Chirac, sin inmunidad
La imputaci¨®n del ex presidente saca a relucir la financiaci¨®n ilegal de su partido desde Par¨ªs
La justicia francesa no ha perdido el tiempo. Jacques Chirac perdi¨® su inmunidad el pasado 17 de junio tras dejar el El¨ªseo a su sucesor, Nicolas Sarkozy, un mes antes. El mi¨¦rcoles se ha convertido en el primer presidente de la V Rep¨²blica imputado, en este caso por malversaci¨®n de fondos p¨²blicos cuando fue alcalde de Par¨ªs entre 1977 y 1995. Sin una inmunidad presidencial que fue reforzada durante su mandato, Chirac se enfrenta a toda una serie de asuntos sucios. Pero lo que est¨¢ en juego no es s¨®lo el futuro o el honor de un pol¨ªtico jubilado de 74 a?os, sino toda la suciedad de la financiaci¨®n ilegal de su partido, el RPR, durante varias d¨¦cadas, con la alcald¨ªa de Par¨ªs como eje de la trama.
Los esc¨¢ndalos de abuso de posici¨®n, de pagos por trabajos ficticios o puestos aparentemente inexistentes se acumularon durante a?os. Aunque Chirac es inocente hasta que se pruebe lo contrario, y ¨¦l haya afirmado que no hubo enriquecimiento personal alguno en sus actuaciones como alcalde, lo que se est¨¢ destapando ante la justicia es una red de fraude financiero para alimentar las arcas de un partido aparentemente insaciable. Evidentemente, no es algo que sea exclusivo de Francia. Muchas democracias, en Europa y fuera, sufren esta enfermedad de partidos que parecen incapaces de curarse, pese a que dispongan de mayores dotaciones p¨²blicas legales.
Ya Alain Jupp¨¦, ex primer ministro de Chirac, fue condenado por estos desv¨ªos de fondos p¨²blicos de Par¨ªs. Y hay otros imputados, y casos pendientes relativos a cr¨¦ditos municipales, uso irregular de los fondos de la imprenta de Par¨ªs e incluso el recurso a jardineros del municipio por funcionarios de la capital. No hay que olvidar el asunto Clearstream, por el que se sugiri¨® desde el poder que Sarkozy y otros tuvieron cuentas en estos dep¨®sitos de fondos. No es sorprendente que el actual presidente sienta poca simpat¨ªa por su predecesor y mentor, pese a que depende de ¨¦l un posible indulto en caso de condena a Chirac. La imputaci¨®n del ex presidente indica que nadie queda al margen de la ley. Pero la ciudadan¨ªa francesa necesita pruebas de que el actual partido de Sarkozy, y tambi¨¦n otros, se financian de forma regular. Debe ser m¨¢s que la mujer del C¨¦sar. Debe no s¨®lo parecer honrado, sino serlo.
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