"Entre nosotras nos entendemos"
Gitanas espa?olas ayudan a buscar trabajo a rumanas de la misma etnia
No es un lunes m¨¢s para ?ngela Droma. Esta rumana de 49 a?os, que sonr¨ªe con las paletas bordeadas de oro y el pa?uelo a punto de resbalar de la cabeza, no ha salido a mendigar ni a limpiar parabrisas. Comparte ma?ana y puchero con otras mujeres en el centro c¨ªvico La Alh¨®ndiga, en Getafe. Unas 30 gitanas rumanas participan en el taller de cocina y est¨¦tica organizado por la asociaci¨®n gitana Yerbabuena, que preside la espa?ola Pilar Heredia.
En una sala de la primera planta, entre fogones y cacerolas, charlan rodeadas de ni?os peque?os. ?ngela est¨¢ a punto de ser abuela. Otras, como Simona o Lucica, tienen s¨®lo 19 a?os y ya van con sus hijos a cuestas. Preparan ciorva, una sopa de ternera que se come muy caliente.
30 mujeres con sus ni?os participan en el taller organizado en Getafe
Los pucheros y las mascarillas son la excusa. "Queremos ayudarlas a mejorar su autoestima y conseguirles un trabajo", explica To?i Carmona, la mediadora intercultural. Mientras ponen la mesa, To?i concierta citas para ir a verlas a sus casas. Ella les arregla los tr¨¢mites y les busca una colocaci¨®n. Cuatro han conseguido un empleo como limpiadoras.
El taller, subvencionado con 28.500 euros por la Consejer¨ªa de Inmigraci¨®n, empez¨® para 15 mujeres en octubre y acaba en diciembre con el doble. "El ¨¦xito es porque tenemos ra¨ªces comunes", reflexiona Carmona. "Entre gitanos nos entendemos mejor, nos parecemos en el respeto a la familia, en la jerarqu¨ªa, incluso en el machismo". Yerbabuena quiere ampliar el plazo del taller. Inmigraci¨®n se compromete a estudiar nuevos proyectos.
Su experiencia es apenas una gota de agua para los m¨¢s de 40.000 gitanos rumanos que viven en Espa?a. No existen datos regionales. Pero tiene "un gran m¨¦rito", seg¨²n Miguel Fonda, presidente de la Federaci¨®n de Rumanos de Espa?a, "porque ellas sufren cuatro veces la discriminaci¨®n por mujeres, pobres, gitanas y rumanas".
La ciorva est¨¢ lista a las doce del mediod¨ªa. Humea en los platos sobre el mantel amarillo. Las mujeres comen, bailan y r¨ªen. Olvidan por un rato que no hay trabajo, ni papeles. Hoy no ha tocado ir a mendigar.
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