M¨¦xico abraza a Colombia

Hubo que llegar dos horas antes, hacer una acreditaci¨®n especial, aguantar con paciencia en la cola, pasar los controles. La raz¨®n: ven¨ªa el presidente Felipe Calder¨®n. Primero subieron al estrado las gentes de la cultura y luego la representaci¨®n oficial.

Se podr¨¢ controlar todo, pero la palabra sigue siendo libre. En cuanto hubo un min¨²sculo silencio, una joven se subi¨® a su silla y grit¨® desde all¨ª: "?Felipe Calder¨®n, eres un presidente espurio!". Las fuerzas de seguridad se la llevaron enseguida. Unos cuantos aplaudieron, pero los dejaron estar.

En su discurso, Felipe Calder¨®n record¨® a su padre, que fue escritor. Le llevaba 51 a?os y lo inici¨® en el amor a los libros. Lo o¨ªa teclear con frenes¨ª y lo ve¨ªa amarrado con pasi¨®n a la lectura. Fue su joven ayudante quit¨¢ndole los papeles de carb¨®n con los que hac¨ªa las copias de sus originales. Luego mecanografi¨® sus textos y m¨¢s tarde, cuando ya ve¨ªa muy mal, fue quien le ley¨® los libros.Hay muchas historias en las vidas del mexicano Fernando del Paso y de los colombianos ?lvaro Mutis y Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez que revelan la ¨ªntima relaci¨®n que existe entre sus pa¨ªses. Ayer, durante su discurso de agradecimiento por recibir el Premio FIL de Literatura, Del Paso record¨® un remoto viaje que hizo a Veracruz con Mutis y Garc¨ªa M¨¢rquez. All¨ª, en el hotel en el que se alojaban con sus familias, el autor de Noticias del Imperio se puso de pie en el restaurante y grit¨®: "?Quiero comunicarles que soy muy feliz!".

Fernando del Paso est¨¢ hospitalizado por una intervenci¨®n intestinal. Los m¨¦dicos lo dejaron salir en silla de ruedas para que recogiera el premio y hubiera preferido no hablar. Cuando le toc¨® su turno, y se enchuf¨® el v¨ªdeo que hab¨ªa grabado, el p¨²blico clam¨®: "?Que hable!". Y empez¨® acord¨¢ndose de Cantinflas ("antes de hablar, quer¨ªa decirles unas palabras...") y luego rindi¨® un sentido homenaje a Juan Rulfo y a trav¨¦s de sus palabras abraz¨® a los colombianos que han venido a la Feria como pa¨ªs invitado.

Muy cerca estaban Garc¨ªa M¨¢rquez y Mutis y, entre los escritores mexicanos, Carlos Fuentes, Gonzalo Celorio (como representante del jurado) y Vicente Quirarte, que hizo el elogio de su obra. A su izquierda, la representaci¨®n oficial, a la cabeza de la cual ha estado este a?o Felipe Calder¨®n, presidente de M¨¦xico. Fue quien le entreg¨® el premio, el que inaugur¨® la cita y el que rindi¨® homenaje al pa¨ªs invitado, visitando al terminar la ceremonia su pabell¨®n. All¨ª habl¨® ?lvaro Mutis, que fue muy breve y record¨® la violencia que desgarra a su pa¨ªs. "Treinta a?os de guerra jam¨¢s declarada hacen de esta maravilla el teatro atroz de un holocausto", dijo.

Mutis baj¨® a la terrible realidad de su pa¨ªs tras el par¨¦ntesis de la ceremonia inaugural, donde el ruido de la compleja situaci¨®n que viven los pa¨ªses de la zona s¨®lo apareci¨® brevemente en unas palabras de una imaginaria carta que Fernando del Paso dirigi¨® a Juan Rulfo: "M¨¦xico sigue siendo un desastre, un desastre cada vez mayor", le dijo a su maestro. Y es que fue al autor de Pedro P¨¢ramo a quien dedic¨® gran parte de su discurso porque, para ¨¦l, el premio que recib¨ªa era el Juan Rulfo y no ese alias que ahora le han puesto.