena de genes clave a medida que se van diferenciando. Y el m¨¦todo actual consiste en a?adir a las c¨¦lulas de la piel un subconjunto de cuatro de esos genes, que al activarse dan la vuelta al desarrollo normal. Pero a?adir esos genes requiere "montarlos" en un retrovirus e infectar las c¨¦lulas con ¨¦l. No es una t¨¦cnica segura, y necesitar¨¢ modificaciones antes de abrirse camino hacia un ensayo cl¨ªnico. Pero es un gran paso que ha inyectado un soplo de optimismo en un campo que lo necesitaba.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.