El gambito de Esperanza

Esperanza Aguirre ha animado al presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, a convertirse en el primer accionista de Iberia, empresa en la cual podr¨ªa alcanzar el 17% del capital de concretarse su anunciada intenci¨®n de comprar el 6,99% del BBVA. La presidenta de la Comunidad de Madrid apuesta en favor de una compa?¨ªa a¨¦rea controlada por parte de una entidad financiera nacional. Iberia opera en un aeropuerto cuya gesti¨®n aspira a detentar, precisamente, el Gobierno madrile?o. El tr¨¢fico y los movimientos econ¨®micos en la T-4 de Barajas representan un 15% del producto interior bruto de la Comunidad de Madrid.

?Cu¨¢l es, pues, la noticia? Suele decirse que la necesidad tiene rostro de hereje. Esperanza Aguirre tiene, seg¨²n se ha se?alado, poderosas razones para impedir que Iberia pase a ser controlada por British Airways. Y consigue que Caja Madrid -por su propio bien e intereses, claro est¨¢- mueva pieza.

Pero esta jugada es una herej¨ªa en una l¨ªder pol¨ªtica que ha hecho todo lo posible para atacar la idea de crear un gran grupo energ¨¦tico espa?ol -un campe¨®n nacional, seg¨²n la jerga al uso- a trav¨¦s de la fusi¨®n Gas Natural-Endesa. En octubre de 2005, lleg¨® a abrir un expediente sancionador contra la empresa catalana por traspasar sus activos de distribuci¨®n a una nueva filial radicada en Barcelona sin solicitar su autorizaci¨®n. Seg¨²n dijo, era una mala noticia que "una de las grandes empresas espa?olas se trasladara fuera del territorio nacional". Rectific¨® acto seguido y aclar¨® que era malo que se trasladase fuera del "territorio regional".

Pero la agresividad de Esperanza Aguirre entonces form¨® parte de la t¨¢ctica del Partido Popular, cuyo principal dirigente, Mariano Rajoy, acus¨® al Gobierno socialista de "triturar el prestigio exterior de Espa?a" por rechazar la OPA de la alemana E.ON sobre Endesa. El Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero respald¨® la idea de un campe¨®n nacional, pero entre la multinacional alemana y el Partido Popular se forj¨® una divisi¨®n del trabajo objetiva para desgastar la iniciativa.

El PP atac¨® lo que llam¨® el intervencionismo del Gobierno socialista en la citada operaci¨®n. Pero, como ahora ocurre con Caja Madrid en la ofensiva por el control de Iberia, si ha habido maestros en el arte del intervencionismo en las grandes empresas privatizadas, si ha habido, y lo sigue habiendo, como bien demuestra estos d¨ªas Esperanza Aguirre, un profesionalismo en la intervenci¨®n, este procede del Partido Popular.

Esperanza Aguirre contra British Airways, ?qui¨¦n te ha visto y quien te ve, Bernab¨¦?